La OPEP+ acordó elevar el tamaño de sus aumentos de suministro de petróleo en aproximadamente un 50%, en un acuerdo que mantuvo a Rusia en el centro del organismo, pero que también cedió a la presión de importantes consumidores, como Estados Unidos.

Los ministros aprobaron incrementos de producción de 648.000 barriles diarios de petróleo para julio y agosto, frente a recientes alzas mensuales de 432.000 barriles por día. Rusia dio todo su respaldo al plan y las conversaciones concluyeron en un tiempo récord de solo 11 minutos, dijeron los delegados, que pidieron no ser identificados debido a que las discusiones fueron de carácter privado.

El petróleo había caído antes de la reunión luego de informaciones sobre que Arabia Saudita y otros miembros estaban preparados para llenar el vacío en el mercado provocado por la disminución de la producción rusa o incluso expulsar al país del sistema de cuotas de la OPEP+. Tras el acuerdo, el crudo revirtió sus pérdidas en Nueva York.

“Este es un ajuste bastante menor, pero es un guiño hacia las ajustadas balanzas inminentes más adelante este año cuando las sanciones de la UE a Rusia comiencen a tener un impacto”, dijo Bill Farren-Price, director de Enverus Intelligence Research. “La pregunta es si hay más en el tanque de la OPEP”, agregó.

El aumento de la producción se dividirá proporcionalmente entre los miembros de la forma habitual. A los países que no han podido aumentar la producción, como Angola, Nigeria y, más recientemente, Rusia, se les asignaría una cuota más alta. Eso podría significar que el aumento real del suministro sea menor a la cifra oficial, como ha sido el caso a menudo en los últimos meses.

Presión de EEUU

Los mayores incrementos en el suministro de petróleo siguen siendo un vuelco para la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados. El grupo, liderado por Arabia Saudita, se ha apegado obstinadamente a su plan de incrementar mensualmente el suministro de forma gradual incluso después de que la invasión a Ucrania por parte de Rusia, un miembro clave del grupo, alterara los mercados mundiales y provocara una fuerte alza de los precios de la energía.

Hasta ahora, el grupo ha evitado discutir la crisis en la mayoría de las reuniones, diciendo que es un asunto de política más que de mercados.

La presión política de la Casa Blanca podría haber provocado el cambio en los planes de los saudíes. El ministro de Relaciones Exteriores del reino dijo la semana pasada que no podía hacer nada más para controlar los mercados del petróleo, e incluso sugirió que no había escasez de crudo.

“Inicialmente pensamos que un cambio de política de este tipo probablemente coincidiría con una reunión entre el presidente Biden y el príncipe heredero, Mohammed bin Salman”, dijeron estrategas de RBC, entre ellos Helima Croft, en una nota el miércoles por la noche.

Solo Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos tienen volúmenes significativos de capacidad adicional que podrían incrementarse rápidamente. La producción de Rusia se ha reducido significativamente desde la invasión a Ucrania debido a una combinación de factores, como sanciones de Occidente, dificultades de envío y rechazo por parte de algunos clientes tradicionales. En abril, su producción estuvo 1,3 millones de barriles diarios por debajo de su objetivo de la OPEP+, según la Agencia Internacional de Energía.