Complejo se vislumbra el debate del proyecto de reducción de la jornada a 40 horas. Las posiciones sobre su constitucionalidad y los pasos a seguir continúan sin tener una sola opinión. De hecho, una vez aprobado en la Comisión de Trabajo de la Cámara, existe la duda sobre qué camino seguirá. Para la oposición, el texto debe pasar inmediatamente a la Sala de la Cámara, pero para el oficialismo, la iniciativa debe pasar primero por la Comisión de Hacienda, ya que a su juicio conlleva gasto fiscal.
Desde la oposición, el camino que debía seguir este proyecto quedó resuelto cuando se declaró admisible. En ese entonces se dijo que solo debía pasar por Trabajo.
Ahora bien, para lograr que la moción deba ser analizada por la Comisión de Hacienda, debe haber un acuerdo de comité o bien que la Sala lo apruebe por mayoría simple.
Para reforzar la tesis de que el texto implica gasto fiscal, la Dirección de Presupuestos presentará un nuevo informe ante la Comisión, para insistir en que la iniciativa es inconstitucional.
Fuego cruzado. Al empresariado le preocupa el proyecto y más aún la premura con que se votará a inicios de la próxima semana. Al respecto, el presidente de la CPC, Alfonso Swett, señaló ayer que "nosotros estamos realmente en shock que se haya adelantado este proyecto para el lunes", a Emol TV. Agregó que "está siendo súper difícil ser empresa. Se nos está siendo difícil ser empresarios".
En tanto, la autora del proyecto, la diputada Camila Vallejo (PC), apuntó sus dardos al gobierno y los acusó de "mentir descaradamente". La legisladora enfatizó que "el proyecto contempla gradualidad para las pymes. Está escrita esa indicación. Nosotros sí queremos que se vote la gradualidad para las pymes. Cuando dicen que este proyecto no se hace cargo de las pymes, mienten descaradamente".