El expresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, junto a Douglas Diamond y Philip Dybvig, ganaron el Premio Nobel de Economía 2022 “por su investigación sobre los bancos y las crisis financieras”, dio a conocer este lunes la Real Academia Sueca de Ciencias.
Bernanke dirigió la Reserva Federal (Fed por sus siglas en inglés) desde febrero de 2006 hasta febrero de 2014, durante la administración de George W. Bush y Barack Obama. Enfrentó así la gran crisis financiera que estalló entre 2007 y 2008 (subprime), lanzando una serie de operaciones extraordinarias de compra de bonos del Estado, abaratando el costo del dinero y aportando liquidez.
Nacido en 1953 en Augusta, Georgia, se graduó en economía en Harvard en 1975 y posteriormente se especializó en el MIT de Boston. Ha impartido clases en Princeton, la Universidad de Nueva York y el propio MIT. Su carrera académica se ha dedicado principalmente al estudio de la Gran Depresión desencadenada por la caída del mercado de 1929. “Ben Bernanke, en un artículo de 1983, demostró con análisis estadísticos y fuentes históricas que las corridas bancarias conducían a la quiebra de los bancos y que éste fue el mecanismo que convirtió una recesión relativamente ordinaria en la depresión de los años 30, la crisis más dramática y grave que hemos visto en la historia moderna”, dijo John Hassler, miembro del comité del Premio Nobel de Economía.
Por su parte, Douglas W. Diamond (nacido en 1953) realiza clases en la Universidad Booth de Chicago y se especializa en el estudio de las crisis financieras y de liquidez. Se graduó en 1975 de la Universidad de Brown en 1975 y luego se especializó en Yale.
Junto con el tercer ganador, Philip H. Dybvig, desarrolló el modelo Diamond-Dybving que analiza la dinámica de las corridas bancarias. Dybvig nació en 1955 y es profesor en la Universidad de Washington en St Louis y también tuvo una cátedra en Yale.
Los tres economistas “han mejorado significativamente nuestra comprensión del papel de los bancos en la economía, especialmente durante las crisis financieras, y de cómo regular los mercados financieros”, se indicó en la argumentación que definió su elección. Además, se indicó que sus investigaciones “reducen el riesgo de que las crisis financieras se conviertan en depresiones a largo plazo con graves consecuencias para la sociedad”.
“Las medidas adoptadas por los bancos centrales y los reguladores financieros de todo el mundo para hacer frente a dos grandes crisis recientes -la Gran Recesión (2008) y la crisis económica generada por la pandemia del COVID-19- estuvieron motivadas en gran medida por las investigaciones de los galardonados”, agregó la Academia Sueca.
Los tres ganadores compartirán el premio de US$885.000.
Bernanke y su conexión con chile
En su último libro, Ben Bernanke explica cómo surgió su modelo. Mientras él estudiaba en la universidad, se acercó a uno de sus profesores, Peter Diamond (Premio Nobel de Economía en 2010), para preguntarle sobre qué tema podía abarcar en su tesis doctoral. Diamond le recomendó leer la historia de la Gran Depresión de 1929 y que de ahí algo se le ocurriría. Finalmente, Bernanke analizó en su tesis la forma en que un pánico financiero en la Bolsa de Nueva York se transmitió a la economía real. “Además de cómo la ausencia de políticas macroeconómicas contracíclicas generaron una recesión que luego se transformó en una depresión”, explica el economista y académico chileno Klaus Schmidt-Hebbel, y agrega: “Su gran aporte es entender la importancia de la política monetaria o fiscal en momentos de crisis económica”.
Schmidt-Hebbel conoció a Bernanke en 1983, durante su doctorado en el MIT. El Nobel fue su profesor en un ramo de macroeconomía. No fue hasta el 2000 -cuando el chileno era el gerente del Banco Central (BC)- que se vieron nuevamente. “Lo invité a la Cuarta Conferencia Anual del BC, cuando él era profesor de la Universidad de Princeton, para que fuera uno de los comentaristas de un paper. Aceptó de inmediato. De hecho, creo que esa es una de sus principales características: la modestia y su bajo perfil. Incluso, casi tímido”, relata Schmidt-Hebbel.
Años después, Bernanke le ofreció al economista chileno a ser parte del comité editorial de una recién creada revista sobre estudios de los bancos centrales. De ahí comenzó una amistad que perdura hasta el día de hoy. “Nadie mejor para enfrentar la crisis subprime del 2008 que Ben Bernanke”, comenta Schmidt-Hebbel. “Fue un periodo con características similares a la Gran Depresión y la respuesta fue clave. Inventó una batería de políticas contracíclicas e instó al gobierno (de EE.UU.) y al Secretario del Tesoro a adoptar medidas muy expansivas, donde la primera fue reducir las tasas de interés a niveles bajísimos. Además de comprar activos del sector público y expandir enormemente el crédito a a banca. Así, se reactivaron los mercados financieros. La solución a la crisis tuvo nombre y apellido: Ben Bernanke”, analiza el economista chileno.
