En América Latina más de la mitad de los trabajadores no cotizan a un sistema de seguridad social para enfrentar riesgos sociales como la enfermedad, el desempleo y aquellos asociados a la vejez, de acuerdo con un nuevo informe de OIT presentado este miércoles, en el cual se destaca la necesidad de acciones contundentes para cerrar las brechas de cobertura existentes en la actualidad y las que se presentarán en el futuro.
El Panorama Laboral Temático de OIT "Presente y futuro de la protección social en América Latina y el Caribe " dice que los sistemas existentes en la región están en una encrucijada marcada por la necesidad de responder a necesidades de cobertura (cantidad de población alcanzada), de suficiencia (nivel de las prestaciones) y de sostenibilidad (capacidad de garantizar coberturas y prestaciones).
El análisis de la OIT abarca diferentes prestaciones, desde las pensiones para los adultos mayores, a seguros de desempleo, cobertura de salud o transferencias para garantizar ingresos a familias con niñas y niños, incluyendo tanto la cobertura contributiva como la no contributiva.
El informe menciona que la cobertura contributiva a la protección social en materia de pensiones, que es aquella relacionada con el empleo, aumentó de 36,6% a 44,6% entre 2005 y 2015. Se considera que esta fue una evolución positiva, aunque el dato pone en evidencia que 55% de la población ocupada aún no realiza ninguna cotización.
"Hablamos de unos 145 millones de trabajadores que no cotizan en una región donde la población está envejeciendo, lo cual puede impactar su futuro y el de sus familias", señaló el director regional de OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar-Xirinachs, quien presentó el informe en la Ciudad de México.
"En los últimos años han habido progresos innegables, pero persisten grandes brechas de cobertura que deben ser atendidas de forma imperiosa", añadió.
El informe indica que la cobertura contributiva -que por disponibilidad de información y por razones de comparabilidad se refiere en este caso a la contribución a pensiones- es asimétrica por sectores y regiones. Se concentra mayoritariamente en los asalariados públicos, donde alcanza a 80%, y privados, con 62,5%, mientras que los trabajadores por cuenta propia, por ejemplo, tienen tasas de apenas 15% y el trabajo doméstico de 26,6%.
Asimismo, es notoriamente más alta en la región del Cono Sur (incluyendo Brasil), donde llega a 58,6%, en comparación con los países Andinos donde llegó a 31,4% o de Centroamérica y México, donde alcanzó a 31,2%. Sólo seis de 16 países incluidos en la muestra tienen cobertura contributiva por encima de 50% de los ocupados.
"Estos datos nos recuerdan que vivimos en una región con alta informalidad, lo cual impacta de forma directa la participación en sistemas de protección social tradicionales pues la mayor parte de esos trabajadores no realizan cotizaciones. Casi la mitad de los ocupados en América Latina y el Caribe están en condiciones de informalidad", indicó Salazar.
De acuerdo con el informe en el periodo analizado de 2005 a 2015 mejoró más la cobertura contributiva de las mujeres que la de los hombres. A nivel regional, la tasa de las mujeres de 45,3% es mayor que la de los hombres, de 44,2%.
Por otra parte, el informe también recalca que "siendo una región con una desigualdad exacerbada, América Latina traslada las importantes desigualdades de sus mercados laborales a la seguridad social".
Aunque el número de cotizantes en el primer quintil de población (20% con menos ingresos) aumentó de forma importante en el período analizado, la tasa llegó a sólo 12,3%. En comparación, el quinto quintil (20% de mayores ingresos), tiene cobertura contributiva de 71,2%. Los quintiles III y IV también tienen coberturas relativamente elevadas de 55,3% y 61,9%, respectivamente.