El fabricante automovilístico alemán Daimler está de nuevo bajo sospecha de haber equipado un determinado modelo diésel de Mercedes Benz con un sistema para manipular las emisiones de gases contaminantes y que podría afectar a alrededor de 60.000 vehículos.

Pruebas adicionales confirmaron la sospecha de la existencia de un "mecanismo de desconexión ilegal". Un portavoz del consorcio confirmó que la KBA ha abierto contra el fabricante un procedimiento de consulta formal por sospecha de equipamiento con "dispositivo de desconexión ilegal".

Aseguró que el consorcio coopera totalmente con la KBA y está analizando los hechos descritos, al tiempo que rechazó las acusaciones de la KBA de que el fabricante haya tratado de ocultar la existencia del dispositivo de desconexión al volverlo a retirar de manera desapercibida en la actualización del programa.