Tras la serie de inquietudes que se generaron en el sector vitivinícola, debido a los antecedentes de mezcla ilegal de uva vinífera con uva de mesa, el ministerio de Agricultura, en conjunto con el SAG, desplegarán una serie de medidas para asegurar la calidad del vino y la transparencia del sector.
Entre ellas están la obligatoriedad para todas las bodegas de registrar ante el SAG qué tipo de uva es la que recepcionarán, lo que permitirá focalizar las fiscalizaciones.
En el caso de las bodegas que recepcionen tanto uva de mesa como vinífera, deberán dar aviso con 48 horas de anticipación al servicio cada recepción y molienda. También se exigirá una denominación geográfica para la uva de mesa, que junto con los registros de viñedos que maneja el organismo, permitirá determinar con rapidez si se trata de uva vinífera o de mesa.
El ministro de Agricultura Antonio Walker agregó que se intensificará la fiscalización en las regiones Metropolitana, de O'Higgins y Maule, donde se detectó una posible mezcla fraudulenta de entre 250 a 300 millones de litros de vino.
Además, se establecerá una mesa técnica que analice la posibilidad de rebajar el uso de agua en el producto final, cantidad que actualmente no puede exceder el 7%.