Hace 10 años la participación laboral de la mujer era de 50,3%. Hoy subió a 52,9%. La tasa de ocupación a principios de 2014 llegaba a 46,7%, y actualmente es de 48,2%. Esas son dos cifras que muestran cómo ha evolucionado el mercado laboral de la mujer. Que, si bien ha mostrado un avance, a todas luces los expertos mencionan que es insuficiente.
En la última década el número de mujeres ocupadas superó en Chile los 4 millones de personas. Si en el trimestre móvil de noviembre 2013-enero 2014 llegaban a 3.334.952, ahora, en el trimestre noviembre 2023-enero de 2024, llegaron a 4.011.820. Esto se traduce en un alza de 676.868 en la década.
De acuerdo al análisis del director del OCEC-UDP, Juan Bravo, ello implica que las mujeres representaron el 43,3% del empleo total, la cifra más alta desde que existen registros. “Si comparamos con la situación existente hace una década, se observa un aumento de 2,4 puntos porcentuales (pp) en la proporción de mujeres en el empleo total, puesto que en el trimestre noviembre 2013-enero 2014 el empleo femenino representó el 40,9% del empleo”, puntualiza.
“Es un alza importante, porque a pesar de la pandemia y los estragos que provocó sobre la empleabilidad femenina aumentó y ha continuado avanzando el proceso de inserción femenina”, sostiene Bravo. Asimismo, añadió que todavía falta por avanzar, “pues las mujeres continúan mostrando importantes brechas en materia de inserción laboral respecto a los hombres. En la medida que dichas brechas se van reduciendo y más mujeres se vayan incorporando al mercado laboral también veremos que el porcentaje de mujeres en el empleo total sigue ascendiendo”.
Los sectores económicos donde más se concentra el empleo femenino es en comercio con 847.883, seguido por educación con 562.977 y salud con 494.733. En total suman 1.905.593 lo que representa el 47,5%. Hace 10 años esos mismos sectores representaban el 44,5% sobre los 3.334.952.
Ahora bien, el análisis muestra también los sectores donde más aumentó la presencia de mujeres en el empleo durante la última década. Una de ellas es Actividades Inmobiliarias, en donde dicha cifra pasó desde 31,3% en noviembre 2013-enero 2014 a 42,8% en noviembre 2023-enero 2024, anotando un alza de 11,5 puntos porcentuales (pp). Otro sector que registra un importante aumento en el porcentaje de mujeres ocupadas es Actividades Artísticas y Recreativas, con un alza de 10,2 pp en el periodo analizado, y Minería, con un incremento de 6,7 pp en este lapso de tiempo.
Por el contrario, el sector de Servicios Administrativos y de apoyo registró una caída de 8 pp en la proporción de empleo femenino durante la última década, siendo la mayor disminución de este indicador en la última década entre todas las ramas de actividad económica. Otras ramas que registran caídas importantes en la proporción de empleo femenino en el periodo bajo análisis son Otras Actividades de Servicios y Actividades de los Hogares como Empleadores, con reducciones de 5,2 pp y 4,3 pp respectivamente.
Otro eje que muestra este análisis es que los trabajos que eran los “más masculinizados” hace una década lo siguen siendo en la actualidad. En efecto, actividades económicas como Construcción, Minería, Transporte y Almacenamiento y Suministro de Electricidad y Gas eran las ramas con la menor prevalencia de ocupadas mujeres entre todas las ramas de actividad económica en el trimestre noviembre 2013-enero 2014 y también lo son al trimestre noviembre 2023-enero 2024.
Algo similar ocurre con las ramas que eran las “más feminizadas” hace una década atrás: Actividades de los hogares como empleadores, Salud y Enseñanza siguen siendo las ramas con la más baja prevalencia de ocupados hombres entre todas las ramas de actividad económica.
Ahora bien, en las ramas más masculinizadas el informe indica que hubo aumentos en la proporción de empleo femenino entre los ocupados en comparación a una década atrás. Así, en la Construcción la proporción de mujeres en el total de ocupados fue de 6,9% en noviembre 2013-enero 2014, mientras que en noviembre 2023-enero 2024 se ubica en 7,6%, es decir, un alza de 0,7 pp. En la Minería, la proporción de empleo femenino era de 7,9% hace una década, cifra que actualmente es del 14,6%, con lo que el alza es de 6,7 pp.
Por su parte, en la rama económica de Transporte y Almacenamiento la proporción de empleo femenino en el total se elevó en 3,5 pp en la última década y en la rama Suministro de Electricidad y Gas el alza fue de 1,3 pp en dicho periodo. Así, si bien las ramas más masculinizadas son las mismas que hace una década, en todas ha habido algún grado de avance en la proporción de empleo femenino.
Servicio doméstico
El informe hace un zoom a la evolución que ha tenido el empleo doméstico, ya que prácticamente en su totalidad ha sido desempeñado por mujeres. Al trimestre noviembre 2023-enero 2024 el 96,7% de quienes ejercen como personal de servicio doméstico puertas afuera eran mujeres, mientras que en el segmento de quienes ejercen su ocupación como servicio doméstico puertas adentro el 98,9% eran mujeres.
Así, el empleo como servicio doméstico puertas adentro al trimestre noviembre 2023-enero 2024 fue de apenas 32.117, cifra que es menor a los 54.735 registrados al trimestre noviembre 2019-enero 2020, previo a la pandemia. Sin embargo, la tendencia secular a la caída en este tipo de empleo resulta clara si nos remontamos a una década atrás, cuando al trimestre noviembre 2013-enero 2014 72.809 personas se desempeñaban como personal de servicio doméstico puertas adentro.
Otra forma de analizarlo es a través de la pérdida de importancia de este formato laboral dentro del empleo femenino. Mientras en el trimestre noviembre 2013-enero 2014, el 2,1% de las mujeres se empleaba como servicio doméstico puertas adentro, en noviembre 2023-enero 2024 apenas el 0,8% de las mujeres ocupadas ejercía esta modalidad laboral.
Según explica Bravo, este tipo de empleos va en retirada, y se debe a que “más mujeres acceden a mayores niveles educativos y a mejores oportunidades”. Asimismo, “el aumento en el nivel de ingreso per cápita lleva a que menos mujeres tengan necesidad de ejercer esta modalidad laboral. Otros fenómenos, como la menor cantidad de hijos y la disminución en el número de integrantes promedio del hogar, también contribuyen a la reducción en la demanda de servicio doméstico puertas adentro”, puntualiza el economista.
Otro factor que lo explica es que Chile ha ido aumentando su nivel de ingreso per cápita en las últimas décadas, por lo que “la situación se ha ido asemejando más a lo que ocurre en los países desarrollados, donde, de acuerdo a lo que indica la evidencia empírica, tiende a desaparecer el empleo de servicio doméstico puertas adentro y el servicio doméstico puertas afuera es normalmente ejercido por grupos con grandes necesidades de trabajo, como los inmigrantes”, subraya el análisis.
Sala cuna sigue en deuda
Varios gobiernos han propuesta ampliar la cobertura de la sala cuna para que el peso de su aplicación no recaiga solo en la madre trabajadora
Eso es lo que plantea este análisis como una forma de avanzar en una mayor empleabilidad para las mujeres. “Una de las raíces fundamentales de las brechas de género en materia laboral es que la legislación laboral replica la lógica cultural de ausencia de corresponsabilidad, al asumir implícitamente que son las madres las principales responsables del cuidado de los hijos. Esa lógica se traduce en derechos laborales asociados a los cuidados de los hijos que no son equitativos entre padres y madres, lo que encarece la contratación femenina”, argumenta Bravo.
Por ello, enfatiza que “mientras no se modifique la legislación de sala cuna para que el derecho no dependa del número de mujeres contratadas, mientras no haya postnatal igualitario y mientras se sigan aprobando leyes en donde el derecho de los padres no es exclusivo, sino que queda supeditado a la decisión de la madre el otorgarlo, seguirá siendo más costosa la contratación femenina y, por ende, seguirán existiendo brechas de género en materia laboral”.