Hubo más de 700 proyectos en la mira y solo 15 fueron premiados por la ONU en la cumbre en Polonia; uno de ellos fue la Biofactoría de Aguas Andinas, que desde 2017 funciona en Santiago en el conjunto de instalaciones formado por La Farfana, Mapocho-Trebal y El Rutal.
El reconocimiento galardonó a la empresa en la categoría "Salud Planetaria", gracias al innovador proceso con el que se busca cambiar el paradigma con el que se cuida el agua y su entorno, en el marco de grandes centros urbanos.
"Lo principal es el cambio de paradigma. En lugar de hablar de tratar y de reducir la contaminación, la llevamos a cero total. Es un cambio de mentalidad para ver cómo puedo producir energía, gas natural, fertilizante ecológico, agua reutilizada, es decir, cómo puedo reutilizar todo.
Nos transformamos en una factoría, no en una planta de tratamiento", explica Narciso Berberena, CEO de Aguas Andinas, sobre el proyecto.
Biofactoría trabaja con un modelo de gestión integrada, que recupera el agua para nuevos usos, produce cero residuos y cero impacto ambiental, además de lograr autosuficiencia energética para las instalaciones.
Esto se ha traducido en que el agua residual que reciben las plantas se va depurando devolviéndola al río 100% limpia, proceso en el que se quedan con biogás, que se usa como fuente energética; con biosólidos, que sirven de fertilizantes para los agricultores de la Región Metropolitana; en incluso con agua potable.
"Es un ejemplo completo de la transformación de la economía, de una que produce residuos a una circular, que limpia y mantiene circulando nuestra distintas materias primas y recursos naturales, señalo la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt .