El miércoles pasado la OCDE presentó su reporte El Futuro del Gobierno Corporativo en los Mercados de Capitales después de la Crisis del Covid-19, con el que espera dar un puntapié inicial a una nueva revisión de sus Principios de Gobierno Corporativo, una de las principales guías de gobernanza y sostenibilidad para las empresas, que conversa con otras iniciativas mundiales, como, por ejemplo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (17 ODS) de la ONU. De hecho, esta carta de navegación también ha sido clave para los países del G20, que también lo adoptaron como estándar en 2015.

El documento resume y actualiza el trabajo en finanzas corporativas y gobernanza que la OCDE ha desarrollado hasta y durante la pandemia, abarcando la evolución de los mercados de capitales globales y regionales, las tendencias y prácticas corporativas de financiamiento e inversión, así como la respuesta de los reguladores ante el Covid-19. El reporte identifica cinco áreas en que se propone reformar los Principios, dentro de las cuales destaca la urgencia por incorporar los factores ambientales, sociales y de gobernanza o ASG (ESG, por su sigla en inglés), en los marcos regulatorios y prácticas de gobierno corporativo de las empresas.

Para Héctor Lehuedé, socio de Razor Consulting, este elemento es un avance muy relevante, ya que “la revisión de los principios acordada en 2015 ya había avanzado sustancialmente la consideración de los stakeholders en el gobierno corporativo. Ahora se pone énfasis en que los inversionistas están exigiendo acceso a información para identificar los riesgos y oportunidades ESG en sus decisiones de inversión y voto. A partir de ello, la OCDE pone la responsabilidad en los reguladores de proveer marcos normativos que permitan a los inversionistas contar con información ESG que sea consistente, comparable y fiable”.

Sharoni Rosenberg, gerente de sostenibilidad y Propósito de PwC Chile, cree que “en épocas de crisis es usual que se demanden normas de gobierno corporativo, de cumplimiento y reporte más exigentes para el sector empresarial”. De hecho, en Chile esta necesidad fue rápidamente recogida por la CMF que viene trabajando desde el 2019 en la modificación a la Norma de Carácter General 386, sobre la sustentabilidad en las empresas.

“Me parece que, desde la perspectiva del regulador y superintendencia de pensiones, la OCDE solo reafirma un trabajo que se viene haciendo con mucho rigor y que está ad portas de salir a la luz. Vienen a confirmar que los asuntos ESG se instalan, ya no solo desde la voluntad del mundo corporativo, sino que también desde política pública, y eso sí que les da fuerza necesaria para instalarse definitivamente como un tema de riesgo de mercado”, señala Rosenberg.

Mercado de capitales

Por su parte, Ignacio Torres, country manager del SSINDEX Chile (un índice de riesgos y sostenibilidad creado por profesores expertos de la Universidad de Yale), coincide en que “el reporte de la OCDE destaca la relevancia del rol del mercado de capitales en la recuperación post-Covid a nivel mundial, y en ello las variables ESG tienen un rol fundamental. Y es que las empresas que trabajan con dichos elementos tiene mejor desempeño financiero que aquellas que las que no lo hacen”.

Al respecto, un estudio de S&P, entre el 5 de marzo 2020 y el 5 de marzo 2021, mostró un crecimiento positivo entre un 27,3% y un 55% en 19 fondos ESG (exchange-traded y fondos mutuos), llevando a que el S&P 500 creciera un 27,1% en pleno tiempo de pandemia. “El reporte de la OCDE no solo refuerza el trabajo de aquellas empresas abiertas en bolsa, sino que también abre una posibilidad a empresas no bolsa para centrarse en los criterios ESG con el objetivo de lograr un desempeño financiero superior e impactar positivamente el ecosistema en el cual operan. En el caso de Chile, este fenómeno ya ha comenzado a darse”, explica Torres.

Matías Canelo, gerente general de Gestión Social, estima que “las directrices de la OCDE en el marco de la pospandemia buscan marcar un punto de inflexión respecto al cómo concebir los negocios y la confianza que depositan los inversionistas en base a información más completas. No obstante, si pensamos en Chile, este punto de inflexión es doblemente tensionante, porque coincide con un escenario de incertidumbre política de las reglas del juego por la nueva constitución, una agenda eleccionaria con una presidencial y con un ambiente altamente polarizado”, señala Canelo, y agrega: “Entonces, al tratar de comprender dónde van a estar las prioridades, existe una alta probabilidad de que no sea en estas materias. Además, la preocupación por cuestiones como el cambio climático ha sido algo muy poco presente en las candidaturas, quizás exceptuando la de Gabriel Boric”.P