La meta de recaudación que tiene el gobierno con este pacto fiscal es de 2,7% del Producto Interno Bruto, que equivalen a US$8.000 millones. Para lograrlo el gobierno estima que las medidas de fortalecimiento de la fiscalización tributaria podrían generar 1,5% del PIB, quedando por financiar 1,2% del PIB.
Según explicó el ministro de Hacienda, Mario Marcel, de ese total, una parte se financiaría por un mayor crecimiento, dadas las medidas de estímulo que se están proponiendo, y otra parte con la reasignación de recursos con las propuestas sobre reformas al Estado que se están proponiendo, “Para poder dimensionar ese aporte se convocó a un comité de expertos que analizará el tema de crecimiento tendencial y espacio fiscal, y por otro lado se encargó un estudio a la Ocde sobre los recursos que se puedan liberar como producto de una mejor gestión pública”, sostuvo.
En ese sentido, aseveró que “cuando tengamos esas cifras vamos a poder determinar cuánto nos falta para llegar al 2,7% del PIB”.
Entre los economistas hay una visión mayoritaria que sostiene que la meta de recaudación es “ambiciosa” considerando que una parte de la recaudación provendrá de las medidas que buscan aumentar el crecimiento económico, y que no son de rápida aplicación. Pero menciona que es positivo que el foco se ponga en mayor crecimiento y eficiencia del gasto público.
El coordinador macroeconómico de Clapes-UC, Hermann González, sostiene que “es un objetivo ambicioso y significaría, en caso de concretarse, un aumento significativo de la carga tributaria de más de 3 puntos del PIB si se suma el ya aprobado incremento del royalty minero”.
Sobre si es realista o no la cifra, González entrega tres observaciones. Lo primero que dice es “no existe una medición oficial de evasión de impuesto a la renta, por lo que antes de poner un objetivo en esta materia es necesario hacer esa medición, lo cual permitirá también hacer un seguimiento del cumplimiento de la meta de recaudación en el tiempo; en segundo lugar, no se puede dar por descontado que estarán los votos para aprobar las medidas para reducir la evasión y la elusión y tercero, es que la principal restricción para subir la carga tributaria es el complejo escenario económico y político por el que atraviesa el país”. Además, agrega que las medidas procrecimiento, si bien van en la dirección correcta, tendrán un efecto en el mediano plazo.
Jorge Hermann, de Hermann Consultores, dice que, “es factible financiar el 2,7% de mayor gasto fiscal con la recaudación de la reforma antievasión por 1,5% del PIB, holguras presupuestarias en alrededor del 0,3% del PIB más el resto que provenga de la eficiencia del gasto por 0,9% del PIB, siendo innecesario subir impuestos en un contexto de lento crecimiento económico”.
Para el economista “es innecesario subir impuestos, porque con la reforma antievasión, holgura presupuestarias y eficiencia de gasto es más que suficiente para financiar el mayor gasto fiscal. Marcel tiene que hacer el esfuerzo hasta que duela en lograr eficiencia en el gasto, sobre todo con la polémica actual del gasto público en fundaciones”.
Alejandro Fernández, economista de Gemines consultores, argumenta que “es definitivamente muy ambiciosa, tanto porque es dudoso que recaude lo que dice, incluso si se aprueba en los mismos términos en que se presente y, sobre todo, porque parece muy difícil que así sea”
Fernández acota que “lo de recaudación por evasión y elusión, sin duda, parece muy optimista. Sobre el resto es difícil decir sin saber qué es lo que se propondrá específicamente”.
Macarena García, economista de Libertad y Desarrollo (LyD) puntualiza que “la meta puede alcanzarse, pero siempre que sea bien diseñado el plan, eliminando distorsiones, con el menor efecto posible en inversión y empleo y acompañado al mismo tiempo, no después, de una profunda transformación de la eficiencia del gasto público en su conjunto. Ahora está el espacio político para avanzar en esto”.
Para García, en Chile la evasión del IVA es elevada respecto de la Ocde. “Llevar la evasión del IVA a niveles comparables con países de la Ocde aportaría más de 1,0% del PIB. Si le sumamos la menor evasión del impuesto a primera categoría que se genera con esta misma evasión y la reducción de la informalidad, se podría recaudar en torno a los esperado. Sin embargo, para poder ingresar la propuesta ahora debiera ser distinta a la idea matriz del proyecto que se rechazó para respectar la institucionalidad y sin dar desmedidas atribuciones al SII”.
Y el economista jefe de Bci, Sergio Lehmann, argumenta que “sin duda se trata de una meta ambiciosa. Aún no hay detalles, por lo que es un tanto aventurado emitir juicios, pero la experiencia nos muestra que se tiende a subestimarse los efectos sobre crecimiento cuando se introducen alzas tributarias. En materia de evasión, las estimaciones tienden a ser demasiado gruesas y en general resultan ser menos efectivas de lo que se calcula”
Para Lehmann “la formalización podría ayudar a mediano-largo plazo, pero con impactos limitados” valora que se ponga énfasis en “mayor racionalidad y eficiencia en el gasto público”.