Un informe de McKinsey calcula oportunidades de inversión por US$475 mil millones en la industria del hidrógeno para los próximos diez años a nivel mundial. Pero se trata del hidrógeno "verde", es decir, el que se produce a partir de electricidad generada por energías renovables y (como cualquier tipo de hidrógeno) se almacena como gas transformándose en un combustible. Y Chile es -por decirlo de alguna forma- La Meca de la energía solar fotovoltaica, el caldo de cultivo perfecto para el interés por una industria del hidrógeno. No sólo por ser un buen negocio, sino porque también se puede sumar a las metas de descarbonización de nuestro país al 2050.
Además, como dice Juan Carlos Jobet, ministro de Energía, "en Chile estamos necesitados de grandes proyectos que convoquen a todos los actores y generen unidad. El hidrógeno puede cumplir esa misión" y agrega: "Incluso, la meta que nos puso el presidente Piñera es que empujemos esto para ser exportadores de hidrógeno verde".
Exportar energía no es fácil…
-No es fácil porque se necesitan líneas de transmisión para la electricidad, pero si se usan las energías renovables y se transforman en hidrógeno verde, ahí es más sencillo transportarla y exportarla. Tiene un potencial tan grande que puede ser la mitad de lo que es el mercado del petróleo en el mundo. Si hacemos las cosas bien, la industria del hidrógeno verde en Chile puede ser tan importante como la minería, el sector forestal o como fueron alguna vez los salmones.
Pero eso no va a pasar de la noche a la mañana...
-Y tampoco lo puede hacer el gobierno solo. Por eso estamos convocando a actores políticos de todos los sectores. También tenemos que hacerlo con la academia y los científicos, así como con la empresa privada. Y, por supuesto, que el Estado tenga un rol de fomento. En el fondo, la idea es convocar a todos los sectores y empujar una agenda, una estrategia y una regulación.
¿Qué elementos son clave en una nueva regulación?
-Por ejemplo, si alguien quiere construir una planta de hidrógeno, no están claras las normas que la rigen o qué permisos se necesitan. Tampoco está claro cómo la SEC autoriza una instalación de hidrógeno y si quieres usar hidrógeno en un camión minero en vez de diésel, no sabemos qué exigencias se deben cumplir. O sea, no hay marco regulatorio.
¿Y qué referencia habrá para esa normativa?
-Tenemos en marcha dos estudios internacionales y uno nacional que están estableciendo la estructura de la nueva normativa y estándares para toda la cadena de suministro de hidrógeno en términos energéticos, la que estará lista en abril de este año. También estamos haciendo varios esfuerzos de cooperación internacional y consiguiendo financiamiento para proyectos piloto. Necesitamos probar y cometer errores para bajar la curva de costos. Tendremos un summit con Corfo en mayo y estamos desarrollando un Plan Nacional de Hidrógeno.
¿Cuándo estará listo el plan?
-Esperamos lanzarlo a mediados de este año. Estamos en contacto con las empresas que están desarrollando pilotos, para entender en qué están y ofrecerles ayuda.
¿Hay realmente un interés importante de invertir en esta tecnología desde el sector privado?
- Sí, por ejemplo, en lo que es la cadena de suministros y tecnología, empresas como Engie, EDF, Copec, Cummins le están dedicando tiempo y recursos. También están haciendo pilotos CCU, Walmart, Metanex y Enaex. Además, estamos hablando con empresas del sector minero.
¿Qué industria debería naturalmente empezar más fuerte con el uso de hidrógeno a gran escala en Chile?
- La minería tiene un potencial gigantesco. ¡Los camiones mineros consumen una cantidad de diésel impresionante! Si podemos reemplazar ese combustible por hidrógeno, será clave. Además, la minería está ubicada principalmente en el norte del país, donde hay muy buena radiación solar. Eso puede permitir también un factor diferenciador de la minería chilena.
¿De qué forma?
-El cobre es un commodity, por lo que te pagan un precio por toneladas o libras, pero creo que con el tiempo, los compradores van a empezar exigir también la medición de cuánto CO2 generó. Por lo que hay una oportunidad de diferenciación con el hidrógeno.
¿En qué momento cree que realmente pueda exportarse?
-Hay varios desafíos. La producción de la energía es baja, pero la electrólisis (proceso para producir hidrógeno), así como el almacenamiento aún tiene costos muy altos. Otro gran componente es el costo del transporte del hidrógeno, ya que hay que comprimirlo para distancias largas, lo que aún es caro. Pero creo se va a resolver a nivel global, ya que hay muchos países trabajando en eso. Por eso, esta década será esencial para que esos costos bajen.
¿O sea, con el hidrógeno verde vamos a seguir siendo "la niña bonita" de las energías renovables en el mundo?
-El potencial de las energías renovables es tan grande que tenemos que encontrar la manera de exportarla. Y el hidrógeno es probablemente la mejor forma.