Sorprende que el ser humano lleve en su ADN dos gérmenes nefastos, a saber: las ilimitadas ansias de poder y dominio y, por ende, el ímpetu de destruir lo bueno que ha concebido él mismo, provocando perjuicios al resto.

Desde épocas del Austrolopithecus no existe registro que nos relate una historia positiva global, aunque esa fuere relativamente transitoria.

Ahora, vivimos el turno de las tecnologías. Directo al grano, son deleznables todas las siguientes prácticas:

1.Los fabricantes de equipos que provocan su obsolescencia mediante la introducción de elementos perniciosos en sus sistemas operativos teniendo como fin obligar al recambio de estos (curiosamente ocurre recién terminado el período de garantía).

2. Peor es en aquellos casos que el sistema operativo queda inutilizado y por tanto el aparato también.

3. Se ofrecen atractivos paquetes de respaldo-espejo entre dos o más equipos de una misma marca a través de la llamada "cloud computing"; pero si el usuario no actualiza todos sus sistemas operativos se dá origen al divorcio funcional entre dichos equipos.

4. El uso obligado de accesorios originales o de las llamadas "marcas certificadas", obviamente a precios que apalean los bolsillos.

5. Compañías telefónicas que ofrecen servicios de internet a precios irrisorios, para a posteriori sin decir "agua vá" cortan el servicio, informando algo ininteligible para usuarios comunes como lo es "falla masiva de la red".

Ahí se inicia el peregrinaje primero para reponer el servicio y luego para intentar descubrir qué otro proveedor tiene la factibilidad de brindárnoslo, que además sea algo más confiable.

Resulta muy curioso que luego de 12 días de reclamos al call center técnico, fui 3 días consecutivos a una de las oficinas planteando fuertes reclamos, demostrando conocimientos y vaya cosa que en 2 horas cayó del cielo la solución y ahora gozo de internet más veloz y de mayor capacidad.

Resumiendo, la esencia de las nuevas tecnologías es dar saltos en los estándares de calidad de vida, por lo que las inmoralidades comerciales debieran tener castigos millonarios.

Hoy los usuarios estamos empoderados por el conocimiento individual y la mancomunidad de las RS, así que tenemos la capacidad de dictar sentencias comerciales.