Latinoamérica puede generar millones de empleos y mitigar los costos laborales derivados de los problemas ambientales si acomete una transición urgente hacia una economía verde, aseguró hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un comunicado difundido en Lima.
A raíz de la publicación del informe "Sostenibilidad medioambiental con empleo", el director de la OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar-Xirinachs, afirmó que una economía sostenible y amigable hacia el medioambiente puede traer muchos beneficios a los países de la región.
El informe de la OIT destacó que los esfuerzos por combatir el cambio climático de aquí al 2030 generarán a nivel mundial un balance positivo de 18.000 millones de empleos en sectores como la construcción y la manufactura.
"Es indudable que el mundo del trabajo está intrínsecamente relacionado con el medioambiente" en una zona del planeta con abundantes recursos naturales, áreas costeras y gran diversidad de ecosistemas como es esta región, señaló.
Salazar-Xirinachs indicó que es necesario tomar medidas que permitan aprovechar las enormes oportunidades que plantea la sostenibilidad del medioambiente, pero también enfrentar de manera efectiva sus amenazas en la transición de industrias tradicionales e industrias más ecológicas
Admitió que esa lucha contra el cambio climático también implica una posible destrucción de puestos de trabajo, por lo que consideró necesario garantizar que los trabajadores tengan acceso a protección social y adquieran el conjunto de calificaciones correctas.
Por su parte, el especialista de la OIT en econometría del trabajo, Guillermo Montt, explicó que "en América Latina y el Caribe se generarán al menos un millón de empleos como resultado del uso de energías renovables, una mayor eficiencia energética en inmuebles y la mayor demanda de automóviles eléctricos".
Asimismo, el estudio indicó que Latinoamérica podría generar otros cuatro millones de empleos con el desarrollo de la denominada "economía circular", que promueve el reutilización, la reparación, el reciclaje y la mayor perdurabilidad de bienes.
Montt enfatizó que la transición a la economía verde implica cambios en casi todos los sectores económicos, incluidos energía, agricultura, transporte, construcción, minería y pesca.
Aquellos puestos de trabajo que se perderían serían en industrias relacionadas con este problema ambiental, como la de los hidrocarburos.
Las medidas de mitigación evitarán efectos negativos para los 75 millones de trabajadores que en América se dedican a procesos del ecosistema, como agricultura, turismo y pesca, que pueden verse afectados por el clima, la contaminación y la sobreexplotación.
El aumento de las temperaturas también puede tener efectos inusitados en el futuro del trabajo, ya que entre el 0,8 % y el 0,6 % de las horas laborables en Centroamérica y Sudamérica serán demasiado calurosas como para trabajar, con consecuencias sobre la productividad, la salud y la seguridad laboral.