Moda y negocios en pandemia: La corbata en peligro de extinción

Senior man working at laptop on living room sofa
Senior man with headphones working at laptop on living room sofa. (Photo by CAIA IMAGE/SCIENCE PHOTO LIBRARY / NEW / Science Photo Library via AFP)

El confinamiento en el hogar también ha transformado el mundo de la moda, incluyendo las tendencias y estilos de empresarios y altos ejecutivos. Según marcas de alta gama, diseñadores, sastres y especialistas, la camisa sport ha sido una de las prendas más demandadas el último año, desplazando a la ropa más formal. En cuanto a los zapatos, en la era de las videoconferencias y el teletrabajo, prácticamente no es tema.


Claudio tenía una reunión a las 8.00 de la mañana. Eran las 7.45 y estaba en su casa. ¿Llegaría? Sí, porque estamos hablando de una historia ficticia en tiempos de pandemia. Solo se lavó la cara, se puso una camisa y saludó a los integrantes de la reunión con una gran sonrisa. Su imagen en la videoconferencia no revelaba el pijama y las pantuflas que estaban bajo su cintura. Claudio cerró un negocio importante para su compañía.

El confinamiento en el hogar también ha transformado el mundo de la moda. Incluyendo las tendencias y estilos de empresarios y altos ejecutivos. Pero si en tiempos pre-Covid el corte del pantalón, los zapatos, una camisa de vestir, una chaqueta y la corbata eran clave para dar una buena impresión en una reunión, eso cambió completamente en la era de Zoom.

“Si bien en los últimos tres años ya veíamos un cambio donde la ropa formal estaba siendo más casual, ahora esta tendencia es clara. Antes del confinamiento, si uno caminaba, por ejemplo, por la calle Isidora Goyenechea (distrito financiero de Santiago), estaba claro que la camisa de vestir, la corbata y traje perdían protagonismo. Quizá, se veía algún abogado con corbata… Pero, definitivamente, la corbata es algo del pasado”, dice Antonio Bebin, brand manager de Brooks Brothers y Polo Ralph Lauren. Además, agrega: “Hoy, para hacer un buen trabajo y sentarte en un directorio, no necesariamente tienes que estar con una corbata ahogándote. Se ha ido alimentando la moda sport y eso lo están adoptando también las marcas”.

Bebin cuenta que durante 2020 y los meses de 2021, la camisa sport ha sido mucho más demandada que la de vestir, donde el lino -especialmente en los meses de primavera y verano- aumentó, así también como el “oxford”. “De hecho, cuando compramos nuestras colecciones para Chile, estamos poniéndoles un mayor peso a este tipo de prendas. De todas formas, son camisas muy bien confeccionadas, pero más atrevidas en diseño y colores que las tradicionales. Eso está permitido”, señala Bebin.

A nivel mundial, esta tendencia de “arreglarse por arriba y estar cómodo (a) por abajo”, ha hecho, por ejemplo, que, en el caso de las mujeres, cobren mucha importancia los accesorios (ver recuadro). También se le conoce como la tendencia “on screen”.

Jaime Aguilera es director de The Collective, una agencia creativa experta en marcas de moda y belleza que asesora a los principales retailers chilenos acerca de las estrategias de marketing para marcas de lujo en su bajada local. Aguilera viaja durante el año a exposiciones y semanas de la moda en todo el mundo. Algo que se pausó en el último año. “La verdad es que en este rubro estábamos acostumbrados hace tiempo a las reuniones online, así que la lógica no cambió mucho. Incluso, me sorprende cómo ahora se habla mucho de los modelos virtuales, cuando esta tecnología ya existía hace tiempo”, dice.

Para este especialista, todas las marcas han dejado lo formal por lo sport. “De hecho, una de las que trabajamos nosotros (que prefiere no revelar el nombre) lo que más vendió fue un buzo, el que se agotó rápidamente. Ahora se generan más libertades en las reuniones. Incluso, sé de marcas que han tenido que reinventarse, dejando de vender tenidas de fiesta y ahora están haciendo polerones o mascarillas con diseño. ¡Son un hit!”, asegura.

