Hace pocos días el Tribunal Constitucional (TC) cerró un largo capítulo de cuatro años, dando la orden de que se promulgue "sin más trámite" la ley que fortalece al Servicio Nacional del Consumidor (Sernac).
Desde distintos sectores se ha acuñado la frase de que este nuevo Sernac es un "León sin dientes". Y si bien es cierto que tras el fallo del TC la nueva institucionalidad quedó sin las facultades sancionadoras que se habían aprobado inicialmente en el Congreso, es necesario aclarar que tras la promulgación de esta ley, el Sernac sí contará con importantes nuevas atribuciones. En palabras del director del Sernac, Lucas del Villar, este "es el cambio más importante de los últimos 20 años para la institución".
Entre otros: la ley aumenta las multas para las empresas infractoras hasta en siete veces más de las que existían. Por ejemplo, las multas por una infracción base, es decir, aquellas que no tiene una multa asignada superior, que hoy es de 50 UTM, será de 300 UTM una vez promulgado el proyecto. Además, le otorga mayor dotación al Sernac, recursos y otras herramientas, como es la facultad de fiscalizar. Se fortalece la figura de la demanda colectiva y se establece la obligatoriedad de las empresas para responder a las solicitudes del Sernac. Por lo tanto, creemos que no es correcto decir que tras el fallo del TC, el Sernac ha quedado sin facultades, sino todo lo contrario.
Ahora bien, es de esperar que en adelante el Sernac haga uso responsable y prudente de estas nuevas atribuciones, dejando de lado la estridencia comunicacional que muchas veces ocupó en el pasado para acusar a alguna empresa en particular. Con nuevas facultades, es de esperar que el Sernac se acerque a ejemplos de otras agencias, como la Fiscalía Nacional Económica, que más allá de algún caso en particular, en general se ha caracterizado por investigar con total confidencialidad y luego presentar requerimientos sólidos para que estos sean analizados por la Justicia.P