Tras el estallido social, los precios de los activos financieros dan cuenta de una mayor incertidumbre. El tipo de cambio ha oscilado entre $790 y $800, el costo del financiamiento en moneda extranjera se ubica dos veces por encima de los niveles observados a mediados de octubre y el spread de las tasas de los depósitos a plazo y swap exhiben un comportamiento similar en los plazos largos.

Cuando los inversionistas observaron que las manifestaciones se prolongaban en el tiempo, empezaron a tomar resguardos. En consecuencia, la paridad peso/dólar alcanzó máximos históricos y el mercado de deuda se vio presionado. Con esto, se observó una salida de capitales desde fondos mutuos y, en paralelo, cambios de cotizantes del fondo E al A de las AFP.

Con todo, es posible observar que las medidas del Banco Central para apoyar la gestión de liquidez del sistema financiero, tanto en dólares como en pesos, han sido efectivas para estabilizar el mercado. Luego de una intervención verbal el martes 12 de noviembre, al día siguiente se anunció un programa de compra de swap de divisas por US$4.000 millones junto con operaciones Repo para contrarrestar los efectos en la liquidez en pesos. En la tarde del jueves 14, el instituto emisor amplió las medidas, aumentando la frecuencia y plazos. También anunció recompra de bonos y la suspensión de emisión de pagarés en lo que resta del año.

A partir de esta oportuna intervención, las condiciones de liquidez se han tendido a distender, con lo que las medidas aplicadas hasta ahora han sido efectivas, permitiendo reducir la volatilidad de los activos financieros. Y así lo evidencia el mercado: las tasas de los depósitos a plazo a 30 días disminuyeron, y el costo de financiamiento en dólares bajó y se ubica, en todos los plazos, por debajo del límite superior que estableció el Banco Central en su programa de compras de swap.

Por otra parte, el dólar ha detenido su escalada, generando mayor tranquilidad. Más aún, los no residentes han incrementado sus posiciones en pesos, dándole soporte al tipo de cambio, y algunos bancos de inversión aconsejan sobreponderar las acciones chilenas, dando cuenta de que existe un cierto consenso entre los inversionistas extranjeros de que el país podrá sortear con éxito este período de inestabilidad, apoyado en la solidez de sus instituciones. Sin embargo, las condiciones actuales obligan a estar muy atentos a los nuevos desarrollos para contener eventuales episodios de volatilidad.