Hoy en Chile no existen cuotas para las empresas privadas respecto de la inclusión de mujeres en los directorios. Tampoco hay una recomendación de un porcentaje determinado por parte de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) que obligue, además, a las compañías a explicar el por qué no alcanzan ese número. Por tanto, las firmas se guían por el sistema que prima en el mundo: la autorregulación. Cada compañía nombra a los integrantes de su mesa y sólo reporta ciertos indicadores de género a la CMF. La presidenta ejecutiva de ChileMujeres, Francisca Jünemann, explica que si se toman los países que tienen este último sistema, el promedio de representación femenina en sus directorios alcanza el 15%. Bueno... este 2022, Chile acaba de superar esa barrera.
Hace un año, las empresas del IPSA tenían en total 255 directores. De ellos, sólo 36 eran mujeres, es decir un 14,1%. El grupo de compañías que componen ahora el selectivo suman 250 integrantes en sus mesas directivas, y tras las juntas de accionistas que acaban de concluir este viernes, el número de mujeres saltó a 47, un 18,8% del total. Y si se compara con hace tres años, el avance se ha duplicado: desde un 8,6% en 2019 al 18,8% actual. Las grandes empresas del país tenían apenas 19 mujeres en sus mesas hace un trienio. El gran salto se dio en los últimos dos ejercicios. Se dejó atrás el digito de representatividad, y se pasó de un debil 10% en 2020, al dato que se evidencia hoy.
“Se está logrando el primer paso de varios, que es que las empresas sepan que no pueden no tener mujeres en el principal órgano del gobierno corporativo. Y que así deje de haber empresas cero”, enfatiza Jünemann.
Durante esta temporada 2022, prácticamente todas las empresas que debían renovar sus mesas, incorporaron mujeres a ellas. Sólo Inversiones de Agua Metropolitana (IAM) mantuvo la presencia femenina igual que antaño: con una mujer -María José Uauy- como una de los siete suplentes que tiene. De esta manera, si hace un mes había cuatro compañías que carecían de presencia femenina, actualmente se reducen a dos: Entel y CCU. Ambas, eso sí, no modificaron a sus integrantes este año. A la primera de ellas le corresponde renovación en 2023, y a la firma del grupo Luksic, en 2024.
Menos empresas cero
La política de género de SQM apuntaba a alcanzar un 20% de mujeres en su dotación en 2021. Sin embargo, en su directorio de nueve miembros no existía ninguna exponente femenina. Era una de las llamadas empresas cero, término acuñado en alusión a cero mujeres en sus mesas. Ese panorama cambió este año. La firma sumó a dos mujeres a sus filas: la exreportera jefa de la agencia de noticias Xinhua, en Beijing, Dang Qi, y la enfermera, directora de la Cámara de Comercio Asia Pacífico, gerenta general de Waygroup Chile y socia fundadora de Crosscheck, Gina Ocqueteau. Qi se incorporó al comité de Seguridad, Salud y Medio Ambiente de la minera, mientras que Ocqueteau llegó al comité de Directores.
SQM fue seguida por Vapores, otra firma que este año también salió de la categoría de empresas cero. La naviera del grupo Luksic añadió a la abogada Karen Paz, exgerente legal de SAAM S.A., y secretaria del directorio y del comité de directores de la Sociedad Matriz SAAM S.A., controlada por Quiñenco. Con este nombre rompió la hegemonía masculina en su mesa.
Similar situación ocurrió en Engie Energía Chile. La compañía sumó a la chief Financial Officer de la Unidad de Negocios Global Térmica del grupo, Mireille Van Staeyen, a su directorio. En la compañía también está Victoria Vásquez como suplente.
Ahora, si bien las empresas sin mujeres en sus directorios se reducen a dos, aún hay otras dos que sólo las tienen en calidad de suplentes: Banco de Chile, con Sandra Guazzotti; y IAM, con María José Uauy.
La headhunter Amrop fue la encargada de proponer nombres de directores a las AFP. El socio de la firma, Max Vicuña, explica que sus recomendaciones se orientaron básicamente hacia la paridad. “Más que insistir en mujeres, era que las representaciones fueran equilibradas, e hicimos propuestas bastante paritarias”, señala. Las administradoras propusieron candidatas en empresas como Mall Plaza y CMPC.
