La agencia de calificación crediticia Moody’s ha empeorado su perspectiva sobre el sistema bancario de Estados Unidos, que baja a “negativa” desde “estable”, para reflejar el rápido deterioro en el entorno operativo tras el colapso de entidades como Silicon Valley Bank (SVB), Silvergate Bank y Signature Bank (SNY).
La calificadora de riesgos considera que, aunque el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal (Fed) y la FDIC hayan ofrecido respaldo a los clientes de las entidades, la rápida y sustancial disminución de la confianza de los depositantes e inversores bancarios que precipitó esta acción destaca claramente los riesgos en la gestión de activos y pasivos de los bancos estadounidenses, exacerbado por el rápido aumento de los tipos de interés.
De este modo, si bien el nuevo Bank Term Funding Program (BTFP) de la Fed es constructivo, Moody’s espera que las presiones persistan y se vean exacerbadas por el actual endurecimiento de la política monetaria, además del aumento en los costos de los depósitos, lo que reducirá las ganancias de los bancos, particularmente aquellos con una mayor proporción de activos de tasa fija.
“Nuestro caso base es que continúe el endurecimiento monetario de la Fed, lo que podría profundizar los desafíos de algunos bancos”, indicó la agencia, para la que aquellos bancos con menores pérdidas latentes, mayor capitalización, exposiciones sectoriales diversas y bases de depósitos aseguradas granulares estarán más protegidos o se beneficiarán de un “vuelo hacia la calidad”.
Asimismo, Moody’s anticipa que EE.UU. entrará en una recesión leve en la última parte de 2023, y que el crecimiento del PIB real permanecerá por debajo de la tendencia en 2024, con un aumento gradual en la tasa de desempleo, lo que hará que la inflación disminuya, permitiendo a la Fed pasar a una postura de política neutral en 2025.
Vigilancia negativa
Asimismo, la agencia Moody’s ha colocado todas las calificaciones a largo plazo de First Republic Bank y otras cinco pequeñas entidades estadounidenses (Comerica, Zions, UMB Financial, Intrust y Western Alliance) en revisión a la baja.
Esto refleja las condiciones de financiación extremadamente volátiles que están experimentando algunos bancos estadounidenses expuestos al riesgo de salidas de depósitos no asegurados.
En el caso de First Republic, la calificadora de riesgos señala que si enfrentara salidas de depósitos mayores a las anticipadas y los respaldos de liquidez resultaran insuficientes, el banco podría necesitar vender activos, cristalizando así pérdidas latentes en sus valores, lo que podría pesar materialmente sobre la rentabilidad y el capital del banco
Diferencias entre Europa y EE.UU.
La diferente estructura predominante en los balances de los bancos europeos limita el riesgo de un contagio de la crisis bancaria abierta en Estados Unidos tras el colapso del SVB y Signature Bank, aunque dichas diferencias no hacen completamente invulnerable al sector, según la agencia Moody’s.
En su análisis, la calificadora de riesgos considera “una diferencia crítica” entre los sistemas europeo y estadounidense, que limitará el impacto: que las tenencias de bonos de los bancos europeos sean más bajas y sus depósitos más estables que en el caso de las entidades estadounidenses.
De este modo, para Moody’s, esto ha dado lugar a algunas diferencias estructurales entre la zona del euro y los bancos estadounidenses.
En este sentido, destaca que el efectivo en los bancos centrales tiene mayor peso en los balances de los bancos europeos y los valores de deuda suponen alrededor del 12% en la eurozona, frente a más del 30% en los bancos de Estados Unidos, mientras que los bancos de la UE también están sujetos a requisitos de capital por riesgo de tipo de interés, lo que implica una menor exposición al riesgo de mercado en bonos.
Para Moody’s, es probable que los depósitos sean más estables en Europa, mientras que los sólidos saldos de efectivo en los bancos centrales, que suman el 16% de los activos, significan que es menos probable que los bancos europeos necesiten recurrir a la venta de valores y la realización de pérdidas.
Asimismo, la calificadora de riesgos resalta que tanto el Banco de Inglaterra como el Banco Central Europeo disponen de líneas de liquidez contingente bien desarrolladas y que los bancos utilizan activamente, mientras que en Estados Unidos no había un acuerdo tan amplio hasta que se implementó este fin de semana el programa de financiamiento a plazo bancario (BTFP).
“Estas diferencias críticas no hacen invulnerables a los emisores europeos” apunta la agencia, ya que, por definición, los balances de los bancos están apalancados, tienen descalces de vencimiento y, a menudo, son complejos y opacos, con interrelaciones y exposiciones que a menudo sólo se conocen después del evento.