Hace poco más de un año, José Luis del Río y Jorge Matetic, además de dos exgerentes generales de la empresa: Ítalo Ozzano y Hermann von Mühlenbrock; cerraron la compra de Gerdau AZA, la segunda mayor acerera del país al grupo brasileño Gerdau, en US$154 millones.

A mediados de este año, los nuevos dueños tomaron el control y pusieron de nuevo en la gerencia general a von Mühlenbrock, quien asumió un nuevo desafío corporativo tras su paso por Sofofa, gremio que presidió hasta mayo de 2017.

Una vez de vuelta -de hecho, ocupa la misma oficina que usó hasta 2012, en la planta de Colina-, pusieron en marcha un plan de inversión de US$30 millones, con el que esperan modernizar sus procesos. Antes de eso, decidieron cambiar la imagen de la empresa y dejar solo el nombre AZA.

"Lo primero fue entender los mercados de nuevo, porque llevaba muchos años fuera. Y luego, nos pusimos a trabajar en un plan de inversiones, cuyas primeras cifras nos da US$30 millones para los próximos tres años, aunque estamos afinando los números.

Tenemos que invertir en competitividad, eficiencia y tecnología", adelanta el gerente general.

Actualmente, la planta está operando a alta capacidad, pero mantiene algunas holguras, aunque según Von Mühlenbrock, son más bien menores, pero que dan margen para retomar el crecimiento.

AZA está presente en tres segmentos: barras para construcción, alambrón y perfiles, y parte del análisis es mirar qué otros negocios pueden surgir y ser interesantes para la firma.

"Hoy estamos enfocados en el plan de inversión, y más adelante ver qué ámbitos de la actividad siderúrgica pueden aparecer", explica el ejecutivo. Incluso, no descarta a futuro evaluar planes de crecimiento más ambiciosos.

Uno de los factores que ayuda es la baja en el precio de la energía, que fue uno de los grandes dolores de cabeza de la industria en la anterior pasada del ejecutivo. A todo eso se suman las mejores perspectivas para la economía.

¿Cómo se gestó la decisión de invertir?

Von Mühlenbrock explica que, una vez que con Ítalo Ozzano, con quien mantuvo contacto, evaluaron esta alternativa, se juntaron con José Luis del Río y Jorge Matetic para proponerles sumarse.

"Ambos comparten los valores que históricamente ha tenido esta compañía. Ha sido para nosotros muy grato", complementa el ejecutivo.

Respecto a la decisión de invertir en siderurgia, industria que se ha visto golpeada por la entrada de acero importado a bajos precios, Von Mühlenbrock es claro: "Nosotros confiamos en este país.

Las perspectivas del negocio siderúrgico son buenas en la medida que el país crece. Esta es una empresa que es competitiva, en que si se hacen las inversiones correctas va a seguir siendo competitiva (...).

En la medida que el acero que venga de afuera cumpla todas las normas, llegue a precio de mercado y no haya subsidio ni dumping, esta compañía compite perfectamente con cualquiera", enfatiza.