La tarde del jueves, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) publicó el informe encargado por Chile en 2020 en el que analiza la estructura tributaria del país y la compara con el promedio del bloque.
Los datos entregados por la entidad llegan a unos días de que el gobierno haga pública su proyecto de reforma impositiva, la que está programada para el viernes de la próxima semana. El informe reitera comentarios que ya ha hecho en otros reportes, como la fuerte relevancia que tiene el IVA en el total de ingresos fiscales y la baja base tributaria, debido a que tres de cada cuatro contribuyentes queda exento de pagar el impuesto a la renta personal en el país.
De acuerdo a la Ocde, la estructura tributaria de Chile es una de las menos parecidas a la media de la Ocde. La relación entre impuestos y PIB en Chile es del 20,7% en 2019, mientras que en la media de la Ocde era del 33,8%. Sin embargo, cuando se excluyen las contribuciones sociales obligatorias al sector privado, Chile reduce la brecha entre impuestos y PIB con el promedio de la Ocde de 13 a 5,3 puntos porcentuales. Ese punto ha sido resaltado por algunos expertos locales para señalar que con ese ajuste no hay tanta diferencia.
Sin embargo, el mismo informe puntualiza que cuantificar de esta manera los datos “es un enfoque analítico poco ortodoxo, que puede no ser muy informativo e incluso podría ser engañoso”.
David Bradbury, jefe de la división de Política Tributaria de la Ocde, profundiza respecto a esto indicando que “la diferencia clave entre Chile y la mayoría de los países de la Ocde es que en Chile es obligatorio realizar pagos al sector privado (y no a las administraciones públicas). Según la definición fiscal de la Ocde, estos pagos no son “impuestos”, y ésta es una de las principales razones (pero no la única) por las que la diferencia entre impuestos y PIB entre Chile y la media de la Ocde es de 13 puntos porcentuales”.
Respecto a dónde se ven espacios para mejorar, Bradbury señala que “en comparación con la mayoría de los demás países de la Ocde, Chile no recauda mucho con los impuestos sobre la renta de las personas, incluidos los impuestos sobre las rentas del capital a nivel personal. La ampliación de la base impositiva y la recaudación de más ingresos procedentes del impuesto sobre la renta de las personas físicas es un área en la que Chile tiene el potencial de aumentar su ratio impuestos/PIB”. Aunque agrega que “toda medida tributaria debe ser implementada en el momento oportuno. Si bien el tramo exento en el impuesto a la renta de las personas físicas en Chile es alto para los estándares internacionales, las circunstancias actuales son complejas, con el aumento de los costos de la energía y de los precios de los productos básicos. Si bien bajar el tramo exento del impuesto no es necesariamente una medida que el gobierno pueda implementar en el corto plazo, es una medida que debe ser considerada en el largo plazo”.
De acuerdo al informe, el 76% de los contribuyentes están en el tramo exento del impuesto a la renta en Chile. Desde el gobierno han manifestado que no están por disminuir el tramo exento en la reforma tributaria que presentarán, ya que “vamos a necesitar que las personas vean eso en la realidad (ampliar los derechos sociales) para que esa conversación se pueda abrir”, indicó el ministro de Hacienda, Mario Marcel, en mayo en una entrevista en TVN, agregando que en el futuro esa discusión sí se tiene que dar.
Ante esto, Bradbury plantea que “un aspecto clave de cualquier sistema social es que los ciudadanos necesitan creer que sus impuestos se gastan bien y contribuyen a una sociedad mejor. Esta es una forma importante de garantizar que haya un alto nivel de moral fiscal, en el que la gente se muestre dispuesta a cumplir las leyes fiscales y a contribuir a los ingresos del gobierno”.
Ajuste por nivel de ingresos
El documento de la Ocde también compara la relación impuesto-PIB de Chile con los demás países del bloque cuando tenían un PIB per cápita similar. Ahí también Chile aparece al final de la comparación, teniendo a países como Corea del Sur y Australia cerca, pero superándolo y muy lejos de otros como Hungría, Eslovenia y Noruega, que estaban por sobre el 35%, y el promedio Ocde era de 31,1%.
Consultado sobre si es más difícil que en el pasado lograr una mayor relación impuestos/PIB, a pesar de la mayor facilidad de los movimientos de capital en un mundo más globalizado, el experto lo descarta: “No, no lo creemos (que sea más difícil). Esa es una de las razones por las que vemos la posibilidad de que Chile recaude más ingresos con los impuestos sobre las rentas del capital personal. En particular, porque la evolución hacia el intercambio automático de información de cuentas financieras con fines fiscales entre las administraciones tributarias ha hecho mucho más difícil para las personas que son residentes fiscales de Chile ocultar su riqueza en el extranjero y no declararla a la administración tributaria en Chile. Esta tendencia permite a los países revisar la forma en que han diseñado sus impuestos sobre las rentas del capital. La tendencia a la digitalización también está ayudando a las administraciones tributarias a acceder a más datos y a reforzar la forma de aplicar las leyes fiscales”.
Respecto de los posibles efectos sobre la economía de una reforma que implique recaudar 4 puntos del PIB, señalan desde la Ocde que “una reforma de este tipo debe equilibrar el crecimiento económico y la equidad, al tiempo que sitúa a la economía en una senda más sostenible -desde el punto de vista medioambiental y sanitario- a largo plazo. Dada la baja relación entre impuestos y PIB en Chile en la actualidad, creemos que una reforma tan ambiciosa, si está bien diseñada y se implementa cuidadosamente, ayudará a que el sistema tributario chileno sea más eficiente, justo y sostenible”.