El cambio de era en el sector energético, que decidió dejar atrás la tendencia histórica de apostar por carbón y gas para generación eléctrica y jugársela por las renovables, ya se está notando en las finanzas de las compañías.

Esta semana, el grupo italiano Enel reportó las cifras de sus negocios globales para los nueve primeros meses del año, donde destacó el peso que está ganando el negocio renovable tanto en Chile como en el mundo, versus el termoeléctrico.

En el caso local, los ingresos por generación renovable subieron de 741 millones de euros (US$847 millones) en enero-septiembre del año pasado a 1.121 millones de euros (US$1.281 millones) al año siguiente. Esto es, un avance del 51%.

Al mismo tiempo, el sector termoeléctrico, que se reporta de manera conjunta con el de comercialización, que agrupa a las unidades diésel, a carbón y gas, pasó de generar ingresos por 1.397 millones de euros (unos US$1.600 millones) en 2017 a 568 millones de la divisa europea, equivalente a US$649 millones.

Esto, además, es prácticamente la mitad que los ingresos que genera el brazo renovable, una señal del cambio de época que vive la industria.

A nivel regional esto se replica, pero no tan marcado. En los primeros nueve meses del año, el negocio térmico pasó de 2.090 millones de euros en 2017 a 1.293, una caída del 38%, mientras que el renovable pasó de 2.085 millones de euros a 2.594 millones de euros, unos US$2.966 millones.

Una novedad es que Enel pasó a reportar el negocio renovable agrupando en esa categoría a todas las ERNC: renovables variables (eólica y solar), la geotérmica, que la empresa desarrolla en Chile en conjunto con Enap; y la hidroeléctrica, que forma parte del core del negocio de la antigua Endesa.

Parte del interés que generan las renovables para Enel se ha traducido en cambios societarios que ha implementado el grupo italiano, principalmente en Chile.

Aquí, la empresa pasó a agrupar su filial renovable no convencional, denominada Enel Green Power (EGP) con Enel Chile, continuadora de los negocios en el país que tenía la antigua Enersis.

A su vez, Enel Generación (la antigua Endesa), se quedó con todo el negocio convencional, que incluye tanto lo térmico como la hidroelectricidad de embalse.