La Fiscalía Nacional Económica (FNE) presentó la semana pasada un informe que indica que las pérdidas asociadas al actual funcionamiento del sistema de notarios podrían llegar a cerca de US$150 millones al año. La FNE calificó a este sistema de poco eficiente, altamente costoso y carente de innovación. Múltiples reformas legales al sistema han sido presentadas. Ninguna ha avanzado. Esta situación puede comenzar a cambiar. El sistema de notarios nace para entregar seguridad jurídica a las personas que utilizan sus servicios. Pero, las condiciones existentes cuando Pedro de Valdivia nombró al primer notario en Chile son muy distintas a las actuales.
Y, sin embargo, tal como lo señala la FNE, el sistema hoy es muy similar al que existía en la época de la Colonia. Para avanzar los países deben ir perfeccionado y modernizando sus instituciones económicas. El objetivo debe ser potenciar el funcionamiento de la economía, evitando que los mercados sean dominados por actores que limiten la competencia y promoviendo la entrada de nuevas tecnologías y empresas innovadoras. ¿Por qué es tan complejo ir adecuando las instituciones económicas a los desafíos del entorno y a la necesidad de mayor competencia en los mercados? Porque se afectan intereses. Y los que se sientan perjudicados, buscarán bloquear el cambio.
A pesar de que, para la sociedad como un todo, los cambios sean un avance. Los notarios han argumentado que el sistema opera adecuadamente y que cambios a la institucionalidad afectarían la certeza jurídica. En su momento, el retail financiero se opuso tenazmente a distintos proyectos que buscaban consolidar la información de deudores en el sistema financiero, a pesar de que este cambio hubiese permitido mejorar el acceso y las condiciones de crédito de hogares responsables en su endeudamiento.
Y así como éstos, hay más ejemplos de bloqueos que impiden avanzar en materia de desarrollo productivo. ¿Qué hacer? Una alternativa es crear instituciones que mejoren la calidad del debate con evidencia que permita desmitificar los argumentos que se usan para evitar los cambios y que al mismo tiempo efectúen propuestas para perfeccionar el funcionamiento de la economía. En el gobierno pasado se crearon dos instituciones que buscan cumplir estas tareas: los estudios de mercado de la FNE y la Comisión Nacional de Productividad (CNP).
Y estas instituciones están funcionando. La evidencia presentada por la FNE en el informe preliminar del estudio de mercado sobre los notarios permite desmitificar muchos de los argumentos que han bloqueado los cambios. Este no ha sido el único estudio. Uno previo de la FNE realizó propuestas para perfeccionar el sistema de rentas vitalicias y un estudio en ejecución busca generar propuestas para perfeccionar el mercado de los medicamentos.
Por su parte, la CNP ha realizado estudios y propuestas para elevar la productividad minera, fortalecer la formación de competencias para el trabajo y aumentar la participación femenina en la fuerza de trabajo.
Y en su último informe realiza una serie de propuestas para enfrentar el desafío digital, incluyendo materias tributarias. El gobierno debiese prestar atención a esto último, pues puede permitirle dar contenido a la discusión que gatilló su anuncio de impuestos a la economía digital. Y de paso, daría una señal de continuidad en la implementación de políticas públicas, si es que verdaderamente esta vez es diferente y no se busca partir de cero.P