Las autoridades de política monetaria de la Reserva Federal (Fed) recibieron una dosis de datos económicos inesperadamente robustos el viernes que reforzaron los argumentos para un mayor ajuste de las condiciones de crédito a fin de desacelerar la economía y reducir la persistente inflación.
El gasto de los consumidores aumentó un 0,8% el mes pasado en relación a marzo, informó el Departamento de Comercio. La inflación según el indicador preferido de la Fed se aceleró al 4,4% interanual, y la medición subyacente, una lectura clave de la trayectoria de alzas de precios, subió al 4,7%, frente al 4,6% de marzo.
La Fed tiene como objetivo una inflación del 2%. El presidente del banco central, Jerome Powell, señaló a principios de mes que podría ser hora de frenar el ciclo de aumentos de tasas después de 10 meses consecutivos de ajustes.
No obstante, tanto Powell como otras autoridades del organismo aclararon que mucho dependerá de los datos sobre la economía estadounidense.
Los datos sólidos, junto con lo que parecía ser cierto progreso en un acuerdo para elevar el techo de deuda y evitar un incumplimiento, empujaron a los operadores de contratos de futuros vinculados a la tasa de política de la Fed a apostar que el organismo no ha terminado de subir las tasas.
“La inflación sigue obstinada”, dijo Art Hogan, estratega jefe de mercado de B Riely Wealth. “Parece que estamos acercando el drama del techo de deuda a la línea de meta, pero todavía tenemos que preocuparnos por lo que sigue para la Fed”, agregó.
Los rendimientos implícitos en los contratos subían, reflejando un 60% de probabilidades de que la Fed aumente su rango objetivo para la tasa de referencia, actualmente entre el 5% y el 5,25%, en un cuarto de punto porcentual en su reunión de junio.
A primera hora del día, los contratos de futuros preveían un 60% de posibilidades de que la Reserva Federal no suba los tipos en junio.