Con una amplia red de contactos, la ingeniera comercial, Paz Ovalle, sigue ligada al rubro en que se ha desempeñado toda su carrera: la caza de talentos profesionales o head hunting. Es socia de la firma Hochschild & Ovalle Partners, compañía que formó junto a su marido -fallecido en 2014-, Hernán Hochschild, expresidente de la Sociedad Nacional de Minería. Toda su carrera ha estado muy conectada al mundo empresarial, por lo que ha podido conocer con cierta profundidad distintas industrias.

Hace un año dio un paso más allá. Postuló al consejo de la Sofofa y no solo salió electa, sino que fue la primera mayoría dentro de las mujeres y la tercera mayoría general, detrás de Bernardo Larraín y Patricio Jottar.

A un año de su elección gremial, la también directora de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), conversa con Pulso Domingo acerca de cómo analiza el manejo de la pandemia del Covid-19 en nuestro país, en especial el rol del empresariado. Además, da luces respecto de la nueva realidad laboral producto de esta crisis.

¿Cómo evalúa el paquete de medidas económicas que ha anunciado el gobierno para enfrentar esta crisis?

-Bien, tenemos un ministro de Hacienda de lujo. No creo que haya que tirar toda la carne a la parrilla, hay que guardar recursos. Si en octubre hubiésemos empezado a gastar todo en las demandas sociales, hoy día no tendríamos cómo ayudar en todo este tema sanitario. Como estamos en un escenario tan incierto, complejo y devastador, pensar en medidas donde se gaste todo de una sola vez, no puede ser.

¿Qué le parece el manejo sanitario del gobierno, que intentó la vuelta a la normalidad gradual y los casos de contagios aumentaron bruscamente?

-En este contexto tan devastador es tiempo de colaborar y de no juzgar las acciones hoy. Creo que vamos bien, aunque la incertidumbre es muy grande. Si nos comparamos con países desarrollados, llama la atención el manejo favorable que ha tenido Chile dentro de este ambiente de incertidumbre, donde las medidas se pueden ir rectificando en el camino. El mayor desafío es promover la corresponsabilidad y el autocuidado, porque la pandemia no la superará el gobierno solo, sino que todo el país. Nos falta conciencia del autocuidado.

Le preguntaba a raíz del tono un tanto triunfalista del manejo de esta pandemia al inicio, que choca con el rápido número de contagios actuales...

-Lo central es salvar vidas, por eso destaco al personal de la salud que está haciendo un esfuerzo titánico. Hay que dejar de lado los egos, las ideologías y ser propositivos. Colaboremos todos a mejorar Chile.

¿Qué tan llenas están las clínicas de la ACHS con pacientes Covid-19? ¿Hay espacio para recibir a más pacientes del sistema público?

-Nos reconocemos como parte de una respuesta bien coordinada que está haciendo el Minsal. Estamos a disposición de la autoridad. La ocupación del Hospital del Trabajador se triplicó respecto al inicio de marzo y estamos con una capacidad de alrededor del 90%. Ahora tenemos la obligación de duplicar la disponibilidad de camas críticas para junio, que las ubicaremos en pabellones y otros lugares que hoy no están teniendo actividad, dado que las prestaciones que no son ligadas al coronavirus bajaron muchísimo.

¿Cómo le ha afectado el estallido social y el coronavirus a la ACHS en términos de ingresos y número de afiliados?

-Ha sido fuerte. Luego del estallido social se vio un impacto en menores afiliaciones ligadas a la hotelería, restoranes o comercio, dado que los trabajadores de estos sectores comenzaron a ser desvinculados. Como que la actividad económica se estancó, Chile paró. Con la llegada del Covid-19, se ha visto más disminuida la actividad económica, se ha incrementado el desempleo, y la Ley de Protección al Empleo ha afectado mucho a la ACHS, porque las suspensiones de contratos eximen al empleador del pago de la cotización de accidentes del trabajo, lo que nos ha impactado a nuestros ingresos, porque esto último ha significado 500 mil trabajadores menos a nivel general.

