A raíz de un informe en el que el Centro de Estudio Avanzados de Zonas Áridas (Ceaza) advirtió sobre una situación crítica en los embalses de la Región de Coquimbro, GPS Property realizó un levantamiento que alertó que, producto de la sequía, existe una baja sostenida en la superficie de riego y secano destinada a la producción silvoagropecuaria.


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La consultora sostiene que Coquimbo cuenta con 45.000 hectáreas destinadas a la producción agrícola, y que el cultivo que más se ha visto afectado por la crisis hídrica ha sido la viticultura. Esta ha tenido la caída más fuerte con un 45%, seguido por las hortalizas con un 30% y por la fruticultura con un 20% de afectación.

La compañía explica que el principal factor que impulsa esta caída es la escasez hídrica que golpea la zona desde hace al menos 15 años, que ha impactado en la capacidad de actual de los embalses. Este es el caso del embalse Cogotí, que hoy cuenta con un 0% de su capacidad, y del embalse la paloma con un 3%.

El gerente del área agrícola de GPS Property, Osvaldo Errázuriz, detalló que “hoy vemos que, entre los distintos rubros silvoagropecuarios, los niveles de pérdidas por la sequía pueden llegar fácilmente a US$170 millones”.

“Además, la productividad no supera el 30%, dado que actualmente en sectores se está entregando riegos mínimos de mantención, no siendo suficientes para entregar una productividad necesaria para que los productores puedan suplir costos mínimos de mano de obra y mantención de los cultivos”, agregó Errázuriz.

Para enfrentar la problemática, desde GPS barajan alternativas como las plantas desaladoras. Aún así, este tipo de opciones consideran un alto valor de inversión. “Su millonaria inversión sumada al valor del metro cúbico, lo hacen una alternativa difícil de rentabilizar sin la adecuada selección de especies y rendimientos sobre la media que permitan sustentar la actividad”, finalizó Errázuriz.