El 24 de noviembre apareció por primera vez la variante Ómicron. Se había detectado un caso en Sudáfrica. Varios países cerraron las fronteras para viajeros de ese lado del mundo. Y las grandes aerolíneas comenzaron a revivir la ya conocida pesadilla del Covid-19. Desde ese día, el tráfico de pasajeros a aeropuertos de Europa ha caído un 20% (ver infografía), y solo en vísperas de Navidad se suspendieron más de 8.000 vuelos en ese continente y en EE.UU., cifra que amenaza con seguir creciendo.
Desde este lado del mundo, Ómicron no se ha dejado sentir... aún. Estas semanas serán claves para ver si el sector logrará sortear esta nueva ola. Hay esperanzas. La alta tasa de vacunación debiera operar como escudo, aunque si las restricciones alrededor del mundo se rigidizan y los casos aumentan, la situación podría volver a agravarse.
“Aún no observamos un impacto directo en nuestra operación. Las medidas adoptadas por la autoridad sanitaria y la alta tasa de vacunación del país han permitido mantener a Chile como un destino y lugar de origen seguro, lo que ha posibilitado dar continuidad operacional al transporte aéreo internacional”, señalan en Nuevo Pudahuel. No obstante, agregan: “Estamos haciendo seguimiento del impacto que esta variante podría tener en destinos internacionales como Estados Unidos o países europeos, y su alcance en la recuperación de la actividad”.
El jueves, el ministro de Salud, Enrique Paris, recomendó no viajar a Estados Unidos ni tampoco a los lugares más afectados por la variante, reportó El Mercurio. Además, el jueves, la autoridad decidió postergar la apertura de cinco pasos fronterizos terrestres, con excepción del paso Los Libertadores. Para quienes ingresen por tierra, se exigirá PCR negativo, test de antígeno, seguro médico y homologación de vacunas. Todo, por Ómicron.
Los contagios tras las cancelaciones
158 vuelos cancelados el viernes 24 de diciembre; 368, el sábado 25; 375, el domingo 26; y más de 400 entre lunes y martes. Ese fue el update diario que hizo Delta Airlines la semana pasada.
“Mientras el clima invernal impacta en el noroeste y noreste de EE.UU., la variante Ómicron sigue aumentando, los equipos de Delta agotaron todas las opciones y recursos antes de cancelar (vuelos)”, explicaba la firma.
Según el portal de datos Flight Aware, solo el domingo United Airlines suspendió el 5% de sus vuelos, y American Airlines, el 2%.
Tras ello hubo básicamente una razón: el contagio de sus tripulaciones. Los aviones no tuvieron el personal necesario para cumplir sus programaciones de vuelos.
Y es ahí donde radica la esperanza y la cautela de la industria nacional. Chile tiene una de las tasas de inoculación más altas del mundo: más del 90% de la población está vacunada y sobre el 50% ya cuenta con tres dosis. Mientras en naciones como Estados Unidos el porcentaje llega al 61% de vacunados y solo al 20% con dosis de refuerzo. Y en Inglaterra, el 70% tiene una vacuna. En Reino Unido, los contagios superaron los 122.000 el viernes pasado, siendo el país más afectado de Europa por la nueva variante; en Chile estamos recién en unos 350 casos confirmados de Ómicron. Aunque ya existe circulación comunitaria.
El lunes, el gerente general de la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (Achila), Cristóbal Lea-Plaza, tuvo una reunión con varios ejecutivos de aerolíneas internacionales. Le explicaron efectivamente que había varios vuelos cancelados. Y apuntaron a los contagios. “Son situaciones puntuales porque se han ido infectando las tripulaciones y los pilotos. No son cancelaciones por cierre de fronteras, lo que de cierta manera es positivo”, señala el dirigente. Y añade: “En Chile somos una especie de conejillo de Indias para el mundo por la alta tasa de vacunación”. Hasta la fecha, las expectativas de demanda de las compañías se mantienen tal cual para enero y febrero.
“Latam no ha realizado cancelaciones de vuelo a propósito de la variante Ómicron ni tiene registros de cambios o cancelaciones de pasajes a causa de la incertidumbre asociada a la nueva variante”, enfatizan en la aerolínea. Latam estimaba cerrar diciembre con el 69% de sus operaciones prepandemia.
“En Sky no hemos visto impactos en la demanda de pasajeros y nuestros vuelos se encuentran operando con total normalidad”, complementa el director de Operaciones de la firma, José Raúl Vargas.
En ambas compañías reconocen estar justamente monitoreando la situación para reaccionar oportunamente. “Estamos observando atentamente lo que está sucediendo en otros países en relación con la variante Ómicron y en cómo está impactando a la industria aérea”, dicen en Sky Airline.
En Achila son claros en señalar que el panorama puede variar. “Es una noticia en desarrollo”, destacan. Estas semanas serán claves para ver el devenir de la repercusión de Ómicron. “Sí existe preocupación. Se habla de un cierto peak hacia enero y febrero, y estamos trabajando para que eso no pase”, dice Lea-Plaza. A renglón seguido añade, no obstante, que hoy la única medida de prevención es la vacunación. “Si llegara a existir otra, la haremos”, enfatiza.
