La actividad de las fábricas chinas se contrajo en enero a su mayor tasa en casi tres años por una disminución de los nuevos pedidos y la producción, mostró el viernes una encuesta privada, lo que hace temer que se esté agravando la desaceleración de la segunda mayor economía del mundo.

La lectura fue más sombría de lo que anticipaba una encuesta oficial reportada el jueves, que mostró tensiones crecientes en el sector manufacturero, una fuente clave de empleos en China.

El índice de gerentes de compras (PMI, por su sigla en inglés) de Caixin/Markit para enero cayó por segundo mes seguido a 48,3 desde 49,7 en diciembre, lo que marca su peor lectura desde febrero de 2016.

Economistas encuestados por Reuters habían pronosticado un leve declive para enero a 49,5, justo por debajo del nivel de 50 que separa la expansión de la contracción en una base mensual.

Los nuevos pedidos, indicador de la actividad futura, cedieron por segundo mes seguido a 47,3, la lectura más baja desde septiembre de 2015. Las empresas reportan una demanda débil pese a que están ofreciendo los descuentos más agresivos en tres años.

Una demanda más floja golpeó la producción de las fábricas, que se contrajo por primera vez en 31 años. Las empresas han ido reduciendo empleos por 63 meses seguidos.

La demanda doméstica ya había ido debilitándose antes de que Estados Unidos y China se empezaran a imponer mutuamente aranceles a sus exportaciones, en medio de costos más altos de los prestamos por las medidas impuestas por Pekín contra las operaciones de crédito riesgoso.

El punto positivo del sondeo Caixin fue el leve incremento en los pedidos de exportación durante enero, que puso fin a una racha perdedora de nueve meses.