Supongamos por un minuto que estamos en el año 2028 y corresponde hacer un recuento de lo ocurrido en el mundo empresarial chileno durante los últimos 10 años.
Parto destacando que se lograron avances fundamentales que hicieron posible el reciente ingreso de nuestro país al grupo de los países desarrollados. La economía sigue siendo altamente dependiente de industrias de recursos naturales pero han ocurrido cambios notables. Se ha generado un desarrollo importante de startups orientadas al desarrollo tecnológico e innovación especialmente orientadas a industrias de recursos naturales. Fruto de ello, Chile es considerado uno de los tres principales ecosistemas de minería del mundo y ya no es reconocido sólo como un referente en minería de cobre sino que también en los negocios del litio y de las energías renovables. También han ocurrido avances relevantes tanto en la industria forestal cómo en la salmonicultura y contamos con empresas de origen chileno en estos sectores que se transformaron en multinacionales reconocidas.
Asimismo, han surgido y logrado escalar varios startups en otras industrias. El ecosistema de emprendimientos chileno se ha fortalecido enormemente y se encuentra ya ubicado entre los 10 más desarrollados del mundo. Se ha incrementado fuertemente la interacción entre las empresas tradicionales y los startups, lo cual ha resultado clave para sortear con éxito el proceso de transformación digital, lo que ha derivado en un aumento significativo del uso de aplicaciones de inteligencia artificial, IoT, blockchain y otras tecnologías digitales en todo tipo de empresas.
La transformación empresarial ocurrida se explica por diversos factores, siendo uno clave los cambios experimentados en el sistema educacional. Asimismo, ha sido determinante el esfuerzo público-privado realizado para dotar a los trabajadores de nuevas habilidades y facilitar su adaptación a los requerimientos que ha provocado y continuará provocando la revolución tecnológica.
Otro factor importante ha sido el significativo aporte de las mujeres al mundo empresarial. No sólo el porcentaje de mujeres con trabajos formales ha subido enormemente, sino que son destacables las capacidades complementarias a las de los hombres que éstas han demostrado tener.
Pero no hay que conformarse con los avances logrados, porque todavía quedan desafíos pendientes, tanto en el plano económico como en el social. Si bien han aumentado significativamente los niveles de ingreso de las personas más vulnerables y su integración al mundo laboral resta aun fortalecer más la condición en que se encuentran algunos grupos de la sociedad menos favorecidos. Sin embargo, el país se encuentra en condiciones y cuenta con las capacidades requeridas para hacer frente a las tareas faltantes.
Lo indicado anteriormente evidentemente representa un escenario hipotético. No obstante, plantea desarrollos que podrían darse en los años venideros si hacemos las cosas razonablemente bien.