A paso lento, las mujeres avanzan en su inserción en cargos directivos y ejecutivos de las empresas que integran el Ipsa. Pero tan despacio se avanza que en 2019, el número de mujeres que integran directorios de empresas Ipsa prácticamente se estancó.
Así, si en 2018 existían 22 puestos ocupados por mujeres, durante el año pasado dicha cifra subió a 23 de un total de 241 escaños, aumentando en apenas 0,1 punto en comparación al año previo y llegando a un 9,5% de representación.
Al mismo tiempo, los cupos totales disponibles entre las empresas que componen el principal índice accionario del país aumentaron en seis durante el año pasado, y de ellos, solamente uno fue ocupado por mujeres, dejando el resto a hombres.
En tanto, la variación a nivel gerencial fue algo mayor, pero igualmente lenta. La cantidad de gerentas en dicho grupo de compañías pasó de 23% a 25%, hasta los 346 cargos. Sin embargo, en términos absolutos, el número total se redujo desde 412 a 346 gerentas, dada la caída de 332 en la cantidad de cargos gerenciales totales de las empresas Ipsa.
En el caso de los hombres, los cupos cayeron de 1.781 a 1.383. Es decir, a nivel ejecutivo, la merma de gerentas fue de 66 cupos, mientras que en el caso de gerentes fue de 398.
Sin embargo, las cifras muestran que mientras más bajo es el cargo, mayor es la representación de las mujeres en el mundo laboral: del total de 400.704 trabajadores que mantenían las mayores empresas locales, el 42% correspondía a mujeres en 2019, mismo porcentaje que en 2018.
El ADN de la diversidad
Karen Poniachik, directora de empresas (Interchile y Jetsmart), pone énfasis en que todo parte porque a las empresas les falta incorporar en su ADN la importancia de la diversidad. Dice que se debe reconocer el avance en incorporar mujeres en directorios, pero que esto ha sido lento.
“Esto no tiene que ver solo con mujeres. Ha faltado una visión de incorporar más diversidad en general. Por supuesto, la diversidad de género es clave, pero también en las carreras profesionales. Hoy, cuando tenemos otros temas en las agendas de las empresas, es importante tener gente que conozca de otras materias, desde cambio climático, gente que entienda de comercio electrónico y que venga del mundo del relacionamiento con la sociedad civil, porque esos son los desafíos que están enfrentando los empresas”, dice.
Alejandra Sepúlveda, directora ejecutiva de Comunidad Mujer, sostiene que las juntas de accionistas que se realizan por estos días es una oportunidad para revertir estas magras cifras. “Se requiere una verdadera puesta al día”, indica.
Sepúlveda cuenta que en las mismas firmas en que hay mujeres en gerencias, más de un tercio de ellas se desempeña en el área de Recursos Humanos, mientras que en las gerencias generales practicamente no hay casos.
“La cumbre de la pirámide corporativa empresarial en nuestro país sigue siendo absolutamente poco diversa, compuesta mayoritariamente por hombres entre 50 y 60 años o más, egresados casi en su totalidad de dos universidades y tres carreras preferentemente: ingeniería comercial, civil y derecho. Cambiar estar fisonomía es lo inteligente de hacer, y más aún en el contexto de la actual crisis sanitaria, económica y social que atravesamos”, comenta.
Luz Granier, directora de empresas, sostiene que pese a que “en el discurso está establecido que hay que incorporar mujeres, en el minuto concreto no se produce”. Por eso, ve fundamental es romper el paradigma.
“En las empresas Ipsa va ser mucho más difícil ver un avance más alto y rápido, porque son en general las grandes empresas en que se requiere una experiencia mayor y uno de los grandes temas es que muchas veces cuando quieren buscar mujeres, dicen que no hay mujeres con experiencia. En empresas medianas, creo que hay más avance. En empresas públicas, la representación es de 41%. Por eso, creo que el tema de la experiencia en la gran variable”, agrega.
Verónica Campino, vicepresidenta de la Fundación ChileMujeres, indica que el mercado financiero está tomando un rol activo en la equidad de género, pudiendo ser efecto catalizador para avanzar en Chile.
“Los inversionistas requieren información sobre diversidad pues hoy sus intereses no necesariamente estarán referidos exclusivamente a la optimización de los retornos financieros de la inversión, sino que también definiciones éticas y riesgos potencialmente desatendidos”, complementa.
En ese sentido, destaca -por ejemplo- que la Comisión para el Mercado Financiero actualizó la norma sobre responsabilidad social y desarrollo sostenible -actualmente en consulta pública- que busca que las organizaciones reporten, entre otras cosas, políticas y metas sobre diversidad y equidad de género.
“Si la convicción para logarlo no proviene del directorio y la alta gerencia de las empresas, todo indica que será entonces el mercado financiero quién tomará la responsabilidad de exigirlo”, plantea.