Por su parte, el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile (FEN), exministro y expresidente del BC, José De Gregorio, asistió a un curso de Bernanke en la Universidad de Princeton. “Era muy famoso por sus estudios sobre la Gran Depresión, al cual asistí. Fue cuando le pedí que fuera parte de la comisión de mi tesis de doctorado, lo que aceptó sin problemas”, dice De Gregorio, quien agrega que después lo vio varias veces en instancias académicas y, más frecuentemente cuando ambos manejaban los bancos centrales de sus respectivos países, donde se encontraban cada dos meses en la reunión del Bank for International Settlements (BIS) en Basilea. “Nos seguimos viendo cuando voy al Peterson Institute for International Economics (Washington) que queda al frente de Brooking Institution, donde él trabaja”, detalla.
El decano de la FEN coincide en que el norteamericano es una persona sumamente sencilla y cercana. “Le dan el Nobel porque gracias a él aprendimos de crisis financieras y de cómo evitarlas, además de su famoso trabajo sobre la crisis de la confianza y el pánico que dio pie a temas regulatorios en todo el mundo”, indica José De Gregorio, y añade: “Se le conoce como el creador del canal de créditos. Sobre cómo el sistema financiero puede amplificar el ciclo económico”.
El expresidente del Banco Central, Vittorio Corbo, también conoció a Bernanke en los ochenta, a través de su amigo común Stanley Fischer y más tarde le tocó interactuar durante las reuniones bimensuales del BIS “y en un par de veces desayunamos juntos para discutir la contingencia mundial”, cuenta Corbo, quien indica que Bernanke utilizó sus estudios de la Gran Depresión para enfrentar la crisis subprime, “De esa crisis la Fed sacó también importantes lecciones para fortalecer la regulación bancaria, y así, reducir la probabilidad de crisis bancarias futuras”, explica Corbo.
Con todo, Bernanke no ha estado exento de críticas, especialmente por su énfasis en los rescates al sistema financiero en los momentos de crisis, uno de los elementos principales de su modelo. Pero a pesar de esos cuestionamientos, Rodrigo Vergara, expresidente del Banco Central, considera que fue positivo que estuviera al mando de la Fed durante la crisis subprime. De hecho, ambos coincidieron un par de años mientras el estadounidense terminaba su período en la Fedy Vergara comenzaba el suyo en el BC. “Siguiendo lo que había sido su trabajo académico, fue un activo promotor de una política monetaria y financiera fuertemente expansiva, de forma de evitar una mayor profundización de la recesión”, precisa Vergara.
Ben Bernanke vino a Chile nuevamente el 2017, a un encuentro privado organizado por Pimco en el hotel W, al cual asistieron 240 invitados entre analistas financieros, banqueros e inversionistas, incluyendo al ministro de Hacienda de la época, Rodrigo Valdés.
Corridas bancarias
En cuanto a los otros dos ganadores del galardón, el modelo Diamond- Dybvig, publicado en 1983, es uno de los artículos más citados en finanzas y economía, que muestra cómo los bancos sirven a la economía creando liquidez, y cómo esta creación de liquidez somete a los bancos a corridas bancarias si no hay ningún seguro de depósito u otra protección.
Dybvig ha publicado dos libros de texto y más de 35 artículos en revistas líderes. Ha sido consultor para gobiernos, organizaciones e individuos.
Con respecto a Diamond, el chileno Agustín Hurtado, actual Phd Candidate en Finanzas de la Escuela de Negocios de la U. de Chicago, lo conoció el 2018 cuando tomó su curso, “Teoría de Finanzas Corporativas” del doctorado de Chicago Booth. Luego, “Doug” (como le dicen sus cercanos) contrató al chileno por tres años como ayudante de su curso “Mercados e Instituciones Financieras” del MBA de la misma entidad.
“Como profesor e investigador, lo que más destaco de Doug es su claridad y simplicidad. Se dedica a hacer teoría, pero usa modelos simples, que proveen respuestas a preguntas fundamentales como: ¿cuál es el rol de los bancos en la economía?, ¿por qué son inherentemente frágiles?, o ¿qué genera pánicos financieros y cómo podemos resolverlos?”, explica Hurtado.
El chileno agrega que el Nobel es una persona sencilla. “Es uno de los pocos académicos de Chicago que va a todos los seminarios y da su opinión a todos los presentadores internos y externos. También es muy generoso con el tiempo que dedica a alumnos. Todos los años organiza mi seminario favorito de Chicago, el Banking Workshop, donde invita a economistas a presentar su investigación sobre banca”, dice Hurtado.
El economista y socio de Econsult, Sebastián Cerda, también fue alumno de Diamond hace unos 20 años. “Una parte importante del curso se trataba sobre el modelo de las ‘corridas bancarias’. Recuerdo que como anécdota, Diamond contaba que cuando escribió dicho modelo hizo un paper de como 40 páginas. Ahora, -decía- podría hacer lo mismo en tres páginas”, señala Cerda.
“Su planteamiento es fundamental, ya que explica que sucede con estas corridas bancarias en momentos de crisis, además de por qué las instituciones financieras funcionan como funcionan. Por eso es tan importante la regulación”, concluye el socio de Econsult.