Moody´s mantiene la clasificación de Chile en “A1” y perspectiva “estable”, aunque muestra una creciente preocupación por la evolución del país. En un seminario de la agencia alertaron sobre los importantes desafíos que encara el país, destacando que el recrudecimiento de la crisis sanitaria puede conducir a un mayor deterioro económico.

Arine Ortiz-Bollin, analista de la calificación soberana de Chile, comenta que “antes estábamos pensando que la deuda iba a continuar su incremento gradual, pero va a ser muchísimo más abrupto”, destacando que el 40% del PIB se va a alcanzar en 2021 y no en 2024, como se proyectaba antes.

“Si bien esta crisis es global y todos los países se están deteriorando y están enfrentando contracciones económicas, con mayor gasto y mayor deuda, son pocos los países en los que en cinco años es posible que la deuda aumente 20 puntos del PIB”, comenta Ortiz-Bollin, recalcando que “sí es una preocupación, desde el punto de vista crediticio, no necesariamente el nivel al que se está llegando, sino el ritmo al cual está aumentando”.

La lista de preocupaciones sobre Chile es variada. “Si hay un repunte en los contagios y las cuarentenas continúan, puede haber un daño permanente en el tejido social y en la capacidad productiva del país, provocando que la tasa de crecimiento a mediano plazo sea más baja”, indica, y precisa que ve difícil que Chile crezca sobre 3%.

Además, indica que el estallido social que antecede a la pandemia suma riesgos, al revelar que el malestar ciudadano es intenso y resolverlo es urgente. “Va a ser difícil para el gobierno atender las demandas sociales y, al mismo tiempo, poder implementar una consolidación fiscal, en un contexto de menor crecimiento económico”.

Asimismo, consigna que el proceso constitucional y las elecciones presidenciales de 2021 “representan riesgos adicionales”, dado que “podrían modificar los consensos sociopolíticos y económicos que han prevalecido en Chile en las últimas décadas”.

Son esos últimos puntos por los que Moody’s no apuesta por un pronto repunte de la inversión, lo que reconocen como la única diferencia en relación al panorama presentado en la jornada previa por el Banco Central.

Sobre el plan fiscal que promueve el gobierno por hasta US$12.000 millones, Ortiz-Bollin considera que es “bastante sustancial”. Además, “es positivo, desde el punto de vista de crédito, su diseño con un ‘hasta’ (…) Se ha puesto un límite en monto y duración”, señala.

Respecto al hecho de que Moody’s se desacopla de Fitch y S&P Global, al no rebajar la perspectiva de “estable” a “positiva”, explica que ello no es reaccionar a eventos. “No le sirve a los inversionistas que siguen nuestras calificaciones que les rebajemos a todos”, subraya. Reiteró que Chile comparado con sus pares de calificación sigue contando con una destacada espalda fiscal.