Lleva dos semanas como nuevo director del Trabajo y Pablo Zenteno Muñoz ya ha tendido puentes con trabajadores y empresarios. El abogado laboralista y militante PC, entiende que los múltiples desafíos que deberá enfrentar en su período pasan, necesariamente, por un diálogo permanente y efectivo con sus contrapartes del mundo privado.
Si bien anuncia fiscalizaciones más eficientes en distintos sectores de la economía, como las plataformas tecnológicas y las relaciones laborales creadas a partir del teletrabajo, Zenteno dice que uno sus sellos como director del Trabajo será sentar a la mesa a trabajadores y empresarios para dialogar y buscar las soluciones a las distintas problemáticas que hoy tiene el país en materia laboral.
¿Cuál va a ser el sello que quiere marcar como director del Trabajo en su período?
-La Dirección de Trabajo es una institución clave en el modelo de relaciones laborales chileno. Es así como nuestra gestión va a estar muy marcada por garantías al trabajo decente, que está en el programa de gobierno, donde es importante la promoción y garantía de los derechos fundamentales en el trabajo, el fortalecimiento de las relaciones laborales a partir del diálogo social y la relación entre las contrapartes del mundo del trabajo, que son los trabajadores y empleadores organizados. Creemos que el trabajo decente es una condición y una garantía de calidad para la vida de las personas.
¿Qué mecanismos usará y cómo se logra fomentar el trabajo decente?
-Hay cuatro claves acá. El respeto de los derechos en el trabajo, la capacidad que tenga el Estado de generar trabajo decente y de calidad, la protección social como el respeto por la seguridad y salud en el trabajo y, finalmente, la promoción del diálogo social. Como Dirección del Trabajo lo que haremos es fortalecer la fiscalización y cumplir nuestro rol de respeto de los derechos en el trabajo, y fortalecer la relación empleador-trabajador, teniendo claro que a nosotros nos toca aplicar e interpretar un derecho que no es neutro y que tiene como fundamento la protección de la parte más débil de la relación laboral: los trabajadores.
¿Qué significa en concreto fortalecer la fiscalización? ¿Aumentarán las multas por incumplimiento, por ejemplo?
-La fiscalización busca que se cumpla la normativa laboral y diría que, en general, todo el mundo del trabajo está por cumplir la normativa laboral. No diría que hay sectores que no quieran cumplirla.
Ser parte de la buena fe…
-Así es. A propósito del proceso de modernización que está viviendo el mundo del trabajo, con el trabajo a distancia, los empleos en nuevas plataformas, la utilización de las herramientas tecnológicas y los efectos de precariedad laboral que ha dejado la pandemia, tenemos que actualizar nuestras herramientas y profundizar el proceso de modernización de la Dirección del Trabajo. También vamos a revisar nuestros procedimientos, lo que no tiene que ver necesariamente con aumentar las multas o pedir cambios legislativos, sino más bien establecer nuevas instrucciones, nuevos manuales de actuación y procedimientos para el proceder de los funcionarios, fundados en la lógica de generar incentivos para el cumplimiento.
Queremos también hacer parte a los actores del compromiso del cumplimiento de la normativa laboral a través de la conformación de mesas de trabajo, donde podamos detectar, eventualmente, los problemas que hay en el sector y viendo si hay soluciones que los actores puedan de alguna manera consensuar y así llegar a una solución. Solo después de eso podemos aplicar nuestra herramienta de fiscalización y de sanción que la ley establece.
Es decir, el mayor diálogo entre empresarios y trabajadores será un sello de su período...
-Sí, pero sin dejar de usar nuestras herramientas y ponernos al día a propósito de la necesidad de cambios y transformaciones en el mundo del trabajo. La idea es acercar a las contrapartes en la detección de los problemas que hay, porque lo que queremos también es relevar a los actores. Ese es uno de los pilares de nuestro programa, la promoción del diálogo social.
¿A qué se refiere con la mejora de instructivos?
-Creemos que en el período anterior hubo algunos instructivos o procedimientos que se relacionan con las áreas de fiscalización que queremos revisar, porque queremos que la fiscalización sea mucho más efectiva. Estamos haciendo el diagnóstico, pero evidentemente hay algunas situaciones en donde queremos que nuestros fiscalizadores y fiscalizadoras tengan mayores herramientas también.
Queremos entrar a un proceso en donde se proteja más el trabajo decente, pero también fomentar el fomentar el diálogo social. Es decir, más eficiente fiscalización y también mayor posibilidad de encuentro entre los actores del mundo del trabajo en los diversos ámbitos del quehacer laboral.
¿Cuáles son las principales críticas a la administración anterior?
-Lo que ocurrió con el gobierno anterior, y en esto exculpo completamente a los funcionarios y funcionarias del servicio, porque son definiciones, es que se alejó a la Dirección del Trabajo de las necesidades de la gente. Eso se reflejó en los datos de percepción usuaria, de la satisfacción del usuario que se relaciona con el servicio, particularmente en los ámbitos de la fiscalización. También lo que dice relación con la orientación y la interpretación que se hizo de la normativa laboral. Queremos que la normativa laboral sea interpretada en el sentido de proteger a la parte más débil que son los trabajadores y trabajadoras.
