El economista y presidente de Gerens, Patricio Arrau, sigue de cerca las novedades que se han ido conociendo sobre la reforma previsional. También espera poder reunirse pronto con el gobierno para intercambiar ideas. Ello, en el marco de la ronda de reuniones que lleva adelante el subsecretario de Previsión Social, Christian Larraín, para socializar la propuesta con distintos actores. Por estos días, uno de los temas que ha analizado a fondo, es respecto a la separación de la industria que planea hacer el Ejecutivo, donde se separa la función de administración de cuentas de la gestión de inversiones, que actualmente hacen las AFP. Antes de iniciar esta conversación, aclara que asesora a dicha industria.
Según lo que ha ido trascendiendo de la reforma previsional, el 6% extra irá un fondo común, el 10% a cuentas individuales, y las personas van a poder decidir si ese 10% después se lo llevan o no a entidades privadas para que hagan rentar los fondos. ¿Le parece bien esa fórmula?
Para que una propuesta de este tipo sea permanente, debe ser amplia. Al igual que en la reforma tributaria, no puedes hacerlo con el 50% más uno, tienes que hacerlo (con un acuerdo) amplio. Aquí hay una propuesta que no es amplia, que es de un sector, y se va a requerir conversar mucho. Y los dos nudos gordianos que tiene la propuesta son los siguientes: qué hacer y cómo administrar el 6%, y qué hacer y cómo administrar el 10%. En el 6% se propone este fondo colectivo solidario. Ahí, en la práctica, tú no vas a ser dueño de tus fondos. Incluso es probable que haya cuentas nocionales individuales, donde van a irse registrando tus derechos, y tú no vas a tener propiedad sobre esos fondos. Evidentemente, eso significa que no hay opción. Va a haber un administrador centralizado que va administrar todas estas cuentas. Claramente eso es una propuesta que se aleja bastante de lo que la gente hoy día conoce, que es la propiedad de sus cuentas y de su dinero.
¿Y con en el 10%?
Viene algo que yo considero muy radical, que básicamente es separar la industria y estatizar lo que se llama la administración de cuentas, o el soporte, y dejar al sector privado solamente en la gestión de inversiones, donde también habrá un gestor público. Es una propuesta muy radical respecto a cómo conocemos el sistema. Hoy día muchos de nosotros hemos tenido una experiencia, por 40 años, viendo en una cuenta nuestros recursos, lo que ponemos, y tenemos la opción de elegir. En esta propuesta no va a haber opción de elegir administrador, quién hace el soporte. Eso, a mi juicio, es algo bastante radical. Y no tengo para nada claras las ventajas. Incluso discrepo con el gobierno: creo que esto va a ser más costoso que lo que es el actual sistema.
¿Por qué lo sería?
Aquí hay un debate que debe ser técnico. Invito a todos mis colegas, la Subsecretaría (de Previsión Social), a todos, a que de verdad debatamos técnicamente si existen o no existen estas famosas economías de escala en la administración de cuentas. Se supone, según la Subsecretaría, según algunos colegas, que mientras más cuentas administras, más barato es. Por lo tanto, al centralizar la administración de cuentas, ganarías en eficiencia y ganarías en costo.
¿Y eso no es así?
Yo pongo en serias duda las economías de escala de ese tipo. O más que ponerlas en duda, me pregunto: en qué nivel de afiliados, o con qué número de afiliados esas economías de escala se diluyen, o se aplanan. Las economías de escala son costos decrecientes, pero eso tiene un cierto límite. De ahí en adelante, o bien se aplana la curva de costos, o bien puede incluso empezar a incrementarse. Entonces, la pregunta para la Subsecretaría, de la cual no he tenido respuesta, es: ¿Por qué creen que en esta curva siguen bajando los costos con 13 millones de cuentas, o digamos, seis, o siete millones de cuentas activas? La verdad es que cuando miras la evidencia de hace diez años, hay estudios que dicen que las economías de escala se diluían con 500 mil afiliados, o sea, más allá de 500 mil afiliados no tienes economías de escala en la administración de cuentas (...) Entonces, cuando hablamos de las economías de escala para centralizar la totalidad, el 100% de las cuentas, ¿por qué entre 500 mil y 13 millones siguen bajando los costos? Esa es una pregunta técnica, es un análisis que tenemos que hacer, ojalá todos con mucha apertura de mente.
¿A su juicio, más allá de 500 mil afiliados, no hay mayores economías de escala?
También hay que pensar en las nuevas tecnologías de la información. Hoy puedes abrir una cuenta en un banco mirando el celular y moviendo la cara. Actualmente los costos de infraestructura digital son a costo fijo. Por lo tanto, mi opinión es que hoy en día, con estas tecnologías, las economías de escala se diluyen probablemente en menos de 100.000 afiliados.
Y más allá de si es más caro o más barato centralizar la administración de cuentas, ¿por qué cree que es una mala idea?
