Una intensa semana tuvo el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet. Esta vez, la agenda estuvo marcada por el plan que lanzó el gobierno para desincentivar el uso de la leña y su reemplazo por electricidad, en un plan que, en una primera etapa, considera a las ciudades de Rancagua, Osorno, Temuco y Padre Las Casas.
“El problema es muy grave y se arrastra hace mucho tiempo, está como normalizado y hay que ponerle gestión urgente para resolverla”, sostuvo el titular de Energía.
Pero no es el único tema que preocupa a la autoridad. A causa de la pandemia, las boletas de luz impagas se acumulan, a lo que se sumó la polémica -ya superada- con el Congreso por el proyecto de ley de servicios básicos.
¿Cómo se resuelve el problema de la leña?
-Esto es un problema muy complejo, porque tiene muchas aristas como ambientales, económicas, culturales, laborales; y que además es distinto en cada ciudad. Por eso, estamos desarrollando una estrategia de transición energética residencial y que tiene dos componentes. Primero, tenemos que regular la leña y, segundo, ofrecerles a las personas alternativas para que puedan ir reemplazando la leña por unas que sean económicamente competitivas.
Esta semana impulsamos con mucha fuerza la tarifa eléctrica especial, rebajada, dedicada a calefacción. Con esto, los generadores ofrecen descuentos muy importantes para consumos de electricidad que son adicionales.
¿Cómo ha sido la recepción de la gente?
-La recepción en general es muy positiva, la gente valora mucho tener alternativas, se tiene conciencia del gran problema que genera la contaminación por leña; pero obviamente también llevan muchos años usando la leña, por lo que surgen dudas.
¿Cuánto es la meta que esperan para este año?
-Este año la tarifa rebajada que implementamos es para 87 mil familias, pero está disponible para todos los que la quieran ocupar. En la medida que la gente vaya adoptando la tarifa, nosotros vamos a hacer más de estos procesos para que ojalá todas las personas que se puedan cambiar, lo hagan. El potencial que tiene esto es gigantesco. Espero que esto sea el principio del fin de la contaminación por leña en el sur. Esperamos que a partir del próximo año esto se masifique mucho.
¿Cuáles serán los ejes del proyecto de ley que regulará a la leña como combustible?
-Tenemos un proyecto que está listo y también hay mociones parlamentarias, muy en la misma línea. Tenemos que ver la estrategia legislativa. La regulación que queremos impulsar tiene como objetivo distinguir la leña como biocombustible, lo que permite definir estándares de calidad. También permite formalizar el mercado, estableciendo normas, documentación necesaria para transportar. Lo otro, es que va a permitir fiscalizar y sancionar, entonces va a dar atribuciones a la SEC. Espero que antes de fines de septiembre estemos tramitando el cambio de regulación en el Congreso.
El polémico proyecto de servicios básicos finalmente fue aprobado y con el veto que ingresaron. ¿Cuál es el balance de eso?
-Conseguimos finalmente eliminar los artículos del proyecto de ley que tenían problemas. Habíamos resuelto el problema bastante bien en marzo por la vía administrativa, y tuvimos muchas conversaciones para que los parlamentarios comprendieran que a veces los problemas no requieren cambios legales. Hay muchas cosas que podemos resolver por vía administrativa. A veces las leyes no son la mejor manera de resolver los problemas y este fue un gran ejemplo de eso.
¿Qué es lo aprendido?
-Nosotros, con los parlamentarios de nuestro sector, que es un esfuerzo que hemos redoblado en el último mes, tenemos que generar desde más temprano la tramitación de los proyectos. Aquí fue muy importante, en la discusión del proyecto y sobre todo en la parte final del veto, abrir un canal de comunicación muy cercano con nuestros parlamentarios. A veces, los gobiernos tienen la inclinación a pensar que tienen que poner el mayor esfuerzo en los votos de la oposición, sobre todo en un gobierno que es minoría y dar por sentados los votos de sus propios parlamentarios. Eso es un tremendo error.
Se está generando un problema con la morosidad de clientes, ¿están considerando involucrarse?
-Estamos en una crisis económica muy profunda. Es esperable que haya cierto deterioro en la capacidad de pago. Pero este deterioro no tiene que ver ni con el programa de apoyo del gobierno que lanzamos en marzo ni con el proyecto de ley. El número de beneficiarios que se han inscrito al pago en cuotas representa una porción muy pequeña del total, menos del 2%. Lo importante es que vayamos monitoreando constantemente el avance de esos números y que la gente que pueda pagar, siga pagando.
Son pocos los clientes acogidos al beneficio, pero muchos más son los que dejaron de pagar...
-Tenemos que ir monitoreando qué pasa. La gente, cuando lo necesite, debe contactar a su compañía para pagar en cuotas.
¿No ven un riesgo financiero por morosidad en las compañías más pequeñas?
-Estamos en contacto con las compañías y los niveles de morosidad son más altos que en periodos normales, pero no son tan altos como en algún momento temimos. Estas compañías por lo general son solventes y están sufriendo un impacto muchísimo menor del que están sufriendo una cantidad muy larga de otras industrias.