El gigante ferroviario francés Alstom está ultimando la compra del negocio ferroviario de la canadiense Bombardier, una operación valorada en US$ 7.000 millones.
La empresa confirmó que hay "discusiones en marcha sobre una potencial adquisición de Bombardier Transport" y añadió que no se ha tomado ninguna decisión final y que hará público "cualquier desarrollo significativo" de este asunto.
Según el diario The Wall Street Journal, que cita fuentes cercanas a las conversaciones, el acuerdo ya se ha cerrado. De acuerdo con la agencia Reuters, ambas partes están muy cerca de alcanzar el pacto. Las negociaciones arrancaron a finales del mes de enero, antes de que la firma canadiense publicara unos malos resultados del ejercicio 2019.
La operación podría ser anunciada hoy mismo, según WSJ. La semana pasada varios medios adelantaron que las negociaciones entre las partes avanzaban hacia un acuerdo. La compra se podrá realizar combinando un desembolso en metálico con un pago en acciones. El fondo de pensiones de Quebec Caisse de Depôt et Placement, que posee el 32,5% de la división ferroviaria, ha aceptado vender este paquete a Alstom y comprar una participación minoritaria en la empresa combinada.
La desinversión en el área de ferrocarril ayudaría a Bombardier a mejorar su posición financiera, delicada después de anunciar pérdidas de 1.350 millones el año pasado y de tener compromisos de pago a corto plazo por 8.400 millones de euros, que han forzado a la empresa a emprender ventas de activos. Bombardier ya vendió la semana a Airbus su participación en el programa del avión A220.
La francesa vio frustrada hace un año su fusión con Siemens por la Comisión Europea, quien considerá que podía ser dañina para la competencia. Ahora ganaría el volumen que precisa para competir con gigantes como la china CRRC. La operación resultaría un conglomerado de 14.000 millones de euros en ingresos. Ambas empresas tienen planta en España, y suman 2.800 trabajadores.
La división de negocios ferroviarios de Bombardier opera en 60 países y cuenta con 40.650 trabajadores, es decir, la mayor parte de los 68.000 empleados del total de la plantilla. En España, el grupo canadiense tiene cuatro centros de trabajo: la factoría de Trapagaran, en Vizcaya; dos unidades de ingeniería en Alcobendas y en San Sebastián de los Reyes; y otra de servicios en Pinto. Estas tres están ubicadas en la provincia de Madrid.
Alstom, por su parte, da trabajo a 36.300 personas en 60 países, de los cuales 2.000 son en España con 15 centros de trabajo, en particular una fábrica en la localidad barcelonesa de Santa Perpetua de la Mogoda y cuatro centros de innovación.