¿Hay algún sector de la economía en el cual a ustedes les interese generar una mayor fiscalización?
-Estamos preocupados de todos los sectores de la economía, pero sabemos que hay algunas dificultades también mayores en sectores en donde no hay tantas contrapartes. Allí donde hay mayores niveles de organización sindical, donde se relacionan mejor con la organización empresarial, tenemos menores niveles de incumplimiento o menores niveles de denuncia, por ejemplo, en el sector bancario o comercio.
Por contrapartida, están los sectores como la agricultura y el de las plataformas tecnológicas, donde tenemos una ley que está a punto de entrar en vigencia en unos meses más y en donde hay más tasas de precariedad laboral. Uno de nuestros focos de fiscalización importante serán las plataformas tecnológicas y el teletrabajo.
Con el crecimiento de las firmas tecnológicas y los nuevos conocimientos en este ámbito ha habido un impacto profundo en las relaciones laborales.
-La tecnología ha demostrado una capacidad infinita para transformar las relaciones laborales. Lo que hoy son las plataformas en el sector de reparto de alimentos, de mercadería, o de transporte de pasajeros, podría el día de mañana transformar otras relaciones de trabajo como los servicios o la atención de profesiones vinculadas a la abogacía y la psicología, por ejemplo, como ocurre en otras partes del mundo. El riesgo es que si no hay gobernanza en esta transformación, puede redundar en precariedad.
En Chile tenemos una ley que reguló el trabajo de las plataformas, básicamente para el transporte de pasajeros y transporte de mercadería e insumos, que entrará en vigencia y que estableció una especie de bifurcación de dos estatutos, uno de dependientes y otro de independientes. Como Dirección del Trabajo nos toca fiscalizarla, más allá de los ajustes que eventualmente se puedan hacer en el camino. Queremos poner un foco en la fiscalización de las plataformas tecnológicas por la potencialidad que tienen de transformarse en un sector muy importante de la economía. Queremos, a través de la fiscalización y el diálogo, ver cuáles son los problemas del sector para avanzar hacia un trabajo de calidad, un trabajo decente.
Sin embargo, a pesar de que son fenómenos nuevos, en donde la tecnología ha transformado la relación laboral, los problemas que hay son los clásicos. Estamos hablando del respeto por las jornadas de trabajo y, particularmente, por las condiciones de seguridad y salud en el trabajo, que son los temas históricos de la relación laboral del siglo 20.
¿Qué pasa con el teletrabajo?
-Tenemos una ley de teletrabajo, donde ha habido pocas denuncias en el último período. Queremos iniciar este año un programa de fiscalización de teletrabajo, porque sabemos también que ahí hay elementos que tienen que ver con las condiciones de seguridad, el cumplimiento y respeto por la jornada, y el pago de los insumos para el teletrabajo que está a cargo del empleador. Esto, considerando también que es muy probable que el fenómeno del teletrabajo llegó para quedarse.
¿Cómo calificaría hoy las relaciones laborales entre trabajadores y empresarios en Chile?
-Las relaciones laborales en Chile tienen un problema de equilibrio. Este tema, que es algo que se ha tratado de subsanar desde varios gobiernos anteriores, es algo que también está en la definición del programa de gobierno. Hay un problema de equilibrio que tiene que ver con las herramientas que tiene cada una de las partes que se sientan en esta mesa de relación entre empleadores y trabajadores.
¿Cómo disminuir esa tradicional desconfianza que existe entre trabajadores y empleadores a la hora de negociar?
-El diálogo social en el ámbito de la relación laboral, empleadores y trabajadores, es algo que no solamente es un componente para lograr el trabajo decente, sino que además un componente para fortalecer la democracia. En la medida que nosotros seamos capaces de fortalecer el diálogo social, vamos a ser capaces de ir fortaleciendo la democracia y, por ende, ir disminuyendo los niveles de desconfianza que existan. Como Dirección del Trabajo si bien nos interesa mucho poner el énfasis en el ámbito fiscalizador, por un lado, también nos interesa mucho fortalecer el diálogo social, la voluntad y la capacidad de las partes para reunirse en espacios para abordar los problemas que tengan en el ámbito del trabajo.
¿Cuál es su opinión respecto del empresariado tradicional chileno?
-Quiero decir que el primer día que asumí llamé a la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) para reunirnos con ellos, así como nos reunimos con la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Hemos conversado con la CPC y están con mucha disposición de poder reunirse, aunque por problemas de agenda no nos hemos juntado todavía. Sabemos que el diálogo social tiene tres patas, que es el Estado, los trabajadores y los empleadores. Vamos a construir desde esa posición. No tengo prejuicios a priori sobre la mirada valorativa de los empresarios respecto del ámbito de la relación laboral, solo espero que haya disposición, como se ha mostrado hasta ahora.