¿Cuántos afiliados menos tienen y qué medidas están impulsando para revertir este momento?

-En marzo tuvimos una caída de unos 38 mil cotizantes y en abril, 170 mil menos. Tenemos alrededor de 2,5 millones de cotizantes, así que esto nos pega muy fuerte en ingresos, porque además tenemos costos fijos muy altos y una red de salud que es de las más importantes del país. Estamos llevando a cabo un esfuerzo muy grande de eficiencias a nivel estructural. No hemos tenido que hacer despidos masivos, pero sí reducciones salariales, porque todos tenemos que ponernos.

Ha habido polémica por algunas grandes empresas que no están haciendo aumentos de capital y que han recibido dividendos más allá del mínimo legal, mientras desvinculan trabajadores y reducen salarios...

-Yo creo que son las menos. En realidad los empresarios se están sacando la mugre y en general el comportamiento ha sido maravilloso. Vemos a la CPC con todas sus ramas aportando a la población. Cada uno está tratando de apoyar lo máximo.

En el caso de la Sofofa, ¿cuál ha sido su aporte y cuánto más puede ayudar en este contexto?

-Todos podemos y debemos aportar más. Hay que ver en qué, cómo y cuándo. El gremio se la ha jugado por completo en esta pandemia, donde hemos visto a Bernardo Larraín impulsando junto a la CPC todo este fondo de $ 80 mil millones que se ha traducido en test, ventiladores mecánicos y ayuda que necesite el Minsal. En la ACHS estamos trabajando junto al Senama, con una alianza público privada, donde estamos haciendo test, monitoreando la salud y haciendo entrega de alimentos a los adultos mayores.

Si bien el fondo que levantó el empresariado para esta emergencia es de alrededor de US$ 100 millones, ¿faltará dar más?

-Hay mucha gente que ayuda de forma anónima. El empresariado siempre se la está jugando por mantener a las empresas, con capacidad de entregar trabajo y condiciones para la recuperación. Muchas veces el mundo empresarial ha sido cuestionado y caricaturizado con los abusos que se han dado, pero han sido muy pocos. La mayoría de los empresarios se la juegan por sus empresas, trabajadores y clientes. Encuentro que ser empresario es lo más difícil que hay, sea chico, mediano o grande. Han aportado con el crecimiento que ha tenido Chile en los últimos 40 años, y es desde allí donde se han sacado recursos para poder enfrentar esta crisis. Es fruto de años de responsabilidad de los distintos gobiernos que han cuidado el dinero y de las distintas gestiones y transformaciones que han tenido las empresas, comandadas por sus empresarios.

Ahora se están viendo situaciones de pobreza y protestas bajo el alero del hambre en algunos sectores de la población, en medio de esta pandemia.

-Encuentro que los trabajadores chilenos son de lujo, se levantan a las cinco de la mañana para estar en sus pegas a las ocho. Definitivamente, el uno sin el otro (empresarios y trabajadores) no funcionan. Si a los trabajadores les preguntamos si están contentos con sus empresas, responden que sí, pero a lo mejor si les preguntamos por los empresarios dirán que no. Hay un tema comunicacional ahí, es importante visibilizar mejor lo que hace el empresariado.

Ejecutivos dispuestos a bajar el 25% de sus pretensiones salariales

¿Cuánto ha aumentado el flujo de profesionales que están acudiendo a head hunters en este momento, versus el año pasado?

-Luego del estallido social aumentó mucho el desempleo, y con lo que está pasando ahora, aún más. También está el tema de la automatización, robotización y digitalización de las labores. Un 40% de los trabajos pueden ser automatizados. Ha aumentado el flujo de profesionales que buscan nuevos trabajos y seguirá subiendo, al igual que ha subido notoriamente la necesidad de las empresas de servicios outplacement (externalizados).