Hoy se han rigidizado las medidas para el ingreso de extranjeros en varios países del mundo a causa de la variante. Israel mantiene prohibiciones de viajar a varios países como EE.UU., Reino Unido, Canadá y México. España exige cuarentena para todo pasajero que venga de África; Francia y Alemania prohibieron la entrada de personas provenientes de Reino Unido... y así, suma y sigue. Son varias las naciones que han empezado a blindarse.
“Aunque parecía que por fin estábamos dando un giro, la llegada de la variante Ómicron y las medidas extremas adoptadas por algunos gobiernos en el mundo no ayudan a la recuperación de la industria ni de las economías locales, aunque aún es pronto para saber su efecto”, señala la gerente general en Chile de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), Gabriela Peralta. Y pone el acento también en la vacunación, lo que sitúa a Chile en una posición bastante más ventajosa que varios otros países.
En Europa el cierre de fronteras ya está causando consecuencias. Si a comienzos de año el valor bursátil de aerolíneas europeas estaba un 20% bajo el período prepandemia, este mes ya iba en 40% abajo.
A nivel global, los valores de las compañías aéreas según un reporte de IATA pasaron de -9% a -37% versus un período normal. Todo, en respuesta a Ómicron, dijo el organismo.
“No es de extrañar que las prohibiciones de vuelos al sur de África y las restricciones de viaje impuestas por muchos gobiernos en otros mercados han afectado directamente a los niveles de tráfico en las últimas semanas”, señaló en una comunicación el director general de la Airports Council International (ACI) Europe, Olivier Jankovec, y añade: “No hay duda que Ómicron pasará factura al tráfico de pasajeros en el primer trimestre de 2022. Pero el revisar nuestras expectativas dependerá principalmente de si los gobiernos continúan o no con las reacciones viscerales”.
Si la asociación -que reúne a más de 500 aeropuertos en Europa- preveía terminar 2021 con una caída de un 60% en el tráfico frente a 2019, ya reconoció que la baja será aún mayor.
En IATA reconocen que la variante debiera retrasar la recuperación financiera del sector. “Los riesgos para la recuperación financiera de las aerolíneas está aumentando. Varios países han introducido nuevas restricciones de viaje impulsadas por Ómicron, lo que es probable que afecte negativamente los planes de los viajeros”, señalaron.
De hecho, revelan que los primeros datos apuntan a que las reservas desde fines de noviembre a la fecha se han reducido tanto en las rutas al interior de los países más afectados como en los viajes internacionales. “Si las nuevas restricciones se mantienen durante más tiempo, se podría interrumpir la recuperación de los ingresos justo en el momento en que algunas aerolíneas alcanzan por fin la rentabilidad”.
El lento repunte internacional
La semana pasada, el directorio de Ryanair Holdings decidió moderar todas sus proyecciones para el año. Ómicron había golpeado fuerte sus balances. Solo para enero redujeron su capacidad en 33% por la variante. Esto, dado que las restricciones redujeron los viajes para al menos tres millones de personas que preveían movilizar: si apuntaban a mover 10 millones en el mes, ahora serían entre 6 y 7 millones. Y si esperaban tener pérdidas por entre 100 y 200 millones de euros a marzo de 2022, ahora la merma sería del doble.
En Nueva Pudahuel señalan que en Chile la demanda ha seguido aumentando, independientemente de la nueva variante. Explican que diciembre terminará como el mes con más pasajeros transportados desde inicios de la pandemia. En tráfico nacional, las aerolíneas están transportando al 88% de los pasajeros que movían en 2019.
En viajes internacionales, la recuperación sigue más lenta. El repunte total solo podrá lograrse hacia 2025. El flujo de pasajeros y las frecuencias alcanzan al 50% de lo que había en 2019 -dicen en el operador del aeropuerto capitalino- y aún hay rutas que no se han podido recuperar y aerolíneas que no han retornado.
“En este proceso, creemos que Ómicron tendrá un impacto y, aunque podría retrasar aún más el retorno de las frecuencias, esperamos no volver a los niveles observados en 2020, que fue el año con el impacto más profundo en nuestra actividad”, dicen en Nuevo Pudahuel.
En Chile, las medidas para el acceso de extranjeros se mantienen. Se exige la homologación de las vacunas, además de contar con PCR negativo 72 horas antes de viajar, y tras llegar al país. Además, el aeropuerto ha replicado el plan de seguridad sanitaria que se implementa en los 77 aeropuertos controlados por sus accionistas, Vinci Airports y Groupe ADP: sanitización constante, instalación de 77 dispensadores de alcohol gel, 4.600 stickers para facilitar el distanciamiento en filas y asientos, entre otras.
Según Cristóbal Lea-Plaza, de Achila, desde el gobierno han transmitido la intención de mantener las actuales restricciones. Y no cerrar las fronteras. “Se cuenta con la experiencia de estos dos años para no reaccionar de forma precipitada, incluso desde la OMS han recomendado no cerrar fronteras, especialmente cuando se ha demostrado que el transporte aéreo no es un vector de contagio”, señala Gabriela Peralta de IATA.
A nivel general, en el sector, asegura que la industria nacional no espera cierres en las fronteras como sucedió en 2020. Tampoco apuntan a un impacto tan considerable como lo visto el año pasado: “En el caso de un escenario adverso, estamos preparados para enfrentarlo con una estructura de costos variables aumentada”, dicen en Latam Airlines; aunque desde IATA Chile reconocen que no se puede bajar la guardia; la situación está recién en desarrollo.