La casa de moda de lujo Prada anunció que logró un acuerdo para comprar a su rival Versace. Ambas son firmas de origen italiano y con su sede central en Milán, pero Versace estaba en manos del grupo estadounidense Capri Holdings, que también participan en el sector de artículos y ropa de lujo con marcas como Jimmy Choo y Michael Kors.

La compra de la firma, que es controlada por la diseñadora Miuccia Prada y su marido Patrizio Bertellifue, fue por el 100% de la operación y por un monto de 1.250 millones de euros (US$1.380 millones). Un valor inferior a los 1.830 millones de euros (US$2.100 millones) que pagó Capri Holdings para adquirir la firma en 2018, que pertenecía en un 80% a la familia fundadora y el resto a Black Rock.

“La ambición de Prada de convertirse en un conglomerado líder del lujo italiano es un paso significativo en un mercado dominado por grupos franceses. Es exactamente lo que muchos italianos esperaban”, declaró Achim Berg, asesor de la industria de la moda y el lujo, al medio CincoDías.

La unión de las dos marcas legendarias dará lugar a un grupo de lujo italiano con más de 6.000 millones de euros (US$6.600 millones de dólares) de ingresos, lo que le permitirá competir con otros gigantes del sector, como los franceses LVMH y Kering, resaltó la agencia de noticias AFP.

“Estamos encantados de dar la bienvenida a Versace al grupo Prada y de construir un nuevo capítulo para una marca con la que compartimos un fuerte compromiso con la creatividad, la artesanía y el legado”, afirmó su presidente y director ejecutivo, Patrizio Bertelli, en un comunicado.

Sin embargo, la nota de AFP matiza que, el futuro grupo italiano está todavía lejos de las dimensiones de los conglomerados franceses: las ganancias de LVMH alcanzaron casi los 85.000 millones de euros (US$93.000 millones) en 2024 y las de Kering 17.000 millones de euros (US$18.000 millones).

Otra de la características de las operación es que revierte una tendencia en las adquisiciones en el mundo del lujo. Antes del anuncio, los grupos de moda de Italia eran comprados por su competencia de otros países. Por ejemplo, la francesa LVMH, matriz de Louis Vuitton, tiene marcas italianas como Fendi y Loro Piana, y lo mismo ocurre con la francesa Kreing, que tiene en su catalogo a Gucci.

Prada, de 112 años de existencia, se caracteriza por un estilo de moda más minimalista y artística frente a las prendas más maximalistas de Versace.

“Versace es una marca reconocida y debería complementar a Prada”, afirmó Luca Solca, analista de Bernstein, a Bloomberg en Línea. Aun así, la marca “requiere grandes inversiones”.

La nueva aventura de Prada también se da en un contexto en que el mundo del lujo no vive su mejor momento y está en una posición mermada frente a sus otros pares. Tras una caída cercana al 32% desde su máximo histórico de mediados de febrero, Prada vale alrededor de 14.000 millones de euros, en comparación con los 264.000 millones de euros de LVMH, resaltó Bloomberg en en línea.

La compraventa también se da tras que Capri Holdings reportó pérdidas en el último trimestre del 2024 por US$547 millones, donde Versace lideró la caída en los ingresos dentro de las marcas del grupo. No obstante, estas cifras se asemejan a las otras que vive el segmento del lujo. Por ejemplo, LVMH recortó sus ganancias en el mismo período.