Subir la tasa de cotización y combatir las lagunas previsionales. Esa, a juicio del economista principal de la Unidad de Pensiones de la Ocde, el español Pablo Antolín, siempre ha sido y sigue siendo la fórmula en Chile para mejorar las pensiones.
No toma partido respecto de si es mejor que la cotización adicional se destine a cuentas individuales o reparto, o respecto de si es positivo o no hacer una reorganización industrial. Cree que el tema de fondo está en los detalles, el modo en que todo eso se implemente.
Por eso, asegura que la Ocde ha ofrecido desde hace tiempo su ayuda al gobierno para encontrar los mejores mecanismos que suban las pensiones, teniendo en cuenta los objetivos que ha definido el Ejecutivo. Sin embargo, confiesa que no han recibido una petición al respecto.
Sí admite que, tal como lo anunció esta semana la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, les llegó una solicitud del gobierno para que la Ocde brinde una asesoría técnica en un tema particular: implementar una nueva modalidad de retiro programado, que tiene por objeto hacerse cargo de la cuarta edad, según el acuerdo que alcanzó el Ejecutivo con la bancada de Independientes-PPD y que desató la molestia de Demócratas.
Sobre el reciente debate que ha surgido en el país acerca de cómo se miden las tasas de reemplazo de las pensiones, y que generó un enfrentamiento de opiniones entre el ministro de Hacienda, Mario Marcel, y el economista David Bravo, Antolín sostiene que “no hay una mejor forma. Todas son buenas, todas son válidas, todas son adecuadas”. Acá explica por qué.
En la Cámara de Diputados se cayeron aspectos relevantes de la reforma previsional del gobierno, como el alza del 6% de cotización, pero de todos modos el proyecto pasó al Senado. ¿Es positivo?
-Con respecto al alza del 6%, es esencial que se aumenten las contribuciones. Si lo que se cayó es cómo repartir el 6%, entonces depende del resultado final. Lo que indica es que no hay acuerdo y que se puede hablar.
Hay países que tienen un componente principal de reparto en sus sistemas previsionales, que últimamente han venido avanzando hacia cuentas individuales. En el caso de Chile, hoy las cotizaciones van a cuentas individuales, y se quiere avanzar a un sistema en que con una parte de las cotizaciones se haga reparto. ¿Cree que eso es correcto?
-Yo no puedo decir si es correcto o no es correcto. Depende de cuál es el objetivo. Obviamente, la mayoría de los países de la Ocde tiene un sistema de reparto no contributivo, un sistema de reparto contributivo, un sistema de cuentas individuales o colectivas de contribución definida. Lo que tienen es lo que se llama un sistema multipilar. Nosotros siempre hemos dicho que esa es la mejor idea: no poner todos los huevos en la misma cesta, hablando de manera informal. En ese sentido, cuando he estado en Chile, siempre he dicho que Chile ya tiene ese sistema multipilar. Entonces, ¿cuál es el objetivo de Chile? Lo que nosotros siempre hemos entendido es que el objetivo de Chile es aumentar las pensiones. Y para eso uno necesita analizar cuál es el problema. Y desde el punto de vista nuestro y de muchos expertos en Chile, el problema es que con un 10% de contribución y con las lagunas de contribución que existen en Chile, tengas un sistema de reparto o tengas un sistema de cuentas individuales, es imposible. Por eso a nosotros nos alegró muchísimo cuando hace 10 años, con el gobierno de Michelle Bachelet, se propuso aumentar los puntos porcentuales de contribución. Ese era uno de los temas que nosotros siempre dijimos. Si el objetivo es aumentar las pensiones y el diagnóstico es que se contribuye poco en comparación con la media de otros países de la Ocde, y hay lagunas, hay que contribuir más y atajar el problema de las lagunas. ¿Eso se resuelve con reparto o no? La respuesta la tienes en tu mente.
¿Y en su mente, cuál es la respuesta?
-Que yo no estoy en contra de que haya reparto, porque hay en muchos países de la Ocde, pero introducir reparto o no, no va a resolver ese problema. Lo que quieren (en Chile) es utilizar un porcentaje de ese 6% para hacer reparto y aumentar las pensiones. Pero en los detalles es donde está el tema. No me he metido en los detalles porque sé que también es una cuestión muy política hoy en día en Chile, pero el objetivo es aumentar las contribuciones y reducir las lagunas. Ese siempre ha sido el objetivo y ese sigue siendo el objetivo. Que eso se consiga con reparto o no, cada uno que decida.
En la reforma previsional también se propone hacer una reorganización de la industria. ¿Es favorable que se haga un cambio en ese sentido?
-Que sea positivo o no depende del objetivo y de lo que va a costar. Hay países de la Ocde que ya tienen esta organización de la industria que está en la propuesta. Pero de nuevo, el tema está en el detalle. Crear un organismo nuevo va a costar mucho dinero, va a sustituir lo que ya hacen las AFP. ¿No podrían hacerlo las AFP, o llegar a un acuerdo las AFP y el gobierno y crear un ente gestionado conjuntamente, sin duplicar y sin aumentar los costos? ¿Quién va a cubrir el costo de creación de estos fondos públicos? ¿Va a ser un subsidio? ¿Va a ser un préstamo? ¿Cómo se estructura todo eso? Eso tiene un efecto y va a determinar que la respuesta de la Ocde sea positiva o negativa. Por ejemplo, si está todo subsidiado, ahí hay un problema. Si es como hicieron los ingleses cuando crearon un fondo de pensiones público con un préstamo que lo tienen que pagar, ahí hay menos problema. Si hay una coordinación entre la industria y el gobierno para no duplicar lo que ya existe ahora y sin aumentar los costos, entonces esa es otra solución. El problema es que muchas de estas cosas hoy en día están en el detalle.
¿Qué consejo le daría a quienes hoy están legislando, para tener ojo con esos detalles?
-Nosotros dijimos hace un tiempo que la Ocde estaba dispuesta a trabajar con el gobierno y con el regulador, con la Superintendencia de Pensiones, en analizar y proponer una respuesta con distintas opciones, no con una sola opción, de cómo mejorar el sistema, dados los objetivos que tiene el gobierno. Y, obviamente, nosotros seguimos pensando que lo mejor es llegar a un acuerdo entre todas las partes y nosotros, la Ocde, podemos participar trayendo experiencias internacionales de cómo estos objetivos se organizan en distintos países. Obviamente, la decisión final la tienen los gobiernos de un país. Esa siempre ha sido nuestra posición. Coordinar a todos, la industria, el gobierno, y los distintos partícipes en el sistema de pensiones. Y nosotros, como Ocde, traer los ejemplos de cómo se implementan estas cosas en los distintos países. Porque no hay una solución perfecta. Hay distintas soluciones y cada solución tiene sus ventajas y sus desventajas. Es como una moneda. Toda moneda tiene cara y cruz. Entonces, el gobierno tiene que tomar una decisión de cuál es la mejor opción en conjunto, teniendo en cuenta las implicaciones que tiene, tanto positivas como negativas. Y esa siempre ha sido nuestra propuesta y sigue siendo nuestra propuesta.
¿El gobierno ya aceptó la ayuda que les dijeron que tenían disponible?
-El gobierno en su momento dijo que les gustaba la propuesta y ahí se quedó.
¿Pero no se han reunido para ver la propuesta?
-Yo en estos momentos no tengo información de que el gobierno nos haya comunicado que les gustaría que hiciéramos eso.
El economista David Bravo hizo un estudio donde mide las tasas de reemplazo considerando toda la historia laboral de las personas. En paralelo, el gobierno publicó un informe que mide las tasas de reemplazo según las últimas 12 cotizaciones. ¿Cuál es la mejor forma para medir las tasas de reemplazo?