A juicio de Vicuña, las AFP han jugado un rol importante en promover la inclusión de mujeres . “Han sido bastante perseverantes en esto”, afirma. A ellas se han sumado las multinacionales que, por políticas de sus matrices, han ido incorporando referentes femeninos, lo que al final del día ha sido replicado por las compañías nacionales. “Ambos han sido actores importantes en que lo que antes era un fenómeno más distante haya sido incorporado dentro de lo que es una buena práctica, sustentada en el aporte que significan”, indica Vicuña.
En Security, por ejemplo, sumaron a su segunda mujer. Ya estaba la directora en España de dos empresas del Ibex, Ana Sainz. Y ahora la abogada y presidenta de Empresa Portuaria Talcahuano San Vicente, Consuelo Raby, obtuvo la primera mayoría, con un 16% de los votos, incorporándose a la mesa. “La vasta experiencia de Consuelo Raby en temas corporativos y desarrollo de compañías serán un gran aporte para Grupo Security. Estamos seguros que su participación en el directorio será una importante contribución al crecimiento y la proyección sostenible de los negocios”, dijo a Pulso el presidente de la firma, Francisco Silva.
La meta del 30%
Hay un avance, es cierto. Y el salto es evidente. Sin embargo, es un peldaño de una escalera que aún tiene varias etapas. El incremento más relevante para alcanzar un cambio, dicen sus impulsoras, se ubica en el 30% de mujeres en las mesas. Francisca Jünemann manifiesta que es recién en ese porcentaje cuando se empieza a apreciar el aporte de la diversidad de género en mayor amplitud. “Súper bien haber llegado al primer paso, ahora vamos al segundo, que es alcanzar el 30%”, remarca.
De hecho, según el último reporte de GrantThornton en la materia, las mujeres en puestos directivos a nivel mundial ya alcanzan el 32% del total. Las metas se sitúan en el 34% en 2025. El Informe de Género de la CMF al 2021, da cuenta de que el promedio Ocde está en 26%, un porcentaje bastante más alto que el nivel local. En Francia, por ejemplo, el dato es de un 45%, casi en paridad.
Más allá de eso, en Chile hay empresas que han ido avanzando hacia un nivel superior de representatividad. Ya existen aquellas donde un 33% son mujeres. Y aún más, hay una donde el 42% de la mesa es de representación femenina. Se trata de CAP, que tiene siete directores y donde desde 2021 tres de ellos son mujeres: la ingeniera comercial Manola Sánchez; la economista María Olivia Recart y la abogada Patricia Núñez.
En el rango del 33% -9 directores, tres de ellos mujeres- hace un año estaban Colbún, SMU y Ripley Corp; ahora se les sumó Cencosud y CMPC. En el caso del retailer de la familia Paulmann, a la presidenta Heike Paulmann se sumó la colombiana Mónica Contreras, presidenta de la Transportadora de Gas Internacional (TGI) y del Grupo de Energía de Bogotá (GEB); y la exministra de la Producción del Perú durante el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, Lieneke Schol.
En CMPC entraron Ximena Corbo, consejera de Sofofa y responsable de la división lácteos de Nestlé en Chile; Carmen Sfeir, abogada chilena con larga experiencia en Brasil, y la ingeniero química y exejecutiva de Unilever, Danona, y Coca-Cola, Cecilia Facetti.
Para Vicuña, el avance va a ir en concordancia con un tema cultural. En ChileMujeres, en tanto, aseguran que la autoridad debe colaborar en esto. Para acelerar la meta del 30%, apuntan a que la CMF no sólo pida reportar la cantidad de mujeres, sino también recomendar una cuota, y que si no se llega a ella se explique el por qué de eso. “Sólo explicar hace que la empresa reflexione más sobre este punto y busque más talentos”, destaca Jünemann. La misma CMF ya ha señalado que de manera espontánea, a este ritmo, el promedio Ocde se podría alcanzar recién en 15 años.