Es como si todo el sistema bancario dijera de un día a otro: todas las cuentas van al BancoEstado, y los bancos se dedican solamente a prestar lo que la persona le diga al BancoEstado que le pase el otro banco. No tiene mucho sentido. Yo creo que ahí es donde hay una cuestión que es bien delicada, que es importante: la economía política de las cosas. Una cosa es la discusión técnica y la otra la economía política de las cosas. Cuando tú haces algo que no está bien conectado con lo que quiere mucha gente, puedes tener una situación muy delicada. Sospecho que incluso el gobierno está arriesgando tener un nuevo 4-S (plebiscito por nueva Constitución) con esta propuesta de eliminación de cuentas. ¿Por qué? ¿Qué es el 4-S? La gente dijo en un día: señores, ustedes llevan un año trabajando en una propuesta que yo no quiero. Se fueron a las nubes. Empezaron a pensar que la gente quería eso. Y cuando le fueron a preguntar a la gente, no querían eso. Entonces, yo temo que la estatización de la administración de cuentas puede ser un nuevo 4-S para el gobierno (...) Si hay economías de escala y mis comisiones van a bajar en medio punto, solo por centralizar todo, se podría considerar... Pero si no las hay, ¿cuál es la ganancia?
Pero igualmente hay funciones que pueden centralizarse para hacerlas más eficientes.
Creo que sí hay funciones que pueden centralizarse, que pueden ser eficientes. Por ejemplo, hoy día hay una descoordinación enorme en la cobranza de los empleadores que no pagan, y que deberían ser perseguidos por el Estado con firmeza y dureza, pero aquí tienen a cada una de las AFP, replicando las demandas individuales. Ahí hay una función extraordinaria del Estado. En materia de recaudación, tenemos una institución que es central, que está centralizada, que es Previred, y que claro, es una empresa de apoyo de las AFP, pero la formaron precisamente para aprovechar toda esa economía, y hoy día es una empresa muy eficiente, quizás no se entiende bien lo que es, porque no es un administrador de cuentas, por lo tanto, no se puede usar como ejemplo para economías de escala.
El gobierno ha mostrado una presentación donde señala que estas mayores eficiencias y ahorros de costos que han estimado también se producirían porque ya no habría fuerzas de venta, comercialización, ahorros en sucursales. Calculan cerca de US$425 millones en ahorro de costos, porque el Estado también va a aportar un monto.
Primero, no he visto los detalles de esos cálculos. Pero sí me llaman la atención algunas cosas. El Estado va a aportar un montón de recursos para el sistema. Eso lo paga el contribuyente. Eso no es una ganancia de eficiencia. Si esa misma plata el Estado decide ponérsela al sistema privado, también vas a tener la misma eficiencia en el sistema privado (...) Y claro, el ente centralizado, que centraliza las cuentas, no va a tener fuerza de venta, pero la función de inversiones la traspasaste a los privados. Entonces, explícame: ¿Cómo los privados van a hacer gestión de inversiones, intentando atraer a los distintos afiliados, sin fuerza de venta? ¿Quién ha hecho el cálculo, de que la fuerza de venta sumada, de todos los gestores de inversión, va a ser más baja que la fuerza de venta que tenemos hoy día en el sistema centralizado? Ese es el tipo de cosas que tenemos que conversar de verdad, en forma seria.
El destino del 6% extra a un fondo común probablemente será uno de los mayores nudos para alcanzar acuerdos. ¿Cuáles son los riesgos que ve en lo que se propone?
En el largo plazo, toda la plata va a estar respaldando las obligaciones de los futuros pensionados. En el corto plazo, vas a tener un sistema de reparto transitorio. ¿Y por qué lo hacen de transición? Porque saben que el sistema de reparto no es sustentable. El sistema de reparto quiebra con el envejecimiento de la población. Me preocupan dos cosas. La primera es, la economía política de eso. Una vez que partas un reparto y generes las dinámicas de reparto y de mejorar pensiones inmediatas, va a tener una presión política gigantesca para seguir teniendo más reparto y salirte de la transición. Por lo tanto, un riesgo que tenemos, grande, es que el sistema de reparto no sea transitorio, se vuelva obligatorio y pase a ser una carga muy grande para el contribuyente. Por otro lado, para las futuras pensiones habrá una cuenta que va a tener una rentabilidad, que es una rentabilidad menor. Por lo tanto, en la práctica, en tu cuenta, vas a estar acumulando menos dinero del que acumularías si fuera la totalidad a un fondo financiero. Eso significa un impacto en la tasa de reemplazo o la pensión que vas a recibir (...) No me parece que haya cuentas nocionales y que haya un fondo colectivo, es mucho mejor tener cuentas individuales, a mi juicio, incluso redistribuyendo en las cuentas individuales la bolsa de cotizaciones que puedas tener.
No está de acuerdo con que el 6% vaya a un fondo colectivo, pero el gobierno ha argumentado que esto nos va a poner en línea con los países de la Ocde, donde la gran mayoría tiene solidaridad en el pilar contributivo. En Chile eso no existe.
Sí, yo soy partidario de la solidaridad en el sistema de pensiones...
¿Pero mediante el pilar contributivo?
Cuando lo haces a través del pilar contributivo, tienes el problema de que lo estás haciendo a través de un impuesto planilla, por así decirlo. Es un impuesto al trabajo el que estás distribuyendo, que es muy inferior a un impuesto a la renta. Por lo tanto, es mucho más eficiente que lo hicieras por impuestos generales de la nación.