La exportación de cerezas chilenas ha mostrado constantes avances en los últimos 10 años, según indica un informe publicado este jueves por el Banco Central, que evidencia el impulso de esta fruta que para enero registró un crecimiento nominal del 55% anual, y llegando a su nivel más alto, con envíos por US$2.925 millones durante la temporada desde noviembre a la tercera semana de enero.
El estudio fue encabezado por el jefe del Grupo de Actividad y Demanda del Departamento de Análisis de Coyuntura, Diego Vivanco; el analista económico senior del Departamento de Análisis de Coyuntura, Camilo Levenier, y el analista económico senior del Departamento de Cuentas Nacionales Anuales, Juan de Dios Leiva, y se enfocó en la contribución y las perspectivas del sector agropecuario-silvícola en la actividad, especialmente en el impacto de la producción de cerezas.
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Con un crecimiento del 317% en la superficie de producción de las cerezas en diez años, según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), esta fruta se posiciona como la que cuenta con la mayor extensión cultivada en el país, donde su temporada se concentra entre noviembre y febrero, con enero como el mes que tiene mayor relevancia.
Lo anterior se hace notar con el incremento del 70% en el volumen de esta fruta, algo que se proyecta, seguirá al alza con un crecimiento de entre el 50% al 60% durante la temporada, en comparación con el año anterior, basado en condiciones climáticas más favorables para la producción de esta temporada.
Así, para el 2024 la exportación de cerezas representó el 43% de los envíos frutales, dejando atrás el 15% que representaba en 2014, y posicionándose como el principal producto de exportación en la fruticultura. El aumento en las exportaciones de cerezas se explica por un impulso en la demanda de China, que absorbe el 90% de estos envíos.
El aumento del volumen de la producción de cerezas, según indica el informe, se puede observar en el Imacec (Indicador Mensual de Actividad Económica) del cuarto trimestre del 2024, el que registró un crecimiento del 3,7% anual, donde en diciembre, que registró un aumento del 6,6%, la agrupación del resto de bienes (actividades agropecuario-silvícola; pesca; electricidad, gas y agua (EGA) y construcción), creció en 12,2%, lo que aportó en 1,9 puntos porcentuales al crecimiento de la actividad de ese mes, siendo la que tuvo mayor incidencia.
“Dentro del resto de bienes, y según los resultados del Imacec, destacó el desempeño de la actividad agropecuario-silvícola, en particular la producción de cerezas”, destacaron los expertos.
Respecto al crecimiento que se observa en la producción de la cereza, el informe explica que “en términos relativos, el incremento en los volúmenes de la temporada actual superará lo observado en períodos anteriores, contribuyendo aproximadamente en 5 puntos porcentuales al crecimiento de las exportaciones reales de bienes”.
El incremento de la exportación de cerezas contrasta con la caída de los envíos en el resto de las frutas, especialmente de la uva, que para el 2024 representó el 16% de la canasta, bajando del 30% que representaba hace 10 años.
“La actividad agropecuaria-silvícola se ha beneficiado de este impulso exportador. Considerando el rezago entre la producción y los envíos al exterior, el aumento en las exportaciones de cerezas ha contribuido positivamente a la actividad en el cuarto trimestre de 2024, especialmente en diciembre, periodo en el cual se concentra su cosecha. Además, otras actividades económicas, como el comercio mayorista y el transporte, también habrían sido impulsadas”, señalaron.
Al estudiar la estacionalidad, los expertos indican que la contribución al crecimiento de la actividad económica será transitoria y que disminuirá gradualmente en los primeros meses del 2025. Además, se espera que el aporte positivo en la balanza comercial se reduzca para los próximos meses.
“Respecto a las temporadas venideras, el aporte de las cerezas estará condicionado por la evolución de diversos factores de oferta y demanda. En primer lugar, cambios en las condiciones climáticas afectan toda la etapa productiva del frutal. A su vez, aún existe margen para que la superficie cultivada siga aumentando, dado que en promedio el cerezo tarda cuatro años en alcanzar su plena capacidad productiva. Finalmente, la evolución de la demanda externa de China y otros destinos también será relevante”, expusieron.