Cuando Alemania firmó un acuerdo en diciembre para ayudar a Bolivia a explotar sus enormes reservas de litio, lo calificó como una profundización de sus lazos económicos con el país sudamericano.

Sin embargo, también permitió a Alemania ingresar al nuevo "Gran Juego", en el que grandes potencias como China están compitiendo por acceder al preciado metal clave para las baterías eléctricas.

La firma del acuerdo en Berlín el 12 de diciembre culminó dos años de negociaciones en las que los alemanes se empeñaron en persuadir al gobierno del presidente Evo Morales de que una pequeña empresa familiar germana era una mejor apuesta que sus rivales chinos, según funcionarios alemanes y bolivianos que fueron entrevistados por Reuters.

China, un aliado ideológico cercano de Bolivia y su mayor acreedor no institucional, ha estado cercando silenciosamente el mercado global de litio, con acuerdos en Asia, Argentina y Chile mientras busca asegurar el acceso a un recurso estratégico que podría impulsar la próxima revolución energética.

El gigante asiático ha invertido US$4.200 millones en litio en América Latina en los últimos dos años, superando el valor de acuerdos similares realizados por compañías japonesas y surcoreanas en el mismo período.

Las empresas chinas ahora controlan casi la mitad de la producción mundial de litio y el 60% de la capacidad de producción de baterías eléctricas.

Funcionarios alemanes dijeron que defendieron la oferta de ACI Systems GmbH al ver la oportunidad de reducir la dependencia germana de los fabricantes asiáticos de baterías y ayudar a sus fabricantes a alcanzar a sus rivales chinos y estadounidenses en la carrera para fabricar autos eléctricos.

Este impulso incluyó visitas de funcionarios del gobierno alemán que hablaron sobre los beneficios de elegir una firma del país europeo. Los funcionarios bolivianos también visitaron fábricas alemanas de baterías, dijo a Reuters el viceministro de Altas Tecnologías Energéticas de Bolivia, Luis Alberto Echazú.

El ministro de economía alemán, Peter Altmaier, escribió una carta a Morales, un defensor del medio ambiente, enfatizando el compromiso de Alemania con temas ambientales y sociales.

Este esfuerzo fue impulsado por una conversación telefónica realizada en abril entre Altmaier y Morales, dijeron funcionarios bolivianos, alemanes y fuentes de ACI.

Los diplomáticos alemanes en La Paz también enfatizaron el respaldo de alto nivel del gobierno alemán al proyecto, las posibles garantías de préstamos y la tentadora perspectiva de acuerdos de suministro con fabricantes de automóviles alemanes, dijeron a Reuters funcionarios bolivianos y de ACI.

La victoria de ACI significa que Alemania ahora tiene un punto de apoyo en la última frontera del llamado Triángulo del Litio de América del Sur: el salar boliviano de Uyuni, uno de los depósitos sin explotar más grandes del mundo.

El triángulo comprende depósitos de litio en un área que incluye Chile, Argentina y Bolivia.

"Esta asociación asegura los suministros de litio para nosotros y rompe el monopolio chino", dijo a Reuters Wolfgang Tiefensee, ministro de Economía del estado de Turingia, un centro de fabricación de automóviles, durante una visita a la capital boliviana, La Paz, en octubre.

Algunos riesgos

La incursión en Bolivia no está exenta de riesgos para ACI.

Si bien Uyuni tiene al menos 21 millones de toneladas de litio, la nacionalización de los recursos naturales ha sido una política clave de Morales.

Funcionarios bolivianos aseguraron a ACI que las inversiones extranjeras en Uyuni se garantizarían en caso de que algo salga mal, dijo el presidente ejecutivo de la firma, Wolfgang Schmutz, en una entrevista.

A diferencia de los salares de Atacama, bañados por el sol, en Uyuni la nieve y la lluvia frenan el proceso de evaporación necesario para extraer litio. Además, la falta de litoral marino de la nación boliviana le obligará a usar un puerto en el vecino Chile o Perú para enviar el metal.

ACI, un proveedor de maquinaria y tecnología limpia, no tiene experiencia en la producción de litio. No obstante, la compañía descartó la preocupación de algunos analistas sobre su capacidad de entrega, diciendo que su pequeño tamaño le da más flexibilidad para traer socios de diferentes campos al proyecto.

Schmutz dijo que la compañía tiene acuerdos preliminares de suministro de litio con fabricantes de autos alemanes, aunque se negó a dar detalles, citando acuerdos de confidencialidad.

Ninguno de los tres principales fabricantes de automóviles de Alemania -BMW, VW o Daimler- confirmó algún acuerdo con ACI cuando fueron contactados.

BMW dijo que está en conversaciones preliminares con ACI, pero no tomó ninguna decisión. VW dijo que asegurar suministros y precios estables para las materias primas era importante, pero señaló que la producción de litio en Bolivia es particularmente difícil. Ola Kaellenius, miembro de la junta directiva de Daimler, dijo: "Si está sucediendo, no somos parte de eso".

ACI dijo que los fabricantes de automóviles con los que está hablando no podrían confirmar nada públicamente hasta que se realicen los acuerdos finales.

El "Gran Juego" del litio

La batalla global por el control del litio se ha comparado con el "Gran Juego", el término acuñado para describir la lucha entre Rusia y Reino Unido por la influencia y el territorio en Asia Central en el siglo XIX.

El proyecto boliviano incluye planes para construir una planta de hidróxido de litio y una fábrica para producir baterías de automóviles eléctricos en Bolivia.

Una vez terminada la construcción, la fábrica ayudará a cumplir la ambición de Morales de romper con el papel histórico de Bolivia como mero exportador de materias primas.

ACI ha dicho que espera que la planta de hidróxido de litio tenga una capacidad de producción anual de 35.000-40.000 toneladas para fines de 2022, similar en producción a las operadas por los principales productores mundiales de litio. El 80 por ciento sería exportado a Alemania.

La disposición de ACI para construir una planta de baterías en Bolivia ayudó a sellar el pacto, dijo el viceministro Echazú.

Los chinos no querían construir una planta en Bolivia porque sentían que no tenía sentido económico enviar insumos solo para reimportar baterías como producto final a China, dijo.

La embajada de China en La Paz declinó hacer comentarios sobre los detalles de las negociaciones respecto a Uyuni, pero dijo que el potencial para una futura cooperación con Bolivia en materia de litio es "enorme".

El productor de litio estatal de Bolivia, YLB, será dueño del 51 por ciento de la nueva empresa conjunta. El control del proyecto fue otra de las demandas clave de Bolivia, que tiene recuerdos amargos del aprovechamiento de sus recursos naturales por parte de las potencias extranjeras.

Juan Carlos Montenegro, jefe de YLB, dijo que la geopolítica es importante para Bolivia cuando decide con qué empresas asociarse.

"No puede haber un modelo unipolar, un país que defina las reglas en el mundo, sino que existan otras potencias que mantengan ese equilibrio", afirmó. "Para nosotros como Bolivia es importante tener no solo socios económicos estratégicos del mercado, sino también socios estratégicos geopolíticos", acotó.

Sin embargo, el funcionario subrayó que Bolivia no había estado predispuesta en contra de China para decidir quién había hecho la mejor oferta. "Las relaciones entre China y Bolivia siguen siendo buenas. China está presente en todos los países del mundo y es imposible evitarla", dijo.