Para muchos trabajadores no ha sido fácil acostumbrarse a trabajar en casa. Pero para quienes tienen alguna discapacidad física o cognitiva las complicaciones pueden aumentar.
Por ejemplo, hay empleados que viven solos y no están acostumbrados al aislamiento, lo que puede transformarse en un problema psicológico. O bien, existe la posibilidad que alguien con ciertas limitaciones físicas no tenga en su casa un puesto de trabajo adaptado. Incluso, hay personas que, al necesitar apoyo, no pueden tener el distanciamiento social.
Fundación Descúbreme acaba de lanzar tres guías con recomendaciones dirigidas a personas en situación de discapacidad (PeSD), a sus familiares y a los empleadores. Esta última aborda sugerencias como los artículos de trabajo e higiene necesarios, consejos para mantener el diálogo constante y métodos de transporte en caso de que no puedan teletrabajar.
“Lo primero a considerar es que las PeSD deben recibir el mismo trato que sus compañeros. Se les debe explicar los protocolos que tomará la empresa y que ojalá sea su jefe directo quien lo haga, pues hay un vínculo previo que favorece la comprensión”, comenta Andrés Beroggi, gerente de gestión empresarial y diversidad de Fundación Descúbreme.
Karina Cisterna, directora ejecutiva de AHA Inclusión, estima que se debe entender qué necesidades tienen en su nuevo entorno. “La empresa puede poner a disposición un medio de contacto con el área de recursos humanos y facilitar los apoyos” y agrega: “Es importante considerar que no todas las personas son iguales. Hay que ver caso a caso”.
También existen PeSD que, por la naturaleza del cargo, no pueden desempeñar sus funciones desde su casa, por lo que se les han asignado vacaciones, suspensión de contrato u otra modalidad. “En estos casos, recomendamos a los empleadores que les otorguen contención y apoyo psicológico que permita disminuir el estrés propio de esta situación”, concluye Tamara Toro, coordinadora general Inclusión Socio Laboral de PeSD de Fundación Ronda.