Avianca Holdings SA está a días de un vencimiento de bonos, lo que supondrá una primera prueba para determinar si las aerolíneas latinoamericanas pueden mantenerse al día con los pagos de la deuda en medio de las prolongadas prohibiciones de viaje que les han despojado de casi todos sus ingresos.
La compañía, con sede en Bogotá, una de las aerolíneas más grandes de la región, debe pagar US$65,6 millones el 10 de mayo.
Para reducir los costos, la compañía aplazó los pagos de arrendador, canceló las inversiones planificadas y ofreció licencias no remuneradas a la mayoría de sus 21.000 empleados.
Sin embargo, S&P Global Ratings rebajó la calificación crediticia de Avianca esta semana a CCC-, argumentando que, sin un rescate gubernamental de último minuto, “Avianca podría entrar en una refinanciación de deuda en estrés financiero o incumplir el pago de la deuda”, dijo.
El gobierno colombiano abrió la puerta a un posible paquete de ayuda para las aerolíneas el mes pasado. Las dos partes permanecen en conversaciones, según personas con conocimiento del tema. La compañía rehusó hacer comentarios.
El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, dijo este viernes que el gobierno está discutiendo sobre la forma más adecuada de ayudar a las aerolíneas. El “caso de Avianca es especial”, dijo en una entrevista con RCN Radio. “Estamos en discusiones por su tamaño, por la situación específica de la empresa”, precisó.
Analistas consideran que Avianca es la más vulnerable a un incumplimiento. Sin embargo, las aerolíneas en toda América Latina están sufriendo por las prohibiciones de viajes aéreos que las han obligado a inmovilizar la gran mayoría de sus aviones.
La capacidad de vuelo en Suramérica ha disminuido en casi 90% desde enero, según datos recopilados por OAG Aviation Worldwide.