El cambio hacia una matriz limpia y renovable está en proceso, sin embargo, en el último mes se vio que una pequeña parte de esa energía se perdió. En concreto, en agosto se vertieron 387 MW, lo que representó menos del 1% de la generación total del sistema.

La cifra no es alarmante, pero los proyectos renovables se siguen construyendo y desarrollando, por lo que podría transformarse en un problema mayor en un corto plazo. Además, tomando en cuenta que solo el año pasado se dio inicio a la línea de transmisión Cardones-Polpaico, proyecto que entre sus objetivos está transportar energía del norte (mayormente solar) al centro (donde está el mayor consumo).

Sin embargo, desde el Coordinador Eléctrico no ven con mayor preocupación el vertimiento de agosto. “Se trata de un fenómeno específico que se produce en determinadas horas del día y que gracias a la puesta en marcha de la línea Cardones-Polpaico en 2019, permitió reducir el vertimiento solar y eólico en un gran porcentaje”, afirmaron desde la entidad.

La mirada del sector privado fue más crítica, pues comentaron que cualquiera sea el motivo de origen del vertimiento es una mala noticia. “La limitación que impone el Coordinador a la generación ERNC debido a condiciones de seguridad es una situación indeseada y que se origina principalmente por la inflexibilidad de las centrales termoeléctricas a carbón y a gas”, manifestó el director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), Carlos Finat.

Agregó que si no se toman las medidas adecuadas, el problema podría acrecentarse, desincentivando o retrasando las inversiones en energías renovables.

Desde Generadoras de Chile, su director de estudios y contenidos, Rodrigo Solís, dijo que esperan que la reactivación de la demanda, una vez que se levanten todas las restricciones asociadas a la pandemia, sea una solución efectiva y natural, al menos en el corto plazo, a las situaciones de vertimiento.