Otro músculo que tuvo que desarrollar por obligación esta industria para adaptarse a las necesidades de sus clientes es el e-commerce. Para hacerse una idea, según el estudio “El estado de la moda”, presentado hace unos días por McKinsey & Company, la facturación de la industria de la moda de “alta gama” cayó 22% en 2020, mientras que las ventas online llegaron a US$54,5 millones, frente a los US$41,2 del 2019. El alza no es suficiente para paliar la facturación total, pero ayuda.

“Afortunadamente, nosotros ya habíamos generado una estrategia de digitalización en Komax (empresa que se encarga de la representación de Brooks Brothers y Polo Ralph Lauren en Chile, entre otras marcas), por lo que el cierre de nuestras tiendas durante los primeros meses de la cuarentena no nos pegó tan fuerte. Pero muchas empresas del rubro tuvieron que reaccionar rápidamente a la nueva realidad del e-commerce”, recuerda Bebin.

Más a la medida

Desde su oficina en Augusto Leguía (Las Condes), Ángel Aedo, dueño y uno de los integrantes de la tradicional Sastrería Aedo, que trabaja con grandes empresarios y otras personalidades de manera muy exclusiva con trajes a la medida, reconoce que el primer semestre de 2020 no fue sencillo. “Nos mantuvimos gracias a los ahorros. Salieron algunas cosas de clientes que son muy conocidos y nos encargaron cosas. Pero no tuvimos clientes nuevos. Además, se atrasaron mucho las importaciones de telas desde Italia e Inglaterra”, indica.

Hoy, ya con un Chile con menos confinamiento, está a la expectativa de cómo será el 2021.

“En este momento estamos en la onda más sport, más informal. Un sastre hace ropa formal y sport, pero la tela sigue siendo la misma. Solo puede que cambie el peso. La diferencia entre ambas es solo el diseño. Por eso estamos viendo ahora telas más livianas y, si tienes una reunión importante por videoconferencia, basta con una camisa bonita y una chaqueta. Abajo… puedes estar con traje de baño y chalas”.

Otro protagonista de la alta costura que también tuvo que adaptarse a un nuevo planeta bajo Covid fue el destacado diseñador de ropa masculina Sergio Arias. “En vez de recibir gaviotas en febrero, estoy trabajando en Santiago”, comenta riendo Arias, quien es conocido por ser uno de los personajes claves que viste a las estrellas de la farándula en el Festival de Viña del Mar.

Arias también coincide en que el vestuario ya venía sufriendo una transformación hacia lo casual. “La pandemia puso la guinda de la torta, instalando en forma definitiva a la ropa sport. Yo mismo como diseñador he tenido que ir adaptando mis colecciones a estos nuevos tiempos. Esta industria se vio muy afectada por la pandemia. Tener cinco meses cerrado fue fortísimo. Por ejemplo, todas las empresas italianas con las que trabajo están muy complicadas. Para qué hablar de las ferias y exhibiciones que se suspendieron”.

Y en esta transformación, Arias es categórico: “Todo lo que es trajería y corbatería va quedando atrás, donde definitivamente, la camisa es la protagonista. También podrías usar una polera de cuello redondo o en V, pero la camisa es mejor, porque te viste”.

El diseñador estima que los materiales que más se están usando son los algodones y el lino. Mientras que, en los meses más fríos, diferentes tipos de lanas. “Aunque tampoco mucho esta última, ya que como la gente está en sus casas, no necesita abrigarse tanto. Por eso los abrigos y accesorios de invierno se vendieron muy poco. Vamos a ver qué pasa este año, dependiendo de cómo se da la situación sanitaria”, agrega. Y remata: “Pero corbatas…¡Ni qué hablar! Solo las estoy vendiendo para cosas muy específicas, como matrimonios. No me imagino a alguien con una corbata por videoconferencia. Incluso, los congresistas y las autoridades de gobierno solo las usan para las ceremonias”.


Tips para ellas

Según los expertos, en el caso de las mujeres, la variedad en cuanto a la moda en cuarentena es mucho más amplia. Pero el concepto de “verse bien por arriba y cómoda por abajo”, sigue siendo la regla. En este contexto, las blusas son las protagonistas, así como las camiseras. Pero no es necesario que sea algo tan elegante o formal.

Pero algo clave son los accesorios, principalmente los aros (que, idealmente sean grandes), así como los collares, que “pueden marcar una gran diferencia”, según indica uno de los entrevistados. Y, por supuesto, el peinado también es clave.

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