Nissan, en el origen de la investigación que hizo caer al poderoso Carlos Ghosn, quiere recuperar lo que le "robó", empezando por los casi $8 millones de euros (Más de US$9 millones), según el gigante japonés, fueron indebidamente pagados a su exdirigente a través de una filial holandesa.
Estas nueva acusaciones salieron a la luz la semana pasada pero ahora son oficiales: en un comunicado, Nissan afirma que Ghosn, de 64 años, "recibió una remuneración total de 7.822.206,12 euros (tasas incluidas)", (unos US$9 millones), de parte de Nissan-Mitsubishi B.V. (NMBV).
La coempresa NMBV, a partes iguales de Nissan y Mitsubishi Motors, fue fundada en junio de 2017 "con la misión de exploración y promoción de sinergias dentro de la colaboración".
Unos meses antes, Ghosn salió al rescate de Mitsubishi Motors, salpicado por un escándalo de falsificación de datos. Y ya tenía la intención, con su mano derecha, Greg Kelly, de "recibir ingresos clandestinos a través de una estructura no consolidada en Holanda", afirma Nissan.
Kelly fue detenido al mismo tiempo que Ghosn junto a otros cómplices.
Finalmente, en 2018 "se firmó un contrato sin discutir con los otros miembros del consejo de administración de NMBV que son el presidente de Nissan, Hiroto Saikawa, y el presidente de Mitsubishi Motors, Osamu Masuko. Ellos no recibieron ningún ingreso", afirma el fabricante automotriz.
El secretariado de Nissan era el único que estaba informado del caso, según una fuente cercana. Ghosn fue pagado generosamente, denuncia, "aunque solo asistió a una reunión operacional, en agosto".
Considerando que se trata de una "falta" de Ghosn, Nissan dice "estudiar los medios para recuperar esta suma" mediante una demanda, precisó una persona relacionada con la investigación.