Los países europeos están enfrentando cada vez más llamados a nombrar mujeres para dirigir sus bancos centrales. Esta semana España tiene la oportunidad de responder.
El ministro de Economía del país, Román Escolano, anunciará ya el martes a un nuevo gobernador para el Banco de España que reemplazará a Luis María Linde. El nombramiento de una mujer para el cargo abriría nuevos caminos para una institución cuyas raíces datan de 1782 y cuyos 69 gobernadores anteriores han sido hombres.
La decisión de España se ha vuelto el centro de atención después de que Benoît Coeuré, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, instara hace solo unos días a los gobiernos a hacer más por la diversidad y a designar a más mujeres para los puestos más altos. Solo dos de los 25 miembros actuales del Consejo de Gobierno del BCE son mujeres.
Entre los nombres vinculados al cargo en España –que ocupa un puesto en el Consejo de Gobierno del BCE– se encuentran José Luis Escrivá, director del regulador presupuestario, la Autoridad Fiscal Independiente, y execonomista jefe de BBVA, y Pablo Hernández de Cos, actual director general de investigación y estadísticas del Banco de España.
Las candidatas mujeres que el gobierno podría considerar incluyen a Margarita Delgado, directora general adjunta del Mecanismo Único de Supervisión bajo la tutela del BCE, o Rosa María Sánchez-Yebra, exsecretaria general del Tesoro de España.
Las oportunidades recientes para aumentar la diversidad de género en el BCE no han funcionado.
Luis de Guindos, exministro de Economía español, ganó este año la carrera para reemplazar al vicepresidente del BCE, Vitor Constancio. Cuando Finlandia nombró en julio a Olli Rehn para suceder al gobernador del banco central Erkki Liikanen, fue escogido de una lista de 10 candidatos que eran exclusivamente hombres. Ni una sola mujer había postulado.