Aunque finalizó sorpresivamente temprano, hubo un positivo balance de la undécima ronda de negociaciones entre EEUU y China, con las cuales se busca poner fin a una guerra comercial que se recrudeció esta última semana.
El vicepremier chino, Liu He, dejó ayer la oficina del Representante de Comercio estadounidense, Robert Lighthizer, con un apretón de manos, mientras Donald Trump más tarde catalogaba de "franco y constructivo" el diálogo entre ambas potencias. "Las conversaciones continuarán en el futuro", aseguró el presidente de EEUU en twitter.
El resultado del encuentro en Washington resulta positivo, considerando que incluso se especuló que la delegación china cancelaría su visita y las negociaciones podrían colapsar. Esto, luego que amenazara el pasado domingo con un alza de 10% a 25% de las barreras a US$200.000 millones de sus importaciones, lo cual se concretó ayer a las 00:01 horas, mientras que Beijing advierte que se tomarán las "contramedidas necesarias".
"Estados Unidos ha impuesto aranceles a China, los cuales pueden o no eliminarse dependiendo de lo que suceda", resaltó ayer el mandatario.
En ese contexto, aunque ayer las bajas perdieron fuerza, Wall Street cerró en rojo, acumulando en la semana descensos de 2,18% en el S&P 500 y 2,12% en el Dow Jones, su peor desempeño en lo que va transcurrido del año. En Asia no se pasó mejor, con retrocesos aún más amplios, de 4,52% en Shanghái y 4,15% en Shenzhen.
El IPSA se plegó a las bajas, con una caída de 1,59% en la semana. De esta forma, el parqué local borró todas las ganancias que había acumulado en el transcurso del año, posicionando como el de peor performance entre los principales mercados internacionales.
Además, al finalizar la jornada de ayer Trump ordenó el inicio del proceso para imponer aranceles por US$300.000 millones en importaciones de China, lo que sumado a los gravámenes actuales cubre el valor total de los bienes chinos importados anualmente por EEUU.
En un comunicado, el encargado de comercio exterior de EE.UU., Robert Lighthizer, develó que Trump tomó esa decisión esta mañana, aunque el mandatario ya había amenazado con imponer aranceles del 25 % a otros US$325.000 millones en importaciones procedentes de China.
Preocupaciones
Tal como ocurrió el año pasado, los mercados internacionales temen que la guerra comercial entre las dos potencias se interponga en las perspectivas de crecimiento de la economía mundial.
"Los riesgos son ciertamente altos si un acuerdo fracasa. El comercio global ciertamente se desaceleraría y habría presiones de inflación al alza, tanto aquí (en Estados Unidos) como en el extranjero", señala Sam Bullard, economista de Wells Fargo Securities.
Por otra parte, indica que "dependiendo de cómo se sienten estas noticias y el impacto final en la economía, ciertamente podríamos ver la posibilidad de que un acuerdo fallido provoque una desaceleración cíclica".
En función de ese impacto, tanto Bullard como Bank of America, creen que son altas las probabilidades de que EEUU y China logren un acuerdo comercial pronto. Dependiendo de cuánto se prolongue el conflicto, el banco anticipa que el crecimiento de EEUU podría ubicarse una décima o dos por debajo del 2,6% que prevén para este año, mientras que la ralentización se dejaría sentir con fuerza en el tercer trimestre en China.
En tanto, si se llegara a quebrar el diálogo, BofA anticipa que los chinos anoten una expansión de 5,8%, en relación al pronóstico actual de 6,1%, mientras que los estadounidenses entrarían en recesión el próximo año.