Lograr un crecimiento de 4% este año parece ser ya un hecho. Sin embargo, la disyuntiva ahora se trasladó hacia los próximos años, ya que las diversas encuestas poco a poco se han ido ajustando a la baja las perspectivas de expansión para el Producto Interno Bruto (PIB) 2019 y 2020.
Un ejemplo de aquello es el ajuste que hizo en sus proyecciones el LatinFocus Consensus Forecast de noviembre, donde en su previsión para 2019 pasó de 3,5% a 3,4%, mientras que para 2020 se redujo de 3,3% a 3%. Para 2018 se mantuvo en 4%.
Pese a este ajuste en las perspectivas de expansión, el país seguirá creciendo más que el mundo, ya que prevé que en 2018 el mundo crezca 3,3%; 3,2% 2019 y 2,9% 2020 registrando un rendimiento promedio de 3,1% entre 2018 y 2020, frente al 3,5% promedio que mostrará Chile.
En comparación a Latinoamérica, la performance del país también es superior. Esto, porque el LatinFocus Consensus Forecast espera una expansión de 1,7% para 2018; 2,3% en 2019 y 2,7% para 2020, registrando un avance promedio de 2,2%, frente al 3,5% de Chile.
No obstante, la mirada de más largo plazo para el país no es del todo auspiciosa, puesto que la trayectoria prevista entre 2018 y 2023 apunta a un crecimiento promedio de 3,3%.
Ahora, si se considera solo el período del actual gobierno, es decir, entre 2018 y 2021, el PIB se expandiría 3,4%. Esta previsión es menor a la estimada por el gobierno en la presentación del Informe de Finanzas Públicas, porque en este documento la perspectiva entre 2018 y 2023 es de 3,7% promedio, y de 3,8% para su período de gobierno.
Inversión
Dentro de la demanda interna, una de las variables que ha mostrado una recuperación más vigorosa es la inversión, la cual pasó de caer por cuatro años consecutivos a un repunte de 5,1% en 2018. Para 2019 se prevé un alza de 4,7%, mientras que para 2020 el crecimiento 3,9%.
En su informe mensual, Gemines señaló que si bien para 2019 las proyecciones se han ajustado a la baja a un nivel de 3,5%, "nos parece que el crecimiento efectivo puede ser mejor en la medida que el entorno externo mejore o al menos no empeore.
La razón para ser relativamente optimista radica en el comportamiento de la inversión privada, que anota un fuerte crecimiento el presente año, lo que como sabemos, tiene un efecto positivo sobre el empleo, aunque con un rezago de tiempo".
En este contexto, Gemines añadió que "lo que podemos esperar es que a partir del segundo trimestre del próximo año las cifras de empleo comiencen a mejorar, favoreciendo a su vez la capacidad de compra y las expectativas de las familias, todo lo cual se transforma en un combustible para el consumo de los hogares".