
Patricio Hidalgo, presidente ejecutivo de Anglo American Chile: “No basta con cumplir la ley, tenemos que hacer lo correcto”
En un contexto donde la exigencia social y ambiental hacia la industria minera crece sostenidamente, Anglo American ha optado por ir más allá de las obligaciones legales que la puesta en marcha de Los Bronces Integrado le suponía. Patricio Hidalgo, presidente ejecutivo de la compañía en Chile, explica las razones detrás de su ambicioso plan de compensación de emisiones y cómo entienden hoy la sostenibilidad.
El proyecto Los Bronces Integrado (LBI) de Anglo American ha sido objeto de atención tanto por su envergadura como por las complejidades enfrentadas durante su evaluación ambiental. Ubicado en la comuna de Lo Barnechea, a 65 kilómetros de Santiago, esta puesta en marcha busca asegurar la continuidad operacional de la mina Los Bronces, activa desde hace más de 150 años. Tras un largo proceso iniciado en 2019, que incluyó observaciones y ajustes significativos, LBI obtuvo las aprobaciones necesarias y comenzó sus obras los primeros días de este mes. Sin embargo, el camino no estuvo exento de desafíos, incluyendo preocupaciones de organizaciones ambientalistas sobre posibles impactos en recursos hídricos. En esta entrevista, Patricio Hidalgo, presidente ejecutivo en Chile de esta compañía minera, aborda el camino recorrido y los compromisos que han adquirido con la sostenibilidad y con las comunidades.
En el marco de la tramitación del proyecto, tras la aprobación del Comité de Ministros en abril de 2023, Anglo American acordó un ambicioso Programa de Compensación de Emisiones (PCE), cuyo principal objetivo es compensar el 150% de las emisiones que genere LBI, una cifra superior al 120% que exige comúnmente la regulación. Para lograr este objetivo, la empresa pactó una serie de medidas, entre ellas, un programa de recambio masivo de calefactores a leña por alternativas eléctricas en las provincias de Chacabuco, Cordillera, Talagante, Melipilla y Maipo, proyecto que durará siete años y comenzará este primer semestre de 2025 con el reemplazo de 11 mil estufas, de un total de 57 mil que contempla el esquema completo. A esto se suma además, un plan de manejo del Santuario de la Naturaleza Los Nogales y abandonar el uso de agua fresca en el su proceso minero al 2030.
¿Por qué decidieron ir más allá de lo que les exigía la ley con Los Bronces Integrado?
-La razón de fondo es simple: era lo correcto. Al planificar este proyecto, nos preguntamos cómo podíamos generar un impacto positivo, más allá del perímetro habitual de influencia. Identificamos que uno de los desafíos más graves del área metropolitana es la calidad del aire, y decidimos contribuir con una solución estructural. Así nació nuestra iniciativa de recambio masivo de calefactores a leña por eléctricos. Este plan, trabajado junto a Sofofa y validado por la Universidad de Harvard y la Usach, no tiene precedentes en magnitud desde la implementación de los catalizadores en los autos o la integración de buses eléctricos en el transporte público. Además, nos propusimos dejar capacidades instaladas en el país, porque la sostenibilidad también implica compartir conocimiento.
¿Cómo se articulan este tipo de medidas con las necesidades de las comunidades?
-Para lograrlo debe haber mucho diálogo, mucho de diálogo genuino. Por eso creamos el Foro Nacional de Sustentabilidad, para fomentar conversaciones genuinas con actores diversos, incluso con quienes critican la minería. A través de este foro y de nuestro Plan Minero Sustentable, hemos podido ajustar nuestras acciones a las realidades de cada territorio. Por ejemplo, en Lo Barnechea las preocupaciones son distintas a las de Colina o Tiltil, donde el estrés hídrico es crítico. Por eso impulsamos una planta desaladora multipropósito en Quintero, que no solo servirá a nuestras operaciones, sino también proveerá agua potable a unas 35 mil personas.
¿Cómo se define el plan de recambio de calefactores y su implementación, teniendo en cuenta que debe existir un cambio cultural en esta transición energética?
-El proyecto se sustenta en estudios socioeconómicos que nos permiten identificar dónde hay más impacto y disposición al cambio. Trabajamos con el Ministerio de Energía para evaluar zonas donde energías renovables puedan reducir la brecha de costo frente a la leña. Además, los calefactores eléctricos de aire acondicionado reverso permiten calefaccionar en invierno y enfriar en verano. Las estufas a leña retiradas serán recicladas en procesos siderúrgicos, cerrando el ciclo bajo un modelo de economía circular.
Este proceso es complejo y requerirá tiempo y acompañamiento. Algunas personas valoran la leña por costumbre, por lo que también hay un componente educativo sobre sus efectos nocivos, especialmente en población vulnerable. Por eso nos dimos un plazo de siete años, que permita gestionar el cambio con una transición justa.

¿Cómo se equilibra productividad con justicia ambiental y social en este contexto tan exigente?
-Reinventando la minería. Las expectativas han cambiado y debemos anticiparnos. Desde 2022 probamos en El Soldado una tecnología que recupera el 80% del agua de los relaves, lo que mejora la eficiencia, seguridad y viabilidad económica. También implementamos sistemas autónomos en nuestros procesos, que aumentan la productividad sin comprometer la seguridad ni el medioambiente. La clave es innovar con visión de largo plazo.
Hay que transformar y repensar la forma en la cual estamos haciendo minería, para que exista este equilibrio entre no solamente lo que exige la ley y los estándares internos, sino que ir anticipándose a aquellas exigencias que vienen, haciendo lo correcto y asegurando que tenemos un negocio que es viable económicamente.
¿Qué aprendizajes deja la experiencia con Los Bronces Integrado respecto de los permisos en Chile?
-La lección es que debemos mirar más allá del marco legal y comprometernos con generar valor social en cada territorio. En paralelo, Chile debe abordar con urgencia la eficiencia del sistema de permisos. Se estima que necesitaremos 80 nuevas minas del tamaño de Los Bronces al 2040 para cumplir con los objetivos climáticos, pero hoy demoramos entre 15 y 20 años desde que se descubre un yacimiento hasta que entra en operación. Eso debe cambiar sin relajar los estándares ambientales.
¿Sienten en Anglo American la responsabilidad de dar el ejemplo en la industria?
-Más que dar lecciones, creemos en colaborar. En la minería chilena hay muchas buenas prácticas, tanto en empresas como en gremios como el Consejo Minero. Compartimos aprendizajes, abrimos espacios de conversación y buscamos ampliar el impacto positivo.
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