¿Qué industrias están buscando más gente para reclutar en estos momentos?

-Consumo masivo, es decir, de alimentos, electrodomésticos, detergentes. A fin de cuentas, es por el comercio electrónico. También hay muchas solicitudes en agroindustria, logística, minibodegas y última milla. Las empresas están buscando perfiles profesionales que ayuden a eficientar procesos para disminuir costos y también a personas que contribuyan a la digitalización y experiencia al cliente.

¿Se están viendo ajustes en las pretensiones salariales de los ejecutivos y profesionales?

-Sí, absolutamente. Van a la baja. Mucho de los ejecutivos que hoy están sin trabajo y que tenían ingresos de $ 5 millones, ahora están dispuestos a trabajar por $ 3,5 millones, por dar un ejemplo. Más o menos están dispuestos a bajarse un 25%. Ya no se está dando tampoco mucho el caso del millennial que no estaba dispuesto a trabajar lejos de su casa. Ya casi nadie se regodea.

Camino hacia la recuperación económica y temas sociales pendientes

En vista del alza de casos de Covid-19, ¿cómo cree que se debería dar el regreso a la actividad económica?

-Es un poco ensayo-error. Hace unas semanas íbamos bien y de repente la gente se toma más libertades y tuvimos que volver a restringirnos. Por mucho que anhelemos una actividad económica como la que teníamos antes, eso se fue, se terminó. El mundo cambió. Tenemos que transformar esta situación terrible que estamos viviendo en una oportunidad de acelerar la transformación de la economía chilena, mejorando su conectividad y aumentando la digitalización.

¿En cuánto tiempo avizora la recuperación económica del país?

-Podríamos decrecer entre 2,5% y 3,5% este año, pero para salir adelante se necesita el esfuerzo de todos, será un trabajo en conjunto de todos los estamentos.

¿Cómo cree que conversará la idea de ponernos de pie económicamente con las demandas sociales pendientes, como los cambios en pensiones?

-Es urgente tener un acuerdo país, que acordemos entre todos un camino común sin destruir lo bueno que hemos logrado. Tenemos que parar las discusiones que llevan años, romper con la política de trincheras y no seguir engordando los capitales políticos. Hay que zanjar luego las discusiones con acuerdos en común. En pensiones el gran problema que hay es con los informales, por lo que creo que hay que formalizar y estabilizar a la fuerza laboral, con mayor flexibilidad. Contrario a lo que se piensa, la flexibilidad formaliza y la rigidez no. Hay que profesionalizar el Estado, ponerlo al servicio de las personas y no de las ideologías. Hay que dejar las ideologías y los egos de lado. No hay atajos, más mercado y mejor Estado es el camino para crear mejores países.

¿Le parece urgente que se haga el plebiscito constitucional?

-Es urgente tener un acuerdo país, un camino común, sin destruir lo bueno que se ha hecho. Los chilenos elegirán el mecanismo, pero no se necesitarán dos años para tomar la decisión.

¿Qué liderazgos femeninos le han llamado la atención en esta crisis?

-Destaco a todas las mujeres que trabajan como dueñas de casa, médicos, enfermeras, cajeras, profesoras, ejecutivas o vendedoras. Las que lideran las familias son las mujeres, las que se preocupan de la educación de los niños y destaco la labor de todas. Son los liderazgos muchas veces no visibles. En los visibles se ve a la ministra del Trabajo, María José Zaldívar; a Evelyn Matthei, con un fuerte compromiso con su comunidad y capacidad de gestión, al igual que la alcaldesa de La Pintana.

Usted fue la consejera más votada de la Sofofa, ¿se ve liderando un gremio a futuro?

-No me interesa. Prefiero estar aportando desde atrás, me encanta el hacer, ejecutar y ayudar, no siempre como cara visible. Me falta mucho todavía por aprender.