Una cargada agenda en Washington tuvo los últimos cuatro días el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, quien apenas terminó el track financiero de Apec 2019 viajó a participar de las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial. En EEUU, el titular de Hacienda expuso sobre las reformas económicas del gobierno ante el FMI, sostuvo una serie de bilaterales en el marco de la Coalición de Ministros por el Cambio Climático que él preside y compartió en una reunión de autoridades financieras con el secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, entre otras actividades. En medio de ellas, el viernes, se dio tiempo de abordar la compleja semana que tuvo, luego de que los senadores de Renovación Nacional (RN) se abrieran a negociar la reintegración tributaria que contempla la reforma.

Consultado por la grave crisis desatada tras el alza de la tarifa del Metro y las alternativas para atenuar o revertir ese incremento, el secretario de Estado prefirió no referirse al tema hasta estar de vuelta en Santiago y tener todos los elementos de análisis sobre la mesa.

Esta semana comenzó con "la rebelión" de los senadores RN en la reforma tributaria, quienes le recomendaron al gobierno abrirse a negociar la integración. ¿Hay un desorden al interior del oficialismo?

-No veo ninguna rebelión en nuestro sector. Lo que hay son distintas opiniones respecto de un tema estratégico, de un tema de factibilidad política. Pero nuestro sector apoya la reintegración. Y quiero recordar que en la Cámara de Diputados me dijeron lo mismo, pero logramos aprobar la reforma por casi 20 votos. Eso fue fruto de un acuerdo con la DC, no solo con sus parlamentarios, sino con el presidente del partido, por lo tanto, hemos privilegiado los acuerdos institucionales, pero que también firmó Chile Vamos. Vamos a conversar con todos los que estén dispuestos a conversar, pero que tengan flexibilidad y quieran llegar a acuerdo.

Pero en este caso son senadores de RN los que empujan la idea de negociar esa materia, que ustedes han dicho que es el corazón del proyecto.

-El acuerdo que tenemos no es solo con la DC, sino que también con representantes de casi 900 mil pymes. A todos los que hablan tanto de las pymes, los llamo a que las escuchen, porque son ellas las que están a favor de la integración y se han jugado por ella.

¿Cómo ve el rol que está teniendo la dupla de los senadores Ossandón-Allamand en este tema?

-No hago juicios sobre sus actos. Ellos tienen todo el derecho de conversar estos temas. Y nosotros vamos a trabajar con nuestros senadores y en particular con los de la Comisión de Hacienda, pero también con el resto de los parlamentarios a través de los jefes de bancadas.

Y dadas las declaraciones del ministro Andrés Chadwick, que relativizó la importancia de la reintegración, ¿se produjo un quiebre entre el equipo económico y el político?

-Ninguno. Al contrario, estamos trabajando súper unidos.

De todos modos, el Presidente Piñera zanjó el punto a su favor, ya que declaró que la integración es esencial e innegociable. ¿Es un espaldarazo a su gestión o puede terminar transformándose en un boomerang si no logra sacar adelante la integración?

-Lo que el Presidente hizo fue señalar que la integración es un elemento esencial de la modernización tributaria, tal como lo hemos dicho desde un inicio, y lo que es compartido por todos en el gobierno.

Se ha señalado que la idea del gobierno es, primero, alinear a su sector, y luego salir a buscar los tres votos que le faltarían para aprobar la reforma en el Senado. ¿Esa será la estrategia?

-Nosotros privilegiamos los acuerdos institucionales. Vamos a conversar con todos, pero lo que queremos es lograr acuerdos institucionales. Ese es nuestro norte y es lo que hemos tratado en todos nuestros proyectos. Si no se logra, por supuesto vamos a conversar con todos los que tengan buena disposición.

La senadora Ximena Rincón (DC) pidió una serie de requisitos para dar su voto favorable. ¿Están dispuestos a negociar lo que ella está pidiendo?

-Encantados de conversar con la senadora Rincón. También con aquellos que tengan una mirada abierta y flexible.

Pero en el caso de que no estén los votos para reintegrar el sistema tributario, ¿es mejor no tener reforma y quedarnos tal como estamos?

-Hemos sido flexibles, hemos incorporado temas que son sensibles para las regiones, el 1% de contribución regional, medidas para los adultos mayores, beneficios para las pymes. No creo que vayamos a tener un nivel de obcecación que nos impida sacar adelante la reforma tributaria.

¿No se imagina entonces la reforma tributaria sin integración?

-No quiero "integralizar" la discusión tributaria, hay muchas medidas más. La integración es un elemento esencial, pero la reforma tributaria tiene muchísimo más. Tiene una modernización del sistema tributario, la digitalización de la relación entre el SII y los contribuyentes, entrega certeza jurídica y una simplificación enorme del sistema, especialmente valiosa para las pymes.

¿Cuáles son los plazos para aprobar el proyecto? ¿Cómo afectará el crecimiento si no se logra hacer en este año legislativo?

-Indudablemente, si la reforma tributaria no se aprueba este año, nos pone un lastre al crecimiento de 2020. Vamos a hacer todo lo que esté de nuestra parte para que tengamos reforma antes de fin de año. Esperamos la cooperación del Congreso.

En ese sentido, el FMI entregó esta semana sus proyecciones de crecimiento para Chile y señala que hasta el 2024 el país se expandirá menos que el mundo, y además ocupará el tercer lugar de la Alianza del Pacífico.

-Si se consideran los dos primeros años de gobierno, Chile crecerá en promedio lo mismo que el mundo, y en 2018 superamos con creces la expansión global. La inversión se ha recuperado con fuerza en todos los sectores, mucho más allá de la minería, y Chile lidera la región en crecimiento de la inversión.

Además, tenemos una agenda amplia de medidas para fortalecer la capacidad de crecimiento de largo plazo de la economía, incluyendo las reformas estructurales, que al parecer el FMI no está incorporando en sus estimaciones. Hacia adelante esperamos que este ciclo virtuoso se consolide y la economía supere las estimaciones a las que hace referencia.

Si en 2014 el país estaba a US$ 346 de alcanzar a Letonia, que marcaba el umbral más bajo de las 39 naciones desarrolladas, para 2024 esa diferencia será de US$ 8.157. ¿Caímos en la trampa del ingreso medio?

-El 2014 es un muy buen año de referencia, porque marcó el inicio de un largo período de estancamiento del ingreso per cápita en Chile. De eso precisamente llegamos a hacernos cargo, poniendo el foco en el crecimiento económico no solo de un año en particular, sino en el crecimiento de largo plazo. El desarrollo es mucho más que crecimiento, pero sin él no podremos alcanzar el desarrollo. La agenda del gobierno en materia de modernización tributaria, laboral, de concesiones, de modernización del Estado y la agenda microeconómica, apuntan a recuperar el crecimiento y los resultados ya comienzan a materializarse. Después de sucesivas correcciones a la baja en el crecimiento tendencial o de mediano plazo, este se ha revisado al alza en las dos últimas lecturas.

De acuerdo a las últimas proyecciones del mercado y del FMI, el país crecerá menos de lo que Hacienda estima. ¿Cuál es su meta de crecimiento promedio para los cuatro años de gobierno?

-Si consideramos las proyecciones contenidas en el Informe de Finanzas Públicas, Chile crecerá en torno a 3,5% en los cuatro años de este gobierno, lo que implica prácticamente duplicar el crecimiento de los cuatro años previos y con una guerra comercial sin precedentes de por medio, con parte de América Latina en recesión o estancada y con diversos países de Europa al borde de una recesión técnica. Si la incertidumbre y las tensiones globales disminuyen, el crecimiento podría ser mayor.

Una de las principales promesas de campaña del gobierno era recuperar la capacidad de crecer y duplicar al gobierno anterior, sin embargo, eso hasta ahora no se estaría cumpliendo. ¿Sería un fracaso para su gestión tener un crecimiento bajo 3% promedio y complicaría la continuidad del sector en el gobierno?

-De acuerdo a nuestras proyecciones, el objetivo se logrará.

¿El eventual acuerdo entre EE.UU. y China podría darle un impulso al crecimiento de Chile? ¿Dependemos principalmente de ese factor?

-Siempre hemos sostenido que el grueso del partido se juega en casa. Obviamente, Chile no es inmune a los acontecimientos que ocurren en la economía internacional, pero una buena gestión política y económica interna, que genere confianza y certidumbre, que pone el foco en el crecimiento de largo plazo, en la modernización de la economía y en la consolidación de las cuentas fiscales, es fundamental para que la economía vuelva a crecer y eso es precisamente lo que hemos visto en los últimos dos años. Por cierto que si se materializa el acuerdo comercial entre EE.UU. y China, el escenario de crecimiento para Chile será aún más positivo.

El Presidente de EEUU, Donald Trump, dijo que firmaría el acuerdo comercial con China durante la reunión de la Apec en Chile. ¿Espera que se concrete?

-La posibilidad de que el 2020 sea significativamente mejor que el año 2019 depende de lograr una resolución a la disputa comercial. Es un elemento muy positivo y una nota de esperanza que los líderes de EE.UU. y China hayan comentado que van a firmar en Santiago un acuerdo. Esperamos que eso se concrete y haremos todo lo que esté de nuestra parte, aunque lógicamente es una decisión de los líderes de ambos países.

En este punto, considerando las reuniones que ha tenido, ¿cuáles son las expectativas para la reunión de la Apec de noviembre?

-Tenemos buenas expectativas. En el track financiero logramos acercar posturas en una serie de temas y seguiremos trabajando aquí en Chile para apoyar la reunión de líderes de noviembre.

En materia fiscal, una de las metas que usted se autoimpuso fue que las clasificadoras de riesgo le devolvieran a Chile la nota que se perdió. Considerando el nivel proyectado de deuda y lo señalado por las clasificadoras, ¿es poco probable que se cumpla ese objetivo?

-Trabajamos para corregir la dinámica que traían los indicadores fiscales. Si sumamos los cuatro años de la primera administración del Presidente Piñera con estos dos últimos años, hemos cumplido plenamente los objetivos fiscales que nos hemos impuesto todos los años. No todos pueden decir lo mismo. En la medida en que sigamos cumpliendo los objetivos de balance estructural, la deuda se estabilizará como porcentaje del PIB durante este gobierno, lo que es un gran avance.

¿Qué medidas o municiones le quedan a Hacienda para acelerar la economía si es que no hay una recuperación del escenario mundial el próximo año?

-Lo que hemos tenido hasta ahora es una desaceleración de la economía en el primer semestre, que ha sido contrarrestada por medidas de aceleración de inversión pública y privada. Porque hemos sido responsables en el manejo fiscal, incluyendo medidas de contención de gasto, hemos podido desarrollar esta agenda de aceleración económica y cumplir, a la vez, con nuestros compromisos fiscales. Por lo pronto, la aprobación del proyecto tributario será un factor directo que apoyará la recuperación económica, tanto por su efecto directo en la inversión, como por el impacto en la confianza de los agentes y en la certidumbre que generará en materia de impuestos, un factor clave para la toma de decisiones de largo plazo.

¿Se pueden ocupar los fondos soberanos para tener un gasto más expansivo?

-El Fondo de Estabilización Económica y Social fue creado para ser usado en caso de ser necesario. Hoy no es el momento, pero está disponible.