El nombramiento hoy del príncipe Abdulaziz bin Salman al Saud como ministro saudí de Energía, el primero de la familia real en ocupar la cartera, cierra una semana de cambios sorpresa en el ámbito petrolero, que incluyeron una reestructuración del departamento y un relevo en la presidencia de la estatal Aramco.
La designación de Al Saud, graduado en Administración Industrial por la Universidad de Petróleo y Minerales del Rey Fahd, en sustitución de Jalid al Falih rompe con la tradición de mantener a civiles al frente del Ministerio de Energía, por el que pasaron cinco titulares desde su creación en 1960.
Durante las tres últimas décadas, el príncipe ocupó diferentes cargos en el departamento, entre ellos el de viceministro, y fue interlocutor en reuniones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), incluida la que derivó en un acuerdo para rebajar la producción petrolera.
Hace una semana, Riad dividió el ministerio en dos y creó carteras separadas para Energía y para Industria y Riqueza Mineral, mientras que unos días más tarde nombró como presidente de la petrolera estatal al responsable del fondo soberano del país, Yasir al Rumayyan.
Hasta ese momento el presidente del consejo directivo de Aramco era el ministro de Energía saliente, Falih.
Sin embargo, el experto en Asuntos Petroleros Aqil al Anzi consideró en declaraciones que estos cambios "no significan que esté habiendo una transformación de la política petrolera" en Arabia Saudí.
En su opinión, Al Saud pertenece a la misma escuela que su predecesor y la última seguidilla de novedades no refleja una intención por parte del Gobierno de cambiar su política petrolera.
Para Al Anzi, el príncipe, con una amplia trayectoria en el sector, es una "buena opción" como ministro dado su conocimiento de los mercados internacionales y experiencia en las épocas de subida, bajada e inestabilidad de los precios del crudo.
Es, además, presidente del Equipo de Preparación Estratégica Petrolera, que se encarga de trazar la política petrolera general del país a largo plazo, y representó a Riad en los casos que enfrentó por venta a pérdida en Turquía y la India.
Finalmente, es el responsable directo de la resolución de la disputa con Kuwait sobre los yacimientos fronterizos conjuntos, cuyo funcionamiento fue suspendido en 2014 por divergencias en el reparto de ingresos.
Los cambios de los últimos días llegan en momentos en que el Ejecutivo prevé ofertar públicamente parte de las acciones de Aramco, a cargo de todas las excavaciones de petróleo y gas en Arabia Saudita, además de tratar y vender el crudo.