-No hay una mejor forma. Todas son buenas, todas son válidas, todas son adecuadas. Lo que pasa es que cada una dice una cosa distinta. Y también depende de cuál es el objetivo, y con qué estás comparando. Por ejemplo, si quieres comparar a Chile con un país que tiene prestación definida, sea de reparto o sea de capitalización, entonces lo que hizo David Bravo es correcto. En muchos países se utiliza toda la historia laboral, o la historia laboral de los 25 años, o 35 años. Cuando uno quiere calcular cómo se compara la pensión de un individuo con el esfuerzo que ha hecho, y compararlo con otros países que tienen un sistema de prestación definida, entonces con ese objetivo, toda la vida laboral es la tasa de reemplazo correcta. Calcular la tasa de reemplazo como lo ha hecho la Superintendencia, con las últimas doce cotizaciones, o la tasa de reemplazo tradicional, que es tu pensión con respecto a tu último salario, es perfectamente correcta también. Sencillamente está diciendo otra cosa. ¿Cuánto está cubriendo la pensión de tu último nivel de vida? Dependiendo del objetivo, te diría: utiliza esta, o utiliza esta otra. Si quieres calcular, dado el esfuerzo contributivo que ha hecho el individuo durante toda su vida laboral, cuánto cubre su pensión, obviamente utilizo toda la vida laboral. Si quiero compararlo con un sistema de reparto de prestación definida, obviamente también utilizo toda la vida laboral. Pero si quiero calcular cuánto cubre mi pensión respecto de mi estándar de vida de la última década o de los últimos cinco años, entonces haría lo que está haciendo la Superintendencia.
Desde el punto de vista de una política pública, cuando se quiere legislar para mejorar el sistema de pensiones, ¿hay que ver más bien las últimas doce cotizaciones, o es mejor ver ambas?
-Cuando uno quiere analizar cómo funciona cualquier sistema económico, en este caso un sistema de pensiones, lo mejor es siempre mirar todos los datos y saber qué te están diciendo. Pero esto ya se ha hecho en Chile en el pasado y se ha calculado. Y en Chile, como he dicho antes, siempre ha estado claro que había que mejorar el Pilar Solidario. Eso se ha hecho con la PGU. Había que aumentar las contribuciones, todo el mundo está de acuerdo en que hay que aumentarlas. La cuestión es cómo se reparte entre los distintos componentes. Había que implementar políticas para que se reduzca el número de personas que no cotizan y disminuir las lagunas. Y también había que implementar políticas para que se reduzca el costo para que las AFP gestionen los fondos de los individuos. Esos han sido los mensajes de la Ocde desde hace bastante tiempo. En ese sentido, es bueno tener todas esas tasas de reemplazo, porque finalmente todas ellas están dando el mismo mensaje: si queremos mejores pensiones, hay que aumentar la contribución y hay que reducir las lagunas.
David Bravo consideró los ceros en su cálculo, es decir, aquellos meses en que las personas no cotizaron, pero el gobierno no consideró los meses sin cotización. ¿Eso igual depende de lo que uno quiera medir?
-Exactamente. Depende de lo que uno quiera medir.
Entonces, ¿las dos son correctas?
-Sí. Por ejemplo, tomemos dos casos. Un individuo que, de repente, decide no trabajar por dos o tres años porque tuvo un hijo. O una mujer o un hombre que deciden mejorar su nivel educativo, hacer unos cursos, y tomarse dos o tres años. Ese individuo no está recibiendo ninguna renta y no está haciendo ningún esfuerzo para ahorrar. Sin embargo, otro individuo que decide pasar de ser empleado por cuenta ajena, a autoempleado por cuenta propia, ese individuo no tiene que contribuir y no contribuye. Sin embargo, está ganando una renta. Entonces, dependiendo de lo que yo quiera medir, esos dos individuos son completamente distintos. En unos casos pondré a los dos con los ceros y en otros casos no. Entonces, la respuesta es: depende de lo que quieres medir. Es correcto de las dos formas, poner los ceros y no poner los ceros.
Chile subió seis puestos en tasas de reemplazo entre los países de la Ocde en el último informe Pensions at a Glance 2023.
-Eso es por la PGU. Nosotros hemos dicho durante muchos años, no solo en Chile, en muchos otros países, que para que un sistema de pensiones tenga la confianza de la población, tiene que asegurar que todas las personas que alcancen la edad de jubilación tengan un mínimo de subsistencia. ¿Cuánto es el mínimo? Eso lo determina cada país, en base a sus prioridades y sus capacidades. Entonces, la PGU es ese mínimo, esa pensión básica que antes lo llamaban Pilar Solidario. Eso siempre ha sido un mensaje claro que hemos dado, y se ha hecho.