Algunas de las inversiones más visibles que tiene el empresario nacional Andrónico Luksic (64) en Europa le están significando cuantiosas pérdidas en el último año.

Al golpe que le ha significado el traspaso del Banco Popular al Santander en España, apuesta en que el empresario de ascendencia croata perdió un poco más de US$ 100 millones, se suma el mal momento que vive la compañía productora de cables francesa Nexans.

La exfilial de Alcatel, sobre la cual Luksic posee el 28,39% de sus acciones (a través de la sociedad Invexans), está pasando por un momento complejo. Hace un año su valorización bursátil alcanzaba los US$ 2.849,5 millones, hoy llega a US$ 1.374,5 millones, es decir, en estos 12 meses el empresario ha perdido US$ 418,7 millones, sin contar los dividendos que podría haber recibido.

El Grupo Luksic, a través de su holding de compañías industriales, Quiñenco, tiene indirectamente un porcentaje mayoritario en Nexans; ningún otro inversionista tiene individualmente más títulos que la matriz chilena en la empresa.

Pese a ello, Luksic no tiene un control total de la productora de cables debido a la regulación francesa, por lo que cercanos al grupo reconocen que "no se ha podido ejercer toda la influencia que se hubiese querido en la gestión de la compañía".

De hecho, Quiñenco tiene solo tres de 13 asientos en el directorio. Uno de ellos es ocupado por Hubert Porte, francés asentado en Chile en las últimas décadas, fundador y presidente ejecutivo de la administradora general de fondos Ecus, que además de distribuir grandes fondos europeos, como AXA, también actúa como vehículo de private equity, donde tiene en su portafolio a empresas como la cadena de jardines infantiles Vitamina.

El otro director es Francisco Pérez-Mackenna, gerente general de Quiñenco y el tercero es el propio Andrónico Luksic.

El cable suelto de Nexans

Nexans es una de las fabricantes de cables más grandes del mundo, con presencia en 34 países, casi 27 mil empleados y está listada en la Bolsa de París. Un acuerdo firmado en septiembre de 2008 permitió a la firma de Luksic Invexans (entonces Madeco) convertirse en el principal accionista individual de Nexans, tras la venta de la unidad de cables regional de Invexans a dicha empresa francesa, a cambio de efectivo y una participación de 9% en la compañía, porcentaje que con los años ha ido aumentando hasta casi el 30% actual.

El desempeño de la compañía ha caído en el último año, lo que se ha reflejado en el derrumbe de 49,48% en el precio de sus acciones en los recientes 12 meses. Hace un mes, llegaron al mismo nivel que tenían a fines de 2014, uno de sus peores momentos.

A marzo de este año, Nexans aportaba prácticamente la totalidad de los ingresos del área manufacturera de Quiñenco, que significa el 25% de los ingresos del holding, que también controla a otras empresas, como el Banco de Chile o CCU.

Nexans pronosticó que su utilidad consolidada para 2018 antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (Ebitda) sería de aproximadamente 325 millones de euros, en comparación con un objetivo ya rebajado de 350 millones de euros otorgado en junio.

¿Cuáles son las razones tras el magro momento de la firma gala?

El CEO de la compañía, Christopher Guérin (46), explica a Pulso Domingo que "los resultados de 2018 son decepcionantes, porque la industria ha enfrentado vientos en contra, en particular en el segmento de cables de alto voltaje. La mayoría de los participantes de la industria han emitido advertencias de menores ganancias y sus acciones han caído".

Guérin tan solo lleva un par de meses como ejecutivo número uno de la empresa, dada la sorpresiva renuncia del CEO anterior. Como muestra de la profunda reestructuración que está llevando a cabo la francesa, esta semana también se anunció a un nuevo gerente de finanzas o CFO, Jean-Christophe Juilliard, quien asumirá sus funciones en enero.

El nuevo CEO ya impulsó también el cambio de uno de los ejecutivos de un área clave: el de negocios de alto voltaje.

Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco y director de Nexans, reconoce a Pulso Domingo que "este ha sido un tiempo muy desafiante para la compañía y para la industria en general.

Hemos sido testigos de su consolidación, a través de fusiones de importantes empresas, porque de alguna manera todos estamos enfrentando la necesidad de alcanzar mejores índices de competitividad".

Respecto del nuevo CEO, sostuvo que desde Quiñenco "nos jugamos mucho porque fuera alguien interno quien lo sucediera. Christopher Guérin es uno de los ejecutivos de mejor desempeño, con más de 20 años en la compañía, quien debiera dar continuidad a la operación y llevar adelante un nuevo modelo de negocios".

Para la mano derecha de Luksic, "lo que ha venido sucediendo con la acción de Nexans, que algo se recuperó esta semana, tiene que ver con una reacción y un ajuste de expectativas por parte del mercado, dado que los proyectos submarinos de alto voltaje que venían mostrando gran fuerza se han postergado. Desde principio de año los títulos de la industria han caído".

Otra fuente conocedora de la compañía añade que las empresas de cables "están sintiendo el menor nivel de actividad y también la mayor competencia de empresas equivalentes chinas, que han ganado participación de mercado".

Nexans ha estado bajo mayor presión desde que el grupo de cable italiano Prysmian compró a su rival estadounidense General Cable, en diciembre del año pasado, poniendo un abismo de escala entre las compañías. Sin embargo, Guérin afirma que "fusiones o adquisiciones no son prioridad en este momento".

El plan maestro para revertir el mal momento

Pérez remarca que Quiñenco es "un inversionista de largo aliento" en Nexans y explica que "para revertir la situación se están tomando medidas importantes. Y desde el directorio se ha acompañado a la administración para hacer de Nexans una compañía mucho más eficiente y preparada para los desafíos que vienen".

En efecto, el nuevo CEO francés tomó las riendas de la empresa con un nuevo plan de competitividad llamado "ritmo para el crecimiento", que implica una mejora de productividad, reducción de costos y reposicionamiento en los segmentos más rentables (servicios y sistemas), lo que debiese impulsar el Ebitda de la compañía a 500 millones de euros hacia 2021, desde los 325 millones esperados para este año.

Además, Guérin detalla que espera lograr una rentabilidad exigida a los capitales empleados (Roce) de 15,5% y un flujo de caja libre acumulado (antes de fusiones, adquisiciones y dividendos) que exceda los 200 millones de euros sobre el periodo 2019-2021.

El francés dice que transformará el modelo operativo basado en tres pilares: "Enfocar, simplificar y adaptar. En lugar de centrarnos en el crecimiento del volumen, queremos avanzar en la cadena de valor abordando los servicios de mercado de 120.000 millones de euros con nuevas ofertas y asociaciones estratégicas".

Con esto busca desarrollar soluciones que dejen atrás la idea de que los cables solo son productos básicos y que puedan seguir apuntalando desarrollos altamente tecnológicos, como las conexiones de electricidad o de fibra óptica submarina.

Desde Nexans aseguran que tienen activos que se podrían calificar de prescindibles, incluso reconocen que hoy son "quemadores de valor". Pero no esperan venderlos y aseguran que "transformaremos la forma en que administramos estas unidades y aplicaremos nuestro método SHIFT (metodología propia que creó Guérin y que dice que es probado y escalable) para que sean rentables.

Desarrollé e implementé con éxito el método SHIFT en unidades que se encontraban en una situación difícil en Europa cuando dirigía la región", explica el CEO.

Por estos días se reactivó la confianza del mercado en la compañía y las acciones cerraron este viernes con un alza semanal de 4,11%, luego de que se informara que serán cables de Nexans los que llevarán a la costa de Inglaterra electricidad eólica del Mar del Norte (contrato por 150 millones de euros) y este miércoles se reveló un contrato por 111 millones de euros para interconectar la ciudad griega de Lavrion con la isla de Syros.

Por ahora, Luksic sigue con fe en Nexans y apuesta a que sea una empresa clave en el futuro cercano.