A diferencia de los anteriores presidentes, José Pérez asumirá en la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, ANEF, por tres años y no por dos. Este militante socialista llega con una mayoría incuestionable tras una historia de dirigencia gremial desde que en 2000 llegara a la mesa de la Dirección General de Aeronáutica Civil, DGAC.
Su primera tarea será reunirse el lunes en la mesa de seguimiento de los "despidos arbitrarios" en el sector público junto a las autoridades. "Hasta el 30 de noviembre se notificaron un poco más de 2 mil despidos.
Nosotros concordamos una circular que firmó el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, mandatado por el Presidente de la República señalando que no podían haber situaciones no fundadas para no renovar contrato, y hemos encontrado casos importantes con argumentos que van más allá de la verdad".
¿A qué se refiere?
-Como decir que hay funcionarios que ya no son necesarios. Por ejemplo en el servicio de la Mujer en la RM se desmanteló una unidad con una directora elegida por Alta Dirección Pública, con doctorado; se han despedido personas con 27 años en un servicio; o en Indap se habla de reestructuración y se cierra el área de planificación. Uno no entiende estos argumentos cuando nosotros somos un servicio del Estado, no del gobierno de turno.
¿Cuál es la tasa de despidos que esperan revertir?
-Acá hay irresponsabilidades de servicios como el de la Mujer o el Indap, aquí alguien no está escuchando a su máxima autoridad. Las responsabilidades administrativas deben notarse, nosotros estamos invocando la circular como un referente y ojalá se reviertan estas notificaciones en un porcentaje alto y si no hay argumentos, deberían volver todos.
La gobernadora de San Antonio, que fue dirigente sindical y defendida por la Anef en su momento, notificó a todo el equipo y se quedó sola en la gobernación, no se entiende su nivel de compromiso con la gestión pública. Habrá casos que vamos a perder, pero no pueden no renovarle a personas que están a punto de jubilar o con alguna enfermedad catastrófica.
Después de acuerdo de reajuste y los posteriores despidos, ¿con qué sensación quedan?
-Nuestra misión es tener mensajes claros para concordar con la contraparte, para dar certezas. Y aquí tuvimos un trago amargo para las personas notificadas, que ven la circular, la foto del ministro Larraín con las confederaciones, y obvio que piensan que no es creíble.
Y para nosotros también se pierde credibilidad cuando esas autoridades, que no son el ministro de Hacienda ni el Presidente de la República, no obedecen una instrucción del más alto nivel. Obviamente que hay frustración, y nuestra misión es perseguir que se cumpla el compromiso.
Pero , ¿siguen confiando en el ministro de Hacienda, Felipe Larraín como interlocutor valido?
-Por supuesto que confiamos en el ministro Larraín y también en el Presidente de la República. Lo que hemos mapeado es que muchos despidos no se ajustan a la orientación: sucedió con la seremi de salud metropolitana que dijo "no, aquí yo soy la jefa y designo quién sigue y quien se va". Pero, ¡perdón si el jefe es el ministro de Hacienda!.
Otro balde de agua fría fue el fallo del Tribunal Constitucional (TC) contra la tutela laboral en el sector público, ¿piensan hacer algo?
-Es lamentable y vergonzoso que el TC se pronuncie así sobre un derecho del trabajador público. A nosotros nos queda el recurrir todas las instancias sindicales, judiciales, administrativas en Chile o internacionalmente para que esto se revierta y que se permita recurrir a la justicia.
Este fallo va en retroceso respecto de un país que está en la OCDE, responde a un criterio de que los trabajadores del sector público tenemos que estar arrinconados, cuando creemos que tenemos los mismos derechos. Hay acciones en mente como recurrir a la Corte Interamericana, no nos quedaremos de brazos cruzados.
¿Cuál es el eje central de su programa para la Anef?
-Es el empleo público en términos de proyectar cómo será el futuro del trabajo, porque nosotros somos funcionarios del Estado, no del gobierno de turno. Con esa aclaración entonces debemos ver qué pasa con el servicio público, no solamente para obtener mayores sueldos sino para dignificar el trabajo que hacemos.
Otro punto es el desarrollo sindical, ésta es una asociación grande, y tenemos que abrirnos a los movimientos sociales, medioambientales, estudiantiles, no para asumir su trabajo sino que para estar disponibles para hacer asesorías, debates, estudios. Nos hace falta recuperar esa cercanía.
¿Observa distancia? ¿menos asistencia a los paros, votación menor al 50% de los inscritos?
-Nos hacemos cargo de ese diagnóstico, hay que reconocerlo. Claro que esto también pasa por los temores, porque muchas veces cuando algunos servicios se han ido a la huelga, la arremetida ha sido con descuentos que golpea en la parte más sensible de nuestros trabajadores, que es el bolsillo.
Hay un hecho positivo porque votó un 10% más que la elección pasada, aunque igual fue baja la participación; si hubiese sido menos habría sido lamentable. Este es un llamado de atención para nosotros, los